Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco
USA, 1983: Christopher Walken (Johnny Smith), Martin Sheen (Greg Stillson), Brooke Adams (Sarah Bracknell), Herbert Lom (Dr Sam Weizak), Sean Sullivan (Herb Smith), Tom Skeritt (Sherrif George Bannerman)
Director: David Cronenberg, Guión: Jeffrey Boam, basado en la novela homónima de Stephen King
Trama: Johnny Smith ha sufrido un accidente automovilístico y ha pasado los últimos cinco años de su vida en coma. Pero ahora ha despertado, contemplando – para su horror – todo lo que ha perdido durante estos años de ausencia. Mientras se encuentra en rehabilitación, Johnny descubre que puede prever el futuro de las personas con sólo tocarlas. Pero si bien Johnny utiliza su nuevo poder para el bien – ayudando al sheriff local a capturar a un asesino serial que era imposible de rastrear -, no pasa mucho tiempo antes de empezar a sentirse atormentado y decide mudarse a otro pueblo. Allí conoce a Greg Stillson, un desagradable político que se postula para el senado de la república, y le estrecha la mano por accidente durante un mitin partidario. Pero el contacto le produce a Johnny visiones estremecedoras del futuro – en donde ve a Stillson como el próximo presidente de los Estados Unidos quien, en un rapto de desquicio, provocará el holocausto nuclear -. Y ahora Johnny se verá en el dilema de dejar que el destino cumpla su curso, o intentar alterarlo mediante el asesinato de Stillson… un intento que le costará su propia vida.
En 1981 David Cronenberg se había anotado un poroto con Scanners, Amos de la Muerte, y su éxito de taquilla llamó rápidamente la atención de los popes de los estudios, quienes decidieron importarlo a Hollywood desde su Canadá natal. La Zona Muerta es el primer trabajo mainstream de Cronenberg, y está basada en una obra de Stephen King, hecha en un momento en que el escritor se encontraba furiosamente de moda – por aquel entonces prosperaban adaptaciones tales como Carrie, Cujo, Christine, La Hora del Vampiro y un largo etcétera -. Es también la obra más fría e impersonal del director canadiense; acá Cronenberg trabaja a reglamento, y eso se nota en el resultado final.
Es muy posible que el problema pase porque La Zona Muerta no toca temas Cronenbergianos, y eso le quita personalidad. Al no tratar sobre mutaciones ni tecnología, el director canadiense queda fuera de su zona de confort, y no termina por hacer pie en ningún momento del filme. El producto final es tan correcto, sanitizado y light, que termina por matar la potencia dramática del relato. Aquí se podían haber encarado dos enfoques: el primero, haciendo que las visiones de Johnny Smith fueran realmente torturantes y pusieran al personaje al borde del desequilibrio mental; y el segundo, que era tratar todo esto como un drama con ribetes trágicos. Nuestro héroe está condenado a sufrir, porque así lo marca su destino; es por ello que ha recibido ese poder (y esa responsabilidad, diría Stan Lee).
Pero Cronenberg no termina por decidirse por uno u otro, y toma el camino del medio. Entonces La Zona Muerta termina de convertirse en una especie de telefilme de la semana, sólo que dotado de actores de buen calibre. La performance de Christopher Walken es correcta, aunque al principio le lleva tiempo calibrar sus tics habituales; y el resto está ok, con Martin Sheen destacándose como un villano bastante efectivo. Pero no son los actores los que diluyen el material, sino que el problema pasa por la dirección. A excepción del segmento en donde Walken sale a cazar al asesino serial, no hay un momento de shock en todo el filme. Incluso la secuencia en donde Martin Sheen desencadena el holocausto nuclear es tan insulsa y minimalista que diluye todo su impacto.
Esto no significa que La Zona Muerta sea mala; por el contrario, es correcta en todos los sentidos. Pero le falta punch, y eso se debe a que precisaba otro director. La prolijidad no deja una impresión perdurable, y eso es lo que pasa con este filme.
(PD: en un dato para la trivia, Christopher Walken analiza constantemente La Leyenda del Jinete sin Cabeza, papel que terminaría tomando en la adaptación de Tim Burton 16 años más tarde)