Crítica: Mi Mascota es un Monstruo (2007)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

4 atómicos: muy buenaUSA / GB, 2007: Alex Etel (Angus MacMorrow), Ben Chaplin (Lewis Mowbray), Emily Watson (Anne MacMorrow), David Morrissey (Capitán Thomas Hamilton), Priyanka Xi (Kirstie MacMorrow), Marshall Napier (Sargento Wallace Strunk), Brian Cox (Angus anciano)

Director: Jay Russell, Guión: Robert Nelson Jacobs, basado en la novela de Dick Smith-King

Trama: Un anciano le cuenta una historia a dos turistas que visitan el Lago Ness. Así es como les dice que él, cuando era chico – y eran los tiempos de la Segunda Guerra Mundial – se topó con una criatura de aspecto extraño en las riberas del lago, la cual terminó por adoptar. Pero Angus decidió mantener al animal en secreto, en un viejo galpón que había sido el taller de trabajo de su padre. Cuando sus hermanos se enteran, todos juran mantener el secreto como sea… pero el animal está volviéndose enorme con el paso de los días y con la gran cantidad de comida que consume. Y por si todo esto no fuera poco, una brigada del ejército inglés se ha establecido en la casa de su madre, con la misión de montar fuertes defensas costeras en el caso que un submarino nazi intente un desembarco en sus orillas. Decidiendo poner al animal en libertad Angus descubre, angustiado, que los militares han confundido a la criatura con un submarino enemigo y proceden a bombardearlo con artillería. Será entonces cuando Angus y sus amigos deberán tomar medidas desesperadas para salvar al animal antes que los militares ingleses terminen por matarlo.

Arlequin: Critica: Mi Mascota es un Monstruo (2007) (The Water Horse)

The Water Horse es un celebrado libro infantil escrito por Dick Smith-King (el mismo de Babe) en 1990. Considerando que E.T. el Extraterrestre apareció en 1982, la influencia del filme de Spielberg es imposible de disimular: nene con infancia traumática y ausencia parental se hace amigo de bicho raro, lo esconde de los ojos de los adultos, el bicho se escapa, las autoridades aparecen y el pibe es el único que puede salvarlo antes que lo maten / capturen / destripen para estudiarlo. Lo que salva a The Water Horse de la quema (y de toda la tonelada de horrendos clones surgidos a la sombra de E.T., sin ir mas lejos Mi Amigo Mac) es que tiene estilo.

Smith-King troca a E.T. por un plesosaurio, traslada la acción a Inglaterra, y camufla toda la trama como la historia de origen del monstruo del Lago Ness – simulando incluso la escena en donde le toman la primera fotografía, la cual es tan trucha como muestran en el filme -, la cual es una leyenda local de Escocia que ha dado vuelta al mundo durante años, y cuyos antecedentes no datan del siglo XX sino del año 565 después de Cristo. Como sea, el filme es una fantasía y uno no va a estar golpeándole en la cabeza por las inexactitudes históricas del relato sino que mas vale dejarlo fluir para ver a dónde va.

Mientras que E.T. era una alegoría de Cristo, el monstruo del Lago Ness de The Water Horse viene a ser la excusa material para lidiar con la muerte del padre. El personaje de Alex Etel vive en un caserón en la campiña escocesa junto a su madre y su hermana, son los tiempos de la Segunda Guerra Mundial, y su padre ha partido hacia el frente. Refugiado en el taller de su padre, Etel sólo lidia con recuerdos y amargura hasta que se topa con un bichito simpatico lleno de dientes, con quien se encariña y adopta como mascota. Como es fuera de lo común lo mantiene en secreto, y sólo saben de su existencia su hermana y un peón que su madre ha contratado (Ben Chaplin), el cual se encarga de mantener la hacienda en orden. Para colmo una brigada ha venido a establecerse en la casa, comandada por un capitán pedante (David Morrissey), el cual conoce a Chaplin y no se llevan nada bien. Los militares vienen a instalar una red defensiva costera, con cañones y redes antisubmarinos, pendientes del caso de que algún U-Boat nazi se meta en el lago y desembarque tropas. Como se puede ver hay demasiada gente (y para colmo, muy armada) con lo cual hay que tener cuidado con el pequeño dinosaurio para que no lo hagan boleta. El drama es que el bicho se transforma en una mole en cuestión de días ya que todo lo que devora lo transforma en masa corporal, y en dos semanas está tan grande como el animalito que se masticaba un tiburón en Jurassic World.

El centro de la historia es la relación del niño y el bicho, y el resto está de adorno. El chico se aferra a la criatura con desesperación, y vemos como ya pasa de ser una mascota a convertirse en la representación material del duelo que tiene por su padre (no tiene mas noticias de él, pero es casi seguro que haya muerto en el frente). Como el dolor del duelo (y el recuerdo de su padre), la criatura ha hecho demasiado grande, ya no es manejable, está mas allá de sus manos. Su necedad para impedir dejarlo en libertad – si se va, se romperá su corazón, volverá a sentirse solo… desaparecerá para siempre – solo es doblegada por la fuerza de los hechos, de que el bicho se está haciendo grande como el Titanic. (alerta spoilers) Y cuando los militares lo descubren, no tiene otra manera de salvarlo que dejarlo ir, guiarlo a través de la red metálica antisubmarinos para que pueda escapar. Al final de la aventura Angus ya no es el mismo: ha aprendido a lidiar con el dolor, y ha aceptado que la vida debe seguir, que es necesario dejar escapar la angustia – ese aferramiento desesperado a un imposible -, sin que eso signifique que su padre / la criatura caiga en el olvido.(fin spoilers)

Con buenas performances y buenos efectos especiales – el escenario de Nueva Zelandia (que pasa por Escocia) es espectacular -, Mi Mascota es un Monstruo es una muy linda película para ver en familia. Sí, no es original y hay incongruencias, pero el tono es pegadizo y consistente, y uno puja por estos personajes – el niño y su gigantesca mascota -, porque ve una relación sincera y natural construida sobre el cariño puro, un detalle que permite perdonarle fácilmente la previsibilidad de la trama.