Crítica: Ultramarines: A Warhammer 40.000 Movie (2010)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

GB / Canadá, 2010: Terence Stamp (Capitán Severus), Sean Pertwee (hermano Proteus), John Hurt (Capitán Carnak), Steven Waddington (hermano Verenor), Johnny Harris (hermano Nidon)

Director: Martyn Pick, Guión: Dan Abnett, basado en la línea de juegos de rol Warhammer 40,000 creada por Games Workshop

Trama: En el milenio 41 el universo estará dividido en un puñado de razas que libran – desde hace siglos – una batalla a muerte por el control de la galaxia. Esas facciones han evolucionado directamente desde la Edad Media, destacándose entre ellas la raza humana, la cual se ha convertido en una nación dominada febrilmente por la religión. Utilizando la fe para combatir a los alienígenas y demonios que se encuentran durante el proceso de colonización del universo, los humanos se han organizado en batallones de soldados, de los cuales el más feroz resulta ser el escuadrón de los Ultramarines. Ahora los Ultramarines se aprestan a investigar una llamada de auxilio procedente de un planeta lejano, la cual ha sido emitida por la brigada de los Puños Imperiales. Pero al llegar sólo encuentran desolación y muerte, cadáveres destrozados por lo que parece ser una presencia maligna. A medida que se internan en el inhóspito planeta van descubriendo rastros que los llevan hasta un abandonado monasterio, en el cual encuentran los dos únicos supervivientes de los Puños Imperiales. Pero pronto queda claro que hay algo fuera de lo común en esos dos, con lo cual los Ultramarines comienzan a sospechar que han sido infectados por la maldad pura del Caos. Una sospecha que precisa ser aclarada en cuestión de minutos, antes que la nave madre inicie el proceso de salto al hiperespacio y los lleve al centro mismo del Imperio.

Ultramarines: A Warhammer 40.000 Movie (2010) Ultramarines es una película animada basada en el universo de fantasía creado por el juego de rol y estrategia Warhammer 40.000. En sí Warhammer 40.000 no es más que la versión futurista del juego de fantasía Warhammer Fantasy Battle (1983), en el cual uno podía hacerse cargo de una raza – orcos, demonios, humanos, elfos, etc – y libraba feroces batallas por el control del planeta. Y mientras que Warhammer Fantasy Battle no era mas que un compendio de influencias procedentes de numerosas obras de fantasía pre-existentes a la fecha – las que van desde las leyendas medievales europeas hasta la organización de razas y naciones descripta en los trabajos de Tolkien sobre la Tierra Media -, Warhammer 40.000 terminó por crear algo absolutamente diferente y fascinante. Imaginen un futuro en donde la raza humana posee la más moderna tecnología pero culturalmente se encuentra estancada en la Edad Media. Así es como los humanos se han organizado en escuadrones de soldados que asemejan más a una tropa de templarios que a una brigada de marines. Los diálogos, la mentalidad, la cultura humana es propia de las de los cruzados, y los enemigos se dividen entre infieles y demonios (categoría en la cual entran los alienígenas por apariencia e intención). Resulta curioso que un universo tan fascinante como el de Warhammer 40.000 jamás haya llegado al cine, siendo los Necromongers de Las Crónicas de Riddick lo más parecido (al menos en cuanto a la estética) que hayamos visto en la pantalla.

Mientras que la idea de cruzados espaciales y demonios de otros mundos suena extremadamente prometedora, la puesta en escena de Ultramarines tiene algo de decepcionante. Parece un episodio standard de cualquier otra space opera por ejemplo, de la serie animada basada en Starship Troopers -, sólo que barnizado con fabulosas armaduras, estandartes medievales y ostentosos diálogos. Van los tipos a un planeta, buscan una señal de socorro, rescatan a un par de sospechosos sobrevivientes, y en el camino terminan por descubrir la cruel verdad oculta. Es cierto que la producción es modesta – incluso hay momentos en que se parece más a un filme machinima montado por amateurs que a una pelicula profesional producida por un estudio -, y quizás por ello hayan querido probar suerte con una historia corta que requería escasos escenarios y pocos recursos; pero la riqueza del universo que plantea el filme en los cinco primeros minutos – con gente enfundada en enormes armaduras espaciales y hablando como caballeros medievales, jurando sobre espadas sagradas, y vociferando maldiciones a los demonios e infieles con los cuales se topan en el camino – lo deja a uno con ganas de pedir muchísimo más. También es cierto que ésta es una película directa a video, orientada a la comunidad de fans hardcore del juego, pero creo que ni a ellos ni a nosotros los neófitos nos termina por dejar satisfechos. Las escenas de acción son buenas, los diálogos son buenos, las performances vocales son buenas… pero la historia es demasiado vulgar y silvestre. Comparado esto con la existencia de versiones futuristas de figuras medievales como el apotecario, o la construcción de naves dotadas de gigantescas catedrales en donde los marines van y profesan su fe, uno intuye que la historia hubiera ido mucho mejor si el guión se hubiera dedicado a explorar algún aspecto fundamental de la mitología, como el origen de los marines espaciales, su fervor religioso o los primeros combates contra las fuerzas de la oscuridad.

Ultramarines es una muy buena película, pero es una experiencia tan rica en posibilidades que deja sabor a poco. Ojalá ésta sea la cabecera de playa de una serie de producciones similares, en donde los creativos se afiancen y obtengan más recursos para elevar la calidad final de la obra. Yo quiero ver más cosas sobre el universo Warhammer 40.000 (o cualquier otro similar), ya que es algo diferente, apasionante y posee un potencial enorme.