Crítica: La Increíble Vida de Walter Mitty (2013)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 2013: Ben Stiller (Walter Mitty), Kristen Wiig (Cheryl Melhoff), Adam Scott (Tim Hendricks), Sean Penn (Sean O’Connell), Shirley MacLaine (Edna Mitty), Adrian Martinez (Hernando)

Director: Ben Stiller, Guión: Steve Conrad, basado en el cuento de James Thurber

Trama: Walter Mitty trabaja como encargado de negativos en la prestigiosa revista Life. Pero la misma ahora ha sido absorbida por una importante corporación, la cual desea cerrar la parte impresa y reconvertir a la revista en un magazine digital. Listo para preparar lo que será la portada del último número impreso, Mitty descubre que la imagen seleccionada – el negativo número 25 del último rollo despachado por el brillante fotógrafo Sean O´Connell – ha desaparecido y no hay pistas sobre su paradero. Temiendo por el futuro de su puesto – el cual ya ha quedado en duda luego de la adquisición de la editorial -, Mitty decide tomar la temeraria decisión de ubicar a O´Connell donde quiera que se encuentre… pero el inquieto fotógrafo puede estar en los Himalayas, Islandia o en el medio de las selvas peruanas. Ahora Mitty deberá recorrer medio mundo para hallar al artista y encontrar el original… lo cual lo sumerge en una aventura mucho mas allá de lo que jamás hubiera imaginado.

La Increible Vida de Walter Mitty La Increíble Vida de Walter Mitty se basa en un cuento de James Thurber, el cual fuera llevado al cine en 1947 de la mano de Danny Kaye. La gracia del cuento (y de aquella película) estribaba en que el protagonista era un iluso que soñaba despierto, un tipo común que imaginaba aventuras imposibles mientras padecía las insufribles rutinas diarias de su vida. En el caso de la película de Danny Kaye, el comediante imaginaba que estaba envuelto en una riesgosa trama de espionaje, algo que sazonaba su insípida vida. Y si bien ni el cuento ni el filme de 1947 son lo que se dicen clásicos, de alguna manera la idea ha quedado instalada en Hollywood durante décadas, lapso durante el cual surgieron numerosos proyectos para remakearla – fuera con Jim Carrey o Sacha Baron Cohen como protagonista -. El ganador resultó ser Ben Stiller, quien protagoniza y dirige la remake con intenciones de darle al proyecto cierto vuelo artístico.

Mientras que uno conoce los quilates de Stiller como comediante – es tan dúctil que puede hacer de papanatas o de cretino con el mismo grado de efectividad -, su carrera como director es menos conocida y bastante más rara. Primero hizo la juvenil Generación X (Reality Bites), y años más tarde se despachó con la oscura The Cable Guy, ésa en donde Jim Carrey era un sicópata que acosaba a Matthew Broderick. El último item en su lista de emprendimientos fue la fabulosa Tropic Thunder (2008), una comedia que despellejaba deliciosamente al mundo de la farándula hollywoodense.

Con La Increíble Vida de Walter Mitty queda claro que Stiller quiere probar nuevos terrenos e incursionar en algo con cierto sabor a cine arte. Básicamente el filme trata sobre la vida de un mediocre lleno de ilusiones de grandeza, un tipo común que suele “colgarse” e imaginar versiones alternativas (y mucho mas heroicas) que las circunstancias comunes que siempre lo rodean. Mientras que habitualmente el tipo es un ratón de biblioteca – soltero, sin vida social, con una cuenta en un sitio de citas (la cual tiene muy poco éxito), bastardeado por su hermana e incapaz de hablar con la chica que le gusta en su trabajo -, por otra parte se ve escalando montañas inmensas, salvando a gente de edificios incendiados, o enredándose en peleas multitudinarias con sus insufribles jefes. Las cosas cambian cuando el tipo no encuentra un negativo – enviado por el fotógrafo más prestigioso de la revista para la cual trabaja -, tras lo cual debe ir en persona a buscarlo… y metiéndose en una aventura trotamundos que lo lleva a Groenlandia, Islandia y los Himalayas. Es la excusa para que deje de ser un chato y salga a explorar el mundo, vivendo sus propias aventuras.

El problema con La Increíble Vida de Walter Mitty es que no es ni demasiado profunda ni demasiado divertida. Stiller filma escenarios urbanos y campestres con una enorme belleza pero, por otro lado, falla a la hora de plasmar con eficiencia las relaciones personales del protagonista. Este no es un tipo muy interesante, e incluso al final de la aventura – cuando después de haber vivido todo eso, se ha transformado en un tipo más osado y seguro de lo que quiere – sigue sin serlo. Hay momentos de comedia tibia, y hay momentos de reflexiones tipo de librito de autoayuda, pero las cosas nunca pasan de ser muy light. Sin dudas la fotografía impacta y es lo mejor del filme, pero la sensación de renacimiento del personaje nunca termina de ser completa… aunque Stiller se las apaña para generar un par de momentos interesantes – como la travesía en skate al volcán islandés, o la reflexión de Sean Penn sobre el sentido de la vida -. En cuanto a las secuencias en donde el personaje se deja llevar por la imaginación, las mismas generan los momentos más graciosos de la película, aunque son a veces muy dispares – como la parodia de La Curiosa Vida de Benjamin Button, la cual parece pertenecer a otro tipo de película y que aquí queda como descolgada -.

Quizás La Increíble Vida de Walter Mitty precisaba un director de cine arte, alguien que puliera el libreto y le diera mas trascendencia personal; o ajustara los mecanismos interpersonales de los personajes – como el romance de Kristen Wiig con Stiller, o la relación de éste con su madre – para hacerlos más profundos o interesantes. Así como está, es una comedia light con algunas aspiraciones, las cuales no termina de plasmar como corresponde.