Crítica: Unfriended (2015)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA / Rusia, 2015: Shelley Hennig (Blaire Lily), Moses Jacob Storm (Mitch Roussel), Will Peltz (Adam Sewell), Renee Olstead (Jess Felton), Jacob Wysocki (Ken Smith), Courtney Halvorsen (Val Rommel), Heather Sossaman (Laura Barnes)

Director: Levan Gabriadze, Guión: Nelson Greaves

Trama: Hoy se cumple un año de la muerte de Laura Barnes, una adolescente que se suicidara después que se difundiera un escandaloso video de ella en Internet y fuera objeto del bochorno de toda la comunidad de Fresno. Ahora cinco de sus antiguos amigos y compañeros se han reunido para chatear vía Skype, hablando de bueyes perdidos hasta que un individuo desconocido se acopla a la reunión y se mantiene en un total hermetismo. Creyendo que se trata de un fallo del programa los chicos intentan reiniciar la conexión, pero la presencia del sujeto es persistente y pronto se da a conocer, diciendo que se trata de Laura Barnes. Lo que al principio parece una broma de mal gusto pronto se transforma en algo mas macabro cuando el desconocido comienza a mandar fotos y videos comprometedores, revelando secretos sucios de todo tipo y color. Y la cosa se sale de control cuando la supuesta Laura Barnes inicia un juego de Verdad o Consecuencia, en el cual deben participar obligatoriamente los chicos o, caso contrario, serán asesinados. Lo que parece una locura pronto se transforma en una aterradora realidad, siendo una de las chicas la que primero se suicida frente a la cámara de su computadora. Entrando en pánico, el grupo pronto se convence que están lidiando con el espíritu de Laura Barnes, el cual ha regresado y, a lo largo de esta noche, terminará por vengarse de aquellos que la empujaron a quitarse la vida.

Unfriended El género de Found Footage inaugurado por El Proyecto Blair Witch y potenciado por Actividad Paranormal y sus imitadores – ha dado hijos de todo tipo y color. Lejos de dar muestras de agotamiento siempre hay alguien que le encuentra una nueva vuelta de tuerca y éste ha resultado ser Levan Gabriadze, un antiguo colaborador de Timur Bekmambetov (quien aquí produce el filme junto a Jason Blum), quien dirige Unfriended y se las apaña para mantener toda la acción en el escenario inusual de una pantalla de computadora. Quizás el resultado final diste mucho de ser shockeante pero al menos el estilo asumido es digno del aplauso.

Siendo honestos, dudo mucho que Unfriended le quite a alguien el sueño. No es el filme de horror mas efectivo del universo y ni siquiera las muertes están rodadas de manera impactante (todo se ve en pequeñas ventanitas de chat y tirando a borroso), pero no debo dejar de reconocer la originalidad del enfoque y el grado de inmersión que provoca, especialmente si uno está viendo la película en la computadora de su casa. La idea es simple: cinco amigos comparten una conferencia de videochat y un extraño comienza a acosarlos. Primero se acopla a la charla y no lo pueden echar, después empieza a comunicarse y – para matizar la cosa y que esto no se transforme en 90 minutos de ver una estática pantalla de Skype – comienza a mandar fotos, videos, enlaces web, archivos de todo tipo y color como para probar de que se trata de una camada de tipos con mala leche. El acontecimiento que provoca semejante situación es el aniversario del suicidio de una ex-compañera de la escuela, la cual se fue de parranda una noche y terminó desvanecida y tirada en un barrial, empapada en líquidos corporales de origen variopinto. El video de semejante juerga se filtró, la chica recibió la burla de todo el mundo y por último decidió pegarse un tiro. Ahora, un año después, alguien – o algo – ha decidido asediar a aquellos que la hicieron víctima del escarnio: los que la emborracharon, los que la filmaron, los que subieron el video a YouTube. El primer paso es acosarlos a través de las redes sociales. Lo que al principio parece un hacker (o un angel vengador) pronto revela ser algo sobrenatural. El sujeto parece estar en todos lados, controla las computadoras de los participantes, y los impulsa a un juego mortal que consiste en revelar sus verdades mas sucias, caso contrario el que mienta morirá. ¿Y cómo morirá?. Al parecer la entidad es capaz de apoderarse de tu cerebro, obligándote a suicidarte de las maneras mas estúpidas posibles. Y después te saca una instantánea y te la postea en Facebook como para que tus amigos se den cuenta de que el ciber-fantasma está hablando en serio.

Unfriended está rodada en tiempo real, un detalle esencial para aumentar la efectividad del formato. Lo que vemos es la pantalla de la computadora de la protagonista, la cual chatea en privado, ve videos en YouTube, escucha música on line, imprime cosas mientras el fantasma de la suicidada los tortura mentalmente un poco antes de masacrarlos. Honestamente, el filme debe haber sido un infierno de logística – las acciones de la pantalla están rodadas al instante; los cinco flacos estaban ubicados en distintas habitaciones de una misma casa; la protagonista opera una gran cantidad de ventanas al mismo tiempo – pero la originalidad del estilo narrativo es tremenda. Lástima que…

Mientras que Unfriended debe ser ejemplar para un estudiante de cine, al espectador promedio le parecerá una cosa tremendamente sosa. El fantasma de Laura Barnes es todo poderoso y controla de manera absoluta programas y ciberaplicaciones, borrando botones de confirmación, manipulando conexiones a su antojo, mandando archivos desde algún servidor ubicado en el Purgatorio (o Dios sabe dónde), eso sin contar que es capaz de hipnotizar a los usuarios y hacerlos cometer harakiri de las maneras mas rebuscadas posibles. Si al menos hubiera una mano esquelética agarrando del cogote a alguien a través del ciberespacio… pero aquí tenemos gente pegándose tiros o arrancándose la garganta con licuadoras, lo cual tendría algo de impacto si no fuera que lo vemos en una ventanita de 320 x 240 pixels.

Yo creo que Unfriended vale la pena verla sólo por el estilo; aparte de eso, no hay mucho mas para contar. A mí me gustó pero como experiencia pasajera – dudo que volvería a verla de nuevo siquiera en cable -. En todo caso es como un chiste bien contado pero con final flojo, el cual divierte mientras dura pero al final no cumple las expectativas creadas, con lo cual uno lo termina olvidando al poco rato de haberlo escuchado.