Crítica: Inframundo 3: La Rebelión de los Lycans (2009)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 2009: Michael Sheen (Lucian), Bill Nighy (Viktor), Rhona Mitra (Sonja), Steven Mackintosh (Tannis), Kevin Grevioux (Raze)

Director: Patrick Tatopoulos, Guión: Danny McBride y Dirk Blackman, sobre los personajes creados por Danny McBride, Len Wiseman & Kevin Grevioux

Trama: Edad Media. Los vampiros se erigen como señores feudales que controlan la comarca y gobiernan con mano de hierro a los pobladores, quienes le pagan tributo por su seguridad, pero se encuentran asediados por los devastadores ataques de los licántropos. Viktor, líder de los vampiros, ha creado una raza híbrida de hombres y licántropos – los lycans – que, bajo su control, le proveen defensa durante el día, además de conformar un ejército de esclavos. El primero de su raza es Lucian, que es tomado por Viktor como su protegido. Pero Lucian y Sonja – la hija de Viktor – han terminado por enamorarse, y se trata de un secreto y peligroso romance que puede afectar el destino de la raza de los vampiros. Y mientras que Lucian empieza a planear como liberarse de la esclavitud y fugarse con Sonja, los rumores sobre el romance comienzan a diseminarse, generando impensadas consecuencias.

Inframundo: La Rebelión de los Lycans Esta es la tercera parte de la saga Underworld. En un principio Inframundo estaba establecida en la época actual, y trataba de un romance prohibido entre una vampira y un humano que era el elegido de una profecía, a la vez que había todo un complicado trasfondo de guerras secretas entre vampiros y hombres lobo. Aquí la trama viene en el formato de precuela, para terminar de cerrar el círculo de la mitología creada por Danny McBride, Len Wiseman y Kevin Grevioux.

Pero a decir verdad, Inframundo nunca fue demasiado convincente con su historia de fondo. Por momentos era demasiado compleja e incluso incorporaba elementos salidos de la nada sobre la hora, como en Inframundo 2: Evolución, que terminaban por resultar ridículos. Ahora, sin muchas expectativas, se despachan con una precuela. Uno puede ver las evidencias de que nadie tenía demasiada fe en el proyecto ya que la dirección recae en un especialista en efectos especiales (Patrick Tatopoulos, quien diseñara los FX del Godzilla de Roland Emmerich, Silent Hill, Pitch Black, las dos entregas anteriores de Underworld, y un largo etcétera). Y en general, todos los magos de los FX suelen ser pésimos directores – el caso más patente es Spawn -.

Pero la sorpresa es que Tatopoulos es mejor director de lo que uno piensa, y Underworld 3: Rise of the Lycans termina erigiéndose como el mejor filme de la trilogía. Las malas noticias es que llega tarde, carece de sorpresa – toda la historia central de la película ha sido descripta en un resumido pasaje de cinco minutos en las entregas anteriores – y termina por estrellarse en el box office, simplemente porque a esta altura la franquicia no le interesa a nadie. Es una lástima, ya que Underworld 3: Rise of the Lycans es una película que vale la pena, y es la que debería haber iniciado la saga. No sólo Tatopoulos es un cineasta menos frenético que Len Wiseman, sino que mantiene un ritmo fluído de la narración y la historia es entendible. Al llevar las cosas al pasado y ponerlas en términos simples – blanco y negro -, es una aventura mucho más disfrutable. Incluso roza la épica por momentos – esclavo que se libera y monta un ejército contra sus captores, al estilo de Spartacus -, y los personajes tienen suficiente espacio para transformarse en interesantes.

Es que aquí el escenario medieval funciona mucho mejor que el mundo moderno como trasfondo para las guerras entre vampiros y hombres lobos. Ciertamente hay un par de detalles inexplicables – cómo han aparecido los licántropos, y cómo Viktor ha creado el primer lobo humano -, pero el resto va sobre ruedas. Kate Beckinsale no está, pero tenemos a Rhona Mitra en un personaje similar. Mitra sigue siendo de madera terciada y carece de carisma, pero acá termina por desempeñarse ok. Está Lucian, el primer hombre lobo, que tiene una buena interpretación de Michael Sheen. La relación entre Sonja y Lucian no será tremendamente original pero está escrita con bastante esmero. Y sin dudas el rey de la escena es Bill Nighy, que sobreactúa de manera deliciosa; si en los filmes anteriores era un buen villano, aquí es una figura siniestra de enormes proporciones. Lo suyo es simplemente formidable.

El tema es que, al trasplantar la historia a la edad feudal y con los licántropos asediando a plena luz del día, la historia termina por funcionar en los mismos términos que la fantasía tradicional – al estilo de El Señor de los Anillos -, y no como el seudo comic de los filmes anteriores. Hay oprimidos, injusticias, una rebelión en ciernes, un líder que comanda la ofensiva contra las fuerzas del mal. Si bien los Lycans tampoco son héroes blancos, hay algo de trágico en su origen ya que son una creación de las fuerzas oscuras. Ellos no eligieron su naturaleza. Y en el romance de Sonja y Lucian, también la tragedia está predestinada. Esto le da un sabor diferente y más intenso a este Underworld que a cualquiera de sus secuelas.

Resulta lamentable que Underworld 3: Rise of the Lycans llegue cuando apagaron la luz y todo el mundo se ha ido. Está bien construída, tiene un villano excelente, personajes interesantes y buenas escenas de acción. El problema principal es que, para quienes siguieron la saga, ya saben lo que va a pasar con Lucian y Sonja. Si la película se hubiera estrenado en el 2003 en vez de Inframundo, hubiera sido memorable; y posiblemente la saga hubiera seguido otra trayectoria – de épica fantástica en épocas feudales – que habría sido más potable y disfrutable que los engendros dirigidos por Len Wiseman.

INFRAMUNDO

Los filmes de la saga Underworld son: Inframundo (2003), Inframundo: Evolución (2006) e Inframundo 3: La Rebelión de los Lycans (2009); tres años más tarde la saga fue extendida con la idea de generar una nueva trilogía, comenzando con Inframundo: El Despertar (2012), Underworld: Guerras de Sangre (2016)