Crítica: El Ultimo Guerrero (1975)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 1975: Yul Brynner (Carson), Max Von Sydow (el Baron), Joanna Miles (Melinda), William Smith (Carrot), Darrell Zwerling (Silas), Richard Kelton (Cal), Stephen McHattie (Robert), Lane Bradbury (Barrie)

Director: Robert Clouse, Guión: Robert Clouse

Trama: Nueva York, en un futuro post apocaliptico. Un personaje – conocido como el Barón – lidera una de las pocas comunas en donde aún vive gente civilizada, dedicada a cultivar verduras en las improvisadas granjas que han montado en las terrazas de los edificios. Pero otros grupos, comandados por el despiadado Carrot, recelan de su abundancia de alimentos y planean asaltar el coto fortificado para apoderarse de sus provisiones. Ahora el Barón ha conseguido reclutar a un guerrero solitario llamado Carson, el que ha logrado mantener a raya a los hombres de Carrot. Pero las defensas se debilitan, la comida ha comenzado a escasear, y pronto la comuna en su totalidad caerá en la anarquía … a menos que el Barón y su familia emprendan una fuga desesperada, ayudados por el enigmático guerrero solitario.

El Ultimo Guerrero Mi desprecio por los futuros apocalípticos trash es poco menos que evidente. Junten un grupo de gente, vayan a filmar a un basural y tendrán un clon de Mad Max. El problema no es que sea un escenario barato e inundado de desperdicios, sino que sus historias y sus personajes suelen ser terribles. A excepción de las secuelas oficiales de Mad Max, el resto son pésimos filmes y el 99% de ellos son reciclados de westerns o películas de motoqueros. Buenos contra malos, los villanos son una banda de canibales idiotas y ultraviolentos, y los duelos se llevan a cabo en paisajes saturados de autos destruidos.

Pero antes que Mad Max 2: Guerrero de la Carretera pusiera de moda estos futuros trash a partir de 1981, Robert Clouse (el mismo de Operación Dragón) se había despachado con el engendro que ahora nos ocupa. Acá figura que la humanidad se sumió en el caos a partir de la falta de combustible – un tema de moda en los años 70, surgido tras la crisis de los precios del petróleo acaecida en 1973 -, y la gente debió resignarse a vivir en comunas altamente fortificadas. Están los violentos y caníbales, y están los civilizados y vegetarianos. En el medio hay una especie de guerrero místico (Yul Brynner), quien es mas letal que Stallone, Schwarzenegger y Bruce Willis juntos, y que puede vencer a cincuenta tipos con una mano atada en la espalda y un cuchillo Tramontina en la otra. Los civilizados lo reclutan para que haga de guardián de la comuna mientras ven que los violentos los van a atacar de un momento a otro. Pero, a su vez, el prolijo líder de la comuna civilizada parece tener sus propios planes …

Es difícil describir la incompetencia del filme. Comencemos por admitir que la idea de fondo no está mal, Yul Brynner y Max Von Sydow le aportan mucha dignidad a sus papeles, y hay un par de diálogos que están muy buenos, pero … el resto es abominable. Los malos son una troupe de incompetentes que se la pasan armando bardo como si fueran niños. Hay una irritante pareja de colonos (entre la que figura un jovencísimo Stephen McHattie) que vive reclamando a los gritos por leche para su bebé … y que, gracias a Dios, son asesinados por los caníbales en cuestión de minutos. Decir que las peleas son patéticas sería emitir un juicio amable y generoso: los malos caen como moscas, victimas del efecto Stormtrooper, mientras Yul Brynner los destripa con un cortauñas. A su vez, los civilizados son unos intolerantes de primer orden, y no dudan en linchar a cualquiera que les toque uno solo de sus preciados tomates. Esto deviene en un final tan trágico como estúpido del personaje de Max Von Sydow, ya que éste planeaba escaparse a una isla con su hija (que tiene la misma edad que él), un puñado de semillas de tomate y su yerno.

Había muchas posibilidades en la historia de El Ultimo Guerrero. Podrían haber explorado de donde salió Yul Brynner (que se ve demasiado viejo y gordo como para hacer de máquina de matar), o bien, le podrían haber dado un trasfondo mítico o romántico al personaje. Todo el relato podría haber funcionado como una alegoría – anarquía vs. civilización, con Yul Brynner como la figura militar que impone el orden y la paz -. Podrían haber pintado un futuro más sombrío y menos patético. Podrían haber desarrollado un poco más al villano que compone William Smith – que acá tiene el rídiculo nombre de Zanahoria!! -, y podrían haber ilustrado cómo se organizaban estos violentos para sobrevivir… Podrían haber hecho centenares de cosas decentes en vez de la estupidez ambulante que terminaron armando. Porque el puñado de buenas performances no alcanza para camuflar el terrible desarrollo dramático de la historia. Cuando estos personajes se detienen y reflexionan, El Ultimo Guerrero está ok. Pero cuando la trama avanza, las escenas son una peor que la otra.