Crítica: Tusk (2014)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 2014: Michael Parks (Howard Howe), Justin Long (Wallace Bryton), Genesis Rodriguez (Ally Leon), Haley Joel Osment (Teddy Craft), Johnny Depp (Guy LaPointe)

Director: Kevin Smith, Guión: Kevin Smith

Trama: Wallace Bryton es un podcaster al que le gusta llenar su show con noticias extrañas y entrevistas a personajes raros. Ahora ha ido a Canadá a reportear a un chico que ha creado un video viral, pero al llegar se entera que se ha suicidado. Deseoso de no volver con las manos vacías, Bryton descubre un aviso en el baño de un bar, el cual ofrece hospedaje gratis a cambio de convertirse en acompañante – y escucha – de un viejo lisiado, el cual gusta narrar historias de aventuras de su juventud. Creyendo haber encontrado una historia de reemplazo Bryton viaja hasta el lugar del anciano, una antigua casona ubicada en las colinas de Winnipeg. Allí se topa con Howard Howe, un retirado marinero que sirviera en alta mar por mas de 6 décadas. Degustando una noche de exquisiteces y bebidas aromáticas, Howe le cuenta a Bryton cómo se salvo milagrosamente de un naufragio a finales de los años 50, siendo rescatado por una morsa y sobreviviendo durante meses en una isla abandonada. Lo que no sabe Bryton es que Howe está loco y ha estado obsesionado con dicha morsa durante décadas… hasta el punto de secuestrar inmigrantes y autoestopistas, y someterlos a demenciales cirugias caseras con tal de convertirlos en una versión humana de dicho animal… pero ello es algo que Bryton descubrirá tarde – y de la peor manera posible – cuando despierte en la mesa de operaciones, y con Howe presto a amputarle cada uno de sus miembros.

Tusk Un engendro. Esa sería la mejor definición de Tusk, la última película dirigida por el auteur de culto Kevin Smith. Las intenciones son las de hacer una comedia de terror pero, tal como realiza la mezcla, la combinación no cuaja en lo mas mínimo. Mientras que la parte de shock funciona en gran forma, el ingrediente cómico es una aberración atómica. Es Smith queriéndose hacer el banana, dando vía libre a su troupe de cómplices para que sobreactúen e improvisen y, sobre todo, generen relleno para completar los 90 minutos obligatorios que exige, como mínimo, la duración de una película. Es posible que Tusk hubiera devenido en un memorable capítulo de alguna serie dedicada a lo fantástico – tipo Cuentos de la Cripta o La Dimensión Desconocida, los cuales no duraban mas de 30 minutos – pero es demasiado para una hora y media. La anécdota no da para tanto y, lo que es peor, Smith la estira de la peor manera posible.

Este es otro disparo en los testículos que hace Kevin Smith con su carrera. El tipo arrancó bien y se convirtió en un personaje adorable en los 90, pero después demostró que poseía una creatividad limitada y que no podría inventar algo que estuviera fuera de su universo de Jersey – el Viewasked Universe, compuesto por Silent Bob, Jay, Clerks, etc -; por ello se embarcó en una fallida carrera para volverse mainstream, dirigiendo algunas comedias hollywoodenses olvidables. Habiendo fracaso en ello, decidió regresar al área independiente pero con esfuerzos mas elaborados… los cuales tenían serios problemas de tono. Desde Cop Out hasta Red State, no ha habido una miserable película en donde el encanto del Smith clásico pudiera resurgir. Algo parecido a lo que le pasó a M. Night Shyamalan, el cual se creyó el papel de Dios de la industria cinematográfica y se dedicó a crear una abominación mas grande que otra. En este caso Tusk parte de un podcast del mismo Kevin Smith, en donde comentaba un aviso que había visto en un bar en donde se ofrecía hospedaje gratis a cambio de que la persona pasara la noche disfrazado de morsa. La anécdota se degeneró en la historia del filme, la cual está estirada y plagada de tintes de terror.

El filme arranca mal cuando Justin Long se la pasa media hora disparando estupideces – en la onda Smithsoniana – plagadas de referencias sexuales y poperas. Su locutor radial es demasiado irritante como para caernos bien y, para colmo, Smith insiste en intentar humanizarlo, con largas charlas y flashbacks sobre la relación que mantiene con su novia. Honestamente Tusk es una cinta a la que yo le hubiera prendido fuego en la primera media hora hasta que aparece Michael Parks en pantalla. Parks siempre ha sido un actor secundario de poco vuelo, el cual ha ganado mucho prestigio después que Tarantino reviviera su carrera en Kill Bill y Del Crepúsculo al Amanecer. Acá hace su metié habitual: hablar lento y de manera teatral, mostrándose como un individuo de alto vuelo intelectual que reprime un estado de brutalidad rampante. Es una performance realmente impresionante – uno espera que este tipo se incendie en cualquier momento y salte sobre Justin Long para despedazarlo -. Es Parks quiene le pone un baño de dignidad a Tusk, elevándolo por encima de la mediocridad general del libreto de Smith, y generando un clima ominoso e incómodo. El tipo es sagaz, se burla de los miedos de Long, y se comporta como un sádico amoral a la hora de reconstruirlo de la manera mas aberrante posible. La primera vez que vemos a Long convertido en morsa es realmente escalofriante – es como si Smith hubiera querido hacer su propia versión de The Human Centipede -, y uno quisiera que ese clima serio y escalofriante se mantuviera durante el resto del filme… lastima que el director se cree el tipo mas gracioso del universo y decidió seguir haciendo de las suyas.

Lo que sigue es una abominación. Por cada aberrante cirugia que comete Parks – o escenas humillantes que se ve obligado a cometer Long en su nuevo estado -, hay un espantoso paso de comedia que no le interesa a nadie. El filme se clava de punta cuando aparece un no acreditado Johnny Depp en pantalla, componiendo otro de sus tipicos personajes estrafalarios y sobreactuados. El tipo es un ex policía que viene siguiendo a Parks y su rastro de crímenes; la crónica de su accionar es estremecedora… pero Depp (y Smith) prefieren convertirlo en una orgía de ridiculeces, estupideces y acentos raros, lo cual no sólo no es gracioso sino que te hace odiar la película. ¿Realmente pensaban que esto era cómico?. Las cosas se salen de madre cerca del final, cuando Deep y Parks se meten en un duelo de sobreactuación, o cuando Parks decide hacer wrestling con su amigo mutante. Mientras tanto los chistes malos y desubicados abundan, y uno se pregunta seriamente cómo un tipo – otrora tan inteligente – como Kevin Smith pudo haber pergeñado esto.

Lo único que vale la pena de Tusk es la performance de Michael Parks, oscura e inquietante; el resto merece la hoguera sin el mas minimo remordimiento. Es una lástima porque Smith consiguió – en las escenas con Parks – un tono escalofriante que bordea lo memorable… lástima que el tipo se cree un banana que se las sabe todas y empapa el resto del filme con su humor fútil y desubicado, torpedeando lo que podría haber sido un filme inolvidable.

KEVIN SMITH

Algunos de los filmes reseñados en este portal: del View Askewniverse, Clerks (1994), Dogma (1999), Jay and Silent Bob Strikes Back (2001), Clerks II (2006), Jay and Silent Bob Reboot (2019); fuera del universo del View Askew Smith hizo Red State (2011), Tusk (2014), Yoga Hosers (2016)