Crítica: Tarántula (1955)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 1955: John Agar (Dr Matthew Hastings), Mara Corday (Stephanie ‘Steve’ Clayton), Leo G. Carroll (Profesor Gerald Deemer), Nestor Paiva (Sheriff Jack Andrews), Ross Elliott (Joe Burch), Hank Patterson (Josh)

Director: Jack Arnold, Guión: Martin Berkeley & Robert M. Fresco, Musica – Joseph Gershenson

Trama: En el desierto de Arizona aparece el cadaver del científico Eric Jacobs. El médico del pueblo, el Dr. Hastings, asiste al sheriff con la autopsia pero descubre que el cuerpo se encuentra terriblemente deformado. Hastings concluye que el individuo padecía de Acromegalia, una enfermedad que provoca un crecimiento desmesurado de los huesos; pero testimonios del lugar afirman que Jacobs se encontraba en perfectas condiciones cuatro días atrás – y la enfermedad no pudo desarrollarse a semejantes extremos en tan poco tiempo -. El colaborador de Jacobs, el profesor Deemer, acuerda firmar un expeditivo certificado de defunción. Hastings queda insatisfecho con las explicaciones y comienza a investigar por su cuenta, hasta descubrir que Deemer se encuentra experimentando con animales y humanos en una droga que provoca un crecimiento desmesurado. Durante una pelea en el laboratorio de Deemer, el científico se inyecta accidentalmente la droga, mientras el lugar queda devastado. Y del recinto escapa uno de los especímenes, una enorme tarantula que, en el transcurso de pocos días y gracias a los efectos de la droga, crecerá hasta proporciones gigantescas y se dirigirá hacia el pequeño pueblo de Desert Rock en un sendero de destrucción que parece imparable.

Arlequin: Critica: Tarántula (1955)

  Jack Arnold es el Dios de la Sci Fi de los cincuenta, junto con George Pal y Ray Harryhausen. Sea como directores, productores o artesanos de efectos especiales, este trío dominaría la decada con un puñado de clásicos formidables. En particular Arnold, quien dirigió y escribió títulos memorables como El Increíble Hombre Menguante y El Monstruo de la Laguna Negra entre otros.

Este es un título relativamente menor en su filmografía clásica de los 50. Es obvio que Tarantula sigue los pasos de Them!, al menos temáticamente, pero las coincidencias sólo quedan allí. No hay monstruos atómicos sino científicos locos que experimentan con mutaciones; y en vez del detallado rigor científico de investigación y combate a la amenaza, aquí hay una trama de pesquisa policial acerca de las actividades clandestinas del buen doctor Deemer.

El suspenso está muy bien llevado; el film siempre se mantiene en movimiento para mostrar elementos intrigantes de la historia cada 5 o 10 minutos, empezando por el individuo deforme que perece en el desierto. La vista del laboratorio de Deemer es particularmente impresionante, si bien uno sabe que se tratan de efectos fotográficos, pero las escenas con los roedores y las arañas gigantes es excelente. Y a esto se suma los muy buenos FX de la tarantula del título, que al ser un animal vivo rodado con lentes especiales provee un grado de excelencia en cuanto a los efectos visuales que el stop motion o el suitemation no proveen. El paseo de la tarantula por el desierto es elegante e intimidante, y la superposición de planos matte (en especial las explosiones y los ataques que recibe el aracnido) son de gran calidad.

Pero mientras que el monstruo es formidable, la historia se queda algo corta. Los personajes están bien, son simpáticos, y figuran en el elenco un montón de actores de stock que pasarían el resto de sus vidas en la TV o en la serie B o Z. Empezando por el legendario John Agar, que ha hecho de todo (The Mole People, Attack of the Puppet People, The Brain from Planet Arous y un larguísimo etcétera), siguiendp por Mara Corday (The Black Scorpion, The Giant Claw), y culminando con Leo G. Carroll, años antes de darle ordenes a Napoleon Solo en The Man from UNCLE.

El tema aquí pasa porque, cuando el monstruo se pone interesante y se dispone a atacar el pueblo de Desert Rock, es despachado de modo muy expeditivo. La escena es excelente – incluso hay un cameo de Clint Eastwood, en uno de sus primeros bolos, como el piloto que bombardea al bicho -, pero mal no hubiera venido un poco de destrucción masiva. En todo caso se le podría reprochar a Arnold el ser demasiado realista – unas cuantas bombas y chau araña!, en vez de los monstruos semi indestructibles como Godzilla o Gorgo, p.ej. -, pero obviando el punto del clímax el resto de la película es muy bueno. Quizás no sea demasiado original, pero al menos es una rutina bien orquestada y disfrutable.

JACK ARNOLD

Algunas de sus obras que hemos comentado en este portal: It Came From Outer Space (1953) – El Monstruo de la Laguna Negra (1954) – Tarantula (1955) –  El Regreso del Monstruo de la Laguna Negra (1955) – El Increíble Hombre Menguante (1957). The Monolith Monsters (1957) está basada en un guión de Jack Arnold.