Crítica: Swiss Army Man (2016)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 2016: Paul Dano (Hank), Daniel Radcliffe (Manny), Mary Elizabeth Winstead (Sarah)

Director: Dan Kwan & Daniel Scheinert, Guión: Dan Kwan & Daniel Scheinert

Trama: Hank está solo. Mortalmente solo. Hace meses que naufragó y está varado en un islote en el Océano Pacífico. La comida no es un problema, pero el aburrimiento,… oh, Dios, es letal. Ahora está a punto de colgarse en una improvisada horca que ha montado en el islote pero, en el último momento, logra divisar un cadáver flotando en la orilla. Abandonando su intento de suicidio, Hank se acerca al cuerpo y empieza a reirse cuando éste emite flatulencias. Y cuando la marea se lo lleva, intenta atraparlo – a final de cuentas, es el único humano que ha visto en meses – pero las flatulencias del cuerpo lo arrastran como si fuera un jetski y lo lanzan a toda velocidad al mar. Shockeado por el suceso, Hank pierde el sentido y despierta en lo que parece ser la orilla del continente. El cadáver está con él y, por una cuestión de nobleza, decide arrastrarle con él para poder darle un entierro digno. Pero el cuerpo pronto revela tener muchos mas usos de lo que imagina, sea funcionando como cantimplora humana, siendo una pistola de aire comprimido capaz de liquidar animalitos silvestres (y proveyéndole comida), encendiendo el fuego con sus flatulencias o cortando leña con sus inquebrantables brazos. Y el colmo será cuando el cadáver comience a hablarle. De algún modo el cerebro del cuerpo está vivo, aunque no funciona de manera normal. Es entonces cuando Hank deberá enseñarle las nociones mínimas de cómo funciona el mundo y, en especial, qué es el amor, ya que el cuerpo se ha encariñado con la imagen de la chica que Hank lleva en su celular… una belleza inalcanzable que el muchacho se topaba todos los dias en el bus, y de la cual se ha enamorado de manera platónica, convirtiéndose ahora en su única razón para sobrevivir.

Daniel Radcliffe hace pucheritos de todo tipo en Swiss Army Man (2016) Daniel Radcliffe hace pucheritos de todo tipo en Swiss Army Man (2016)

Swiss Army Man Pedos. Gases. Flatulencias. Yo no sé en otras culturas pero, en la rioplatense, los pedos son motivo de risa. Al parecer a los norteamericanos les revuelve el estómago, razón por la cual ignoraron ampliamente a Swiss Army Man (ah, claro!; ¿pero los marcianos que comen vómito en Bad Taste son mas digeribles, sólo porque la dirigió el meister Peter Jackson cuando todavía era un purrete?). Claro que pedos no es lo único que hay en el filme; en un momento el cadáver que compone Daniel Radcliffe sirve de catimplora humana (es tanto el líquido que drena que hasta Paul Dano se da una ducha con él!). Si, eso es un poquito mas asquerosito que un poco de aire con mal olor. Pero gases y saliva no es lo único que tiene para ofrecer Swiss Army Man: aunque parezca una comedia de mal gusto, el filme de Dan Kwan & Daniel Scheinert tiene mucho para decir, aunque lo haga de manera desordenada y a veces se quede a mitad de sus intenciones. Es un filme sobre la soledad y sobre los amores imposibles; y de cómo el intelecto humano se adapta a los escenarios devastadores y construye sus propias herramientas de supervivencia. Porque, al final, Paul Dano termina haciendo sicoanálisis con el zombie que su imaginación ha creado para mantenerlo cuerdo. ¿O el muerto está realmente vivo y todo lo que ha vivido Dano ha sido real?.

Lo primero que hay que reconocer es la calidad de las performances. No hay nadie mejor que Paul Dano para hacer de cachorrito apaleado, de loser con gran corazón al cual la vida le ha negado la oportunidad de ser feliz. El otro en la dupla es Daniel Radcliffe. Sus últimos filmes me han convencido que el inglesito es un actor de la hostia, y le puede hacer frente a lo que venga. En Swiss Army Man (literalmente “El Tipo Navaja Suiza”) Radcliffe y Dano le ponen el pecho a una trama surrealista que por momentos parece salida de un filme de Michel Gondry. Es que el cadáver que Dano ha encontrado en la playa no sólo es una “navaja suiza” de múltiples usos como reza el título – dispara pedos y gases con tal potencia que puede encender fogatas, lanzar arpones, matar ardillas a 20 metros de distancia, amén de servir para cortar leña, talar árboles, y almacenar agua durante largos períodos de tiempo -, sino que pronto revela (de manera shockeante) que está vivo. O al menos, eso parece. O quizás es que el cerebro de Dano está frito y ha decidido imaginar que el cadáver habla. Pero no habla como un ser normal, sino como alguien al que le borraron partes esenciales del cerebro (o como un alien que no entiende conceptos vitales de la cultura humana). Para mantener una conversación fluida y coherente, Dano debe enseñarle qué es el mundo, cómo funciona y sobre todo, qué es el amor. El cadáver es muy literal, toma las cosas tal cual se dicen (como la anécdota de la masturbación que cuenta Dano), pero de a poco empieza a cambiar. Tiene un lenguaje mas rico, desarrolla mas funciones, se vuelve mas móvil. Si Dano es un paria social y el cadáver su alter ego, el hecho de que cambie significa que su inconsciente, apático y solitario, ha comenzado a evolucionar hacia un modelo mas civilizado y sociable. Uno se da cuenta en la escena en donde el cuerpo fantasea con una chica que conoció en el colectivo y a la cual le pone Sarah… lo cual terminamos descubriendo que existe en verdad y que se trata del amor imposible de Dano. Las teatralizaciones que monta Dano para explicarle el amor a Radcliffe son de una creatividad pasmosa: crear carpas, cines, colectivos (con asientos y pasajeros) a base de basura, cañas y restos de madera. Es en ese momento en donde el filme sintoniza a Michel Gondry, sobre todo a las improvisaciones que armaba en Be Kind, Rewind (2008). Y Dano dispara la narración con un tono poético y soñador, un hombre que confia en la existencia del lado romántico de la vida.

Mientras que el viaje tiene momentos muy inspirados y mucho humor, donde Swiss Army Man tumba es en el tercer acto, que se ve tosco y falto de dirección. (alerta spoilers) Es la materialización de los sueños de Dano, pero también el darse cuenta de no saber qué hacer con ellos cuando están a la mano. El libreto insiste en probar que Dano no está loco, pero ello arruina el clima de surrealismo de la cinta. Quizás hubiera sido mejor dejar que Dano asumiera la personalidad de Radcliffe para vivir una vida mas desinhibida y plena, acercándose al amor de su vida, alejándose de su padre prepotente, dejando atrás todos sus miedos. Prefiere rescatar a su héroe, aunque para ello termine mancillando el poder de sus logros previos. (fin spoilers)

Swiss Army Man es un filme muy interesante. No es para todos: no sólo porque hay cosas que precisan estómago para verlas, sino porque la narración es lenta y no siempre cómica. Es una parábola sobre el amor que ha elegido un lenguaje bizarro para materializarla; y si bien no consigue anotar todos sus puntos, al menos acierta en la mayoría y se ve ayudada por la performance de un par de actores de la hostia.