Crítica: Superman: Hijo Rojo (2009)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA / Nueva Zelandia, 2009: con las voces de David Lodge (Superman), Jim Meskimen (Lex Luthor), Cindy Robinson (Lois Lane), Kirk Thornton (Jimmy Olsen), Wendee Lee (Mujer Maravilla)

Director: Dylan Coburn, Guión: Mark Millar

Trama: El mundo ha cambiado desde que Superman – un joven alienígena hallado en Ucrania y criado por el poder soviético – se convirtiera en el máximo exponente de la URSS. Mientras que él mismo se ha convertido en un ejército de un solo hombre – imparable, indestructible y sirviendo a las órdenes de Josef Stalin -, por su parte los Estados Unidos han reclutado a Lex Luthor, el mayor genio de la humanidad, para que invente algún método para detener al hombre de acero ante una eventual amenaza de invasión a suelo norteamericano. Con el paso de los años todos los medios creados por Luthor – desde un clon deforme de Superman hasta el enrolamiento de una masiva fuerza alienígena conocida como el cuerpo de los Linternas Verdes – han fracasado, y el inmortal Superman se ha erigido en el máximo líder de la URSS, cuyo accionar ha culminado con el afiliamiento de la mayoría de países del mundo al Pacto de Varsovia. Con los Estados Unidos aislados y en decadencia, sólo es cuestión de tiempo para que se rinda ante la imparable Union Soviética; pero un anciano Luthor se ha erigido en el nuevo presidente norteamericano y se apresta a lanzar un ataque devastador hacia la URSS… una represalia que ha estado germinando desde hace más de dos décadas, y sobre la cual Superman no tiene la más mínima idea.

Superman: Red Son (2009) A veces algunas ideas funcionan mejor en el papel que cuando son materializadas. Algo de eso ocurre con Superman: Hijo Rojo, un comic en formato de mini serie escrito por Mark Millar en el 2003, y el cual trataba sobre una versión alternativa del conocido superhéroe de la DC Comics. ¿Qué hubiera pasado si, por cuestión de unos minutos y de la rotación de la Tierra, la nave que traía al pequeño Kal-El desde Krypton hubiera aterrizado en la Unión Soviética en vez de los Estados Unidos?. Red Son implica no sólo una visión distinta del personaje sino también el desarrollo de todo un universo histórico alternativo como escenario de fondo – que va desde John F. Kennedy casado con Marilyn Monroe, hasta Stalin saludando a sus tropas en la Plaza Roja acompañado por Superman, sin contar con el ascenso de Luthor a la presidencia de los Estados Unidos y el triunfo del comunismo en todo el planeta -. Mientras que la premisa de base es fascinante, la ejecución no lo es tanto, básicamente porque cae en los vicios habituales que posee el mundo del comic, metiendo deus ex machina a rolete, incursiones de otros personajes de la DC en versiones también alternativas, y un exceso de pirotecnia que atenta contra el desarrollo de la historia. Yo estimo que se trata de algún complejo de inferioridad por parte del autor, o de alguna presión ejercida por parte de la editorial, con lo cual no se conforman con haber hallado una premisa novedosa y brillante, sino que no saben desarrollarla como corresponde (al menos en términos intelectuales), y terminan cayendo en los pecados de siempre.

La versión comentada no es una animación en sí, sino un motion comico sea, scanearon la historieta original y le hicieron algunas animaciones rústicas en Flash como para que no quede algo estático -, la cual es una solución barata y rápida pero también frustrante. El cast de voces es desconocido, e incluso Superman termina siendo interpretado por un tipo que suena como un híbrido entre Roger Moore y Sylvester Stallone (empapado en un falso acento ruso), lo cual resulta bastante distrayente. Mientras que la puesta en escena no es la mejor del mundo, al menos el filme mantiene el ritmo como para que nunca resulte aburrido. El problema es que comienza a inundarse de elementos extraños a lo que sería el desarrollo normal de la historia – esto es, Superman en la URSS y Lex Luthor como contraparte en los Estados Unidos -, como para que haya explosiones cada 3 o 4 minutos, los cuales se transforman en agregados que desmerecen al producto. Por ejemplo, tenemos a un chico al cual los Soviets mataron a sus padres – por hacer propaganda en contra del superhéroe rojo -, el cual se convierte en un terrorista conocido como Batman; hay una versión comunista de la Mujer Maravilla, la cual flirtea pero nunca llega a nada con el hombre de acero; tenemos una Lana Lazarenko (otra que Lana Lang), compañera de infancia de Superman, y la cual lo convence de seguir abrazando la utopía soviética en momentos en que el superhéroe duda; y hay un Lex Luthor excesivamente pedante, casado con Lois Lane, y el cual termina ganando la presidencia de los Estados Unidos con Jimmy Olsen como compañero de fórmula. Amén de esto está Braniac, el corps de los Linternas Verdes, una versión alternativa de la ciudad miniaturizada de Kandor (la cual termina siendo Stalingrado), y hasta una horrenda versión deforme de Bizarro, el cual opera para los norteamericanos y se ve involucrado en un confuso e innecesario episodio.

El punto es que la historia no precisaba en absoluto a los Batmans, Mujeres Maravillas, Kandors, Bizarros y Linternas Verdes; eso es un pastiche que aplasta las posibilidades de un desarrollo rico en ideas – ¿qué hubiera hecho Alan Moore con semejante premisa? -. Si Superman creció en un despótico régimen totalitario, hubiera sido logico creer en un desarrollo alternativo de su persona como un individuo sin límites, dominado por las ansias de poder. El problema con Superman: Red Son es que siempre insiste en ver al personaje como un alien políticamente correcto – aquí salva vidas, y recorre el mundo sembrando el mensaje comunista -, cuando el desarrollo real (si uno se atiene a lo que dicta la lógica) hubiera sido parecido al drama existencial que padecía el Dr. Manhattan en Watchmen. Si uno tiene todo el poder del mundo y es imparable, ¿cómo puede mantenerse cuerdo o siquiera mantener límites morales sobre lo que es correcto y lo que está mal?. Si uno es un Dios, ¿de dónde salen mis reglas internas para decirme cómo actuar?. Al doctor Manhattan el exceso de poder lo atormentaba y devenía en una pérdida inevitable de humanidad; pero aquí Superman – criado por el Estado Soviético, uno de los regímenes más feroces y crueles sobre la Tierra – sigue siendo un boy scout, sólo que con el martillo y la hoz como escudo de armas sobre su pecho. En la versión original de Superman eran los Kent – esos ancianos que recogieron al hijo de Krypton cuando llegó a la Tierra – quienes le plasmaron esos valores morales al superhéroe cuando estaba en plena etapa de crecimiento; pero aquí sus tutores no son más que los asesinos del estado comunista, los cuales lo han criado para usarlo como un arma. Por ello es que resulta tan estúpido ver a un Superman moral evitando invadir los Estados Unidos (a los que puede derrotar en cualquier momento), o siquiera asesinar a Lex Luthor – su principal amenaza – con siquiera un chasquido de los dedos.

Si uno quita la pirotecnia y los cameos, verá que Superman: Red Son no es más que una obra cobarde, que parte de una premisa osada y no se anima a desarrollarla de manera adulta. Con otra educación moral Superman debería haberse transformado en un déspota asesino sediento de poder, pero aquí sólo es un dictador amable. Por su parte los agregados de la historia son a veces irritantes – en especial Luthor, el que desborda de pedanteria; en un momento arma un encuentro a solas con Superman, totalmente seguro que puede convencerlo de cometer suicidio en 14 minutos exactos utilizando su palabrería (!), o liquidando a todo su personal como berrinche de bronca, simplemente porque Superman le ganó al ajedrez la noche anterior -, y la trama hubiera funcionado mejor sin ellos. Todo esto transforma a Superman: Hijo Rojo en la crónica de una serie de atentados contra una versión comunista del superhéroe, la cual es excesivamente moralista y correcta, cuando lo correcto hubiera sido ver a Supie encaramado en el rol de dictador del mundo, un individuo alienado por un poder ilimitado que termina por avasallarlo. Es una lástima que tanto el autor como la editorial hayan carecido de los cojones necesarios para poner a su personaje estrella en un rol jugado y maduro, un comic existencial que tratara sobre la existencia de un dios alienado deambulando entre nosotros, enfermo de poder y carente de fronteras morales. El que está aquí es el mismo Superman de siempre, sólo que se embadurnado con imaginería propia de la cultura soviética reinante en los duros años de la Guerra Fría; y si hay algo que el filme hace bien, es – al menos – reimaginar una versión alternativa de la historia de origen de Superman, la cual le da un cierre brillante a la historia. Lástima que lo que está en el medio no está a la altura de la creatividad del climax elegido.

LA SAGA ANIMADA DE SUPERMAN

Superman: Brainiac Ataca (2006) – Superman vs Doomsday (2007) – All -Star Superman (2011) – Superman vs The Elite (2012) – Superman: Desatado (2013) – La Muerte de Superman (2018) – su correspondiente secuela Reino de los Superhombres (2019) – Superman: Red Son (2020) – Superman: Man of Tomorrow (2020). En este portal también hemos comentado el motion comic Superman: Red Son (2009)