Crítica: Sunshine, Alerta Solar (2007)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

GB / USA, 2007: Cillian Murphy (Capa), Chris Evans (Mace), Cliff Curtis (Dr Searle), Hiroyuki Sanada (Capitan Kaneda), Michelle Yeoh (Corazon), Rose Byrne (Cassie), Troy Garity (Harvey), Benedict Wong (Trey), Mark Strong (Capitán Pinbacker)

Director: Danny Boyle, Guión: Alex Garland

Trama: En el futuro nuestro Sol se estará muriendo. Y la misión internacional Icarus II es enviada al centro del sistema solar para lanzar una gigantesca bomba atómica al centro del Sol y poder generar una estrella dentro de la estrella. Pero Icarus II es la segunda misión enviada con tal fin, ya que la anterior desapareció misteriosamente sin dejar rastro. A pocas horas de llegar a su objetivo, la nave encuentra señales de Icarus I, y decide correr el riesgo de concretar un encuentro, a fin de obtener una segunda bomba atómica (y duplicar las posibilidades de éxito de la misión). Pero a partir de allí las cosas irán terriblemente mal, donde Icarus I es una nave fantasma e inutilizada, se sucederán varios accidentes que ocasionarán la muerte de parte de la tripulación, y toda la misión se pondrá en riesgo.

Sunshine, Alerta Solar El milenio trajo toda una corriente de sci fi pensante, esporádica pero presente, algo que no se daba desde los años 70. Más que sci fi pensante, da la impresión que todos los directores de prestigio han intentado acercarse a la ciencia ficción en un período especialmente particular – pasado el fin de milenio y las profecías apocalípticas -, intentando generar sus propias reflexiones y, en lo personal, procurando crear su propia 2001, Odisea del Espacio. Desde la remake de Solaris hasta La Fuente de la Vida, sean Steven Soderbergh o Darren Aronofsky, lo cierto es que han existido intentos cada vez más frecuentes de hacer una sci fi existencialista.

Ahora es el turno de Danny Boyle. Boyle ganó fama a mediados de los 90 con Tumbas a Ras de la Tierra y, fundamentalmente, Trainspotting (1996), que rápidamente se convirtió en un favorito de la crítica y un título de culto. Pero después Boyle iría a estrellarse en la taquilla con The Beach (2000), y su carrera pareció haber entrado en un impasse. Por suerte, Boyle terminaría por reciclarse como un director mainstream a partir de la excelente película de terror Exterminio (28 Días Después) (2002), que no sólo es una sensacional versión no oficial de Soy Leyenda sino que dispararía toda una nueva moda de films de zombies. Sunshine (2007) es una nueva aventura de Danny Boyle en territorio fantástico.

Sunshine tiene todo lo que precisa para ser una obra maestra; excelentes efectos especiales, un gran tema, buenas performances, y una atmósfera excepcional. Aquí el Sol se está muriendo y hay que revivirlo con una descomunal bomba atómica. Y mientras que esto podría dar para un relato totalmente lineal y hasta documental, Boyle se las ingenia para construirlo con un suspenso formidable. Como las grandes aventuras, no es necesario ningún elemento extraño para crear un clima de tensión, ya que los roces entre la tripulación y las tribulaciones de semejante viaje – con las temperaturas abrasadoras del Sol como amenaza constante – son más que suficientes. Incluso todo ello puede dar para reflexiones metafísicas, como la fascinación de los humanos por el Sol, visto como la cara de Dios o una señal palpable de la Creación.

Obviamente las cosas no salen como lo previsto por culpa del error humano. Una falla de cálculo en el alineamiento del escudo provoca toda una sucesión de problemas que ponen en jaque a toda la misión. Sunshine podría haber seguido esa línea argumental sin ningún tipo de problemas, y hubiera culminado con una reflexión final. Y Sunshine hubiera sido una obra maestra.

El gran problema es que al libreto no le parece suficiente la cantidad de conflictos que padece la misión Icarus II, y termina por degenerar en un slasher rutinario. ¿Por qué???. Es probable que Alex Garland (autor de The Beach y creador del primer borrador de 28 Days Later) pensara que la trama, tal como estaba, no tenía suficiente appeal para las audiencias. Entonces lo que sigue, después del encuentro con el Icarus I, es el mismo bodrio de siempre con loquito inmortal a bordo armado con escalpelo y lleno de frases grandilocuentes. No era necesario. El último tercio de Sunshine es la misma rutina que viene desde Alien, pasando por Supernova o incluso Event Horizon.

Eso no quita de que las escenas con el demente mesiánico estén muy bien filmadas. Boyle al menos atina a que el asesino se vea borroso y no quede en el estereotipo de un tipo cargado de maquillaje. Pero el tema es que todas esas secuencias no cuajan con la primera parte, y arruinan un film formidable que se basaba en la lógica y la credibilidad.

Hay un montón de conceptos tomados o reciclados de otros filmes, desde los jardines hidropónicos de Silent Running (1972), la computadora omnipresente de 2001, hasta la fascinación con el Sol (o planeta) de Solaris. Boyle genera un clima espectacular y los efectos especiales son formidables. Nunca una misión en el espacio pareció tan aislada, perdida en el abismo del vacío. Lamentablemente el guión, corto de ideas, termina volcándose en algo más rutinario. Es una lástima, porque Sunshine daba para mucho más.

ALEX GARLAND

Su trabajo como director: Ex Machina (2015) – Aniquilación (2018) – Men, Terror en las Sombras (2022) – Civil War (Guerra Civil) (2024). Además Garland ha escrito los libretos de Exterminio / 28 Días Después (2002), Sunshine, Alerta Solar (2007), Dredd (2012) entre otros filmes y series