Crítica: Starship Troopers: Invasión (2012)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA / Japón, 2012: Leraldo Anzaldua (Ratzass), Luci Christian (capitana Carmen Ibañez), Melissa Davis (Ice Blonde), Justin Doran (Dr. Carl Jenkins), David Matranga (General Johnny Rico), Emily Neves (Trig), David Wald (mayor Henry ‘Hero’ Varro)

Director: Shinji Aramaki, Guión: Flint Dille, basado en los personajes creados por Robert A. Heinlein

Trama: Los bichos han tomado el control total de la estación orbital Fort Casey. Un grupo de marines ha sido despachado a la base con el fin de destruirla y rescatar a los sobrevivientes. Pero al llegar se topan con la capitana Carmen Ibañez, quien les informa que su nave – el acorazado espacial John A. Warden – ha sido robado y su paradero es desconocido. Saliendo a duras penas de Fort Casey, los marines e Ibañez se dedican a rastrear todo el espacio en busca de la John A. Warden, hasta que la encuentran a punto de cruzar un “agujero de gusano” que la llevaría directo a la Tierra. Sospechando lo peor, los soldados abordan la nave…. pero descubren que la misma es controlada por un bicho de inteligencia superior, una reina capaz de entender la tecnología humana y manipularla. Y es que la reina planea cruzar el espacio hasta llegar a la Tierra y exterminar a todos los humanos del planeta. Con el tiempo en su contra Ibañez y los suyos deberán detener a los bichos antes que cumplan su misión… aún cuando ello signifique que deban pagar con sus propias vidas.

Starship Troopers: Invasion Esta es la tercera secuela de Starship Troopers. En 1997 Paul Verhoeven se despachó con una polémica adaptación de la novela clásica de Robert A. Heinlein, la cual mezclaba cursilería, sátira fascista, y una violenta space opera, pero cuyo cóctel no terminó por seducir al gran público. Aún con sus enormes problemas de tono, el filme de Verhoeven exudaba un gran potencial y un montón de gente comenzó a probar, por turnos, como revivir y expandir la franquicia. Primero intentaron llevarla a la TV con un piloto y una serie animada; luego probaron con una secuela directa a video (que contaba con la actuación del protagonista del filme original); y ahora le pasaron la posta a los japoneses (comandados por el director de Appleseed Shinji Aramaki) para que se despachen con esta animación directa a video (en donde Edward Neumeier y Casper Van Dien, guionista y protagonista del filme de 1997, ofician de productores). Ciertamente Starship Troopers: Invasión arranca con problemas pero, a medida que avanza, termina por resolverlos e incluso se despacha con un puñado de vueltas de tuerca inesperadas. Desde ya que no es una gran película, pero es movida, entretenida y bastante inteligente.

En realidad lo que viene a demostrar Starship Troopers: Invasión es que el universo imaginado por Robert A. Heinlein rebosa de posibilidades, las cuales no terminan por ser compradas de manera masiva por el gran público. Como ha ocurrido con todas las secuelas de la saga, el filme se olvida por completo de la sátira política y hace hincapié en la aventura. Acá hay una misión de rescate que casi es exterminada por los bichos y que termina por toparse con un misterio. El mismo parece estar relacionado con los experimentos secretos del Ministerio de lo Paranormal, los cuales quieren manipular la guerra desarrollando poderes síquicos y descifrando la comunicación entre los bichos. Al parecer en la base infestada estaban realizando algún tipo de experimento secreto y la cosa terminó por írsele de las manos. Por supuesto, para descubrir el meollo del asunto hay que atravesar un territorio poblado por una tonelada de insectos asesinos, lo cual sirve de excusa para disparar dos millones de balas y desatar una carnicería masiva a todo color, espectáculo sangriento que la cámara no teme mostrar en primerísimo plano.

La animación es pasable. Mientras que las texturas se ven formidables, a la hora de poner humanos en pantalla los mismos se ven como muñequitos plásticos. Estéticamente Starship Troopers: Invasión no difiere demasiado de un videojuego de buena calidad; es como ver las secuencias animadas que suelen aparecer entre uno y otro nivel. Los actores virtuales tienen expresividad cero, algunos de ellos son clones flagrantes de actores reconocidos – como Elizabeth Hurley y Bradley Cooper -, e incluso un par de chicas digitales tienen la oportunidad de mostrarse desnudas, lo cual resulta tan excitante como ver el poster Playboy de Barbie. Mientras que la técnica se les queda algo corta al momento de querer representar este universo adulto y violento, los japoneses responsables del filme compensan sus falencias con abundancia de secuencias de acción, las cuales están coreografiadas de manera impecable.

El comienzo del filme no es demasiado claro. Uno se pierde de por qué fulano está preso, qué hace mengano en la base infestada, y por qué la mayoría de los personajes hacen lo que hacen. A esto se suman las incoherencias del universo parido por Heinlein, Verhoeven & co: cómo los marines disparan dos millones de balas sin reponer cartuchos, por qué no usan armas más potentes (o los dichosos exoesqueletos, que son los únicos que tienen una eficacia probada) o cómo los insectos pueden tirarse un pedo de plasma y embocarle a un planeta al otro lado de la galaxia. Como fuerza enemiga, los insectos de Heinlein son inconsistentes; quizás hubiera resultado mucho más creíble reimaginarlos como humanoides salvajes al estilo de Alien. Si hay puntos de comparación con dicha saga, los mismos quedan en evidencia en Starship Troopers: Invasión: todo el filme se trata básicamente de una persecución interminable a lo largo de pasillos metálicos de naves y bases espaciales, con algún que otro cambio de escenario como para amenizar la trama.

Pero si bien uno se topa con estos detalles, el filme termina por cargárselos al hombro a costa de tomar algunas decisiones argumentales inesperadas. La primera es la de liquidar a la mayoría de los personajes, creando un clima de peligro total en donde uno realmente no sabe quién va a sobrevivir – ni siquiera los héroes clásicos como Johnny Rico o Carmen Ibañez tienen asegurado su cogote en esta película -. Lo otro es no escatimar en sangre, transformando al dibujito animado en un espectáculo adulto. Y lo tercero es reelaborar los puntos argumentales del filme original, llevándolo al siguiente paso de evolución. La idea de la reina madre super inteligente, pariendo miles de insectos, controlando mentalmente la tecnología humana y elaborando un detallado plan para llegar a la Tierra y arrasarla, es formidable. No digo que sea original – en todo caso, si uno mira con la lupa verá influencias de Star Trek: Primer Contacto -, pero está bien orquestado.

Starship Troopers: Invasión es un buen filme. Tiene sus detalles, pero es entretenido y tiene su cuota de sorpresas. Es una digna continuación del camino pavimentado por las películas anteriores, y sirve para confirmar que la saga se merece un reboot o, al menos, una segunda oportunidad. Mientras ello ocurre, vale la pena pegarle una mirada, ya que el filme es modesto pero no decepciona en absoluto.

STARSHIP TROOPERS

La saga de Starship Troopers se compone de: Starship Troopers (1997), Starship Troopers: Heroe de la Federación (2003), Starship Troopers 3: Marauder (2008) y Starship Troopers: Invasión (2012)