Crítica: Stargate (1994)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 1994: James Spader (Daniel Jackson), Kurt Russell (Coronel Jonathan ‘Jack’ O’Neill), Jaye Davidson (Ra), Mili Avital (Sha’uri), Alexis Cruz (Shaara), Erick Avari (Kasuf), Viveca Lindfors (Catherine), John Diehl (Teniente Kowalski)

Director: Roland Emmerich, Guión: Roland Emmerich & Dean Devlin

Trama: El egiptólogo Daniel Jackson es reclutado en un proyecto secreto del ejército, destinado a descifrar los jeroglíficos que contiene un antiguo artefacto que data de hace 10.000 años y fuera hallado en Egipto en 1928. Al poco tiempo Jackson da con la clave y el artefacto se activa, resultando ser una puerta estelar capaz de transportar objetos y personas al otro extremo de la galaxia en cuestión de segundos. Jackson atraviesa el portal junto con el coronel O´Neill y una expedición militar, con el propósito de explorar lo que existe del otro lado. Desembarcan en un planeta desértico, habitado por descendientes de los antiguos egipcios, quienes han sido traídos hasta allí con el propósito de ser esclavos y extraer minerales. Pero las cosas se pondrán complicadas cuando una nave espacial llegue al planeta para recolectar el material y se encuentre con la fuerza militar de O´Neill. Y es que resulta ser la reencarnación del dios egipcio Ra, el cual se trata de una entidad alienígena todopoderosa que somete a civilizaciones subdesarrolladas bajo su dominio. Con el tiempo contado, O´Neill y Jackson deberán detener a Ra antes de que lance un ataque devastador tanto sobre el planeta desértico como sobre la misma Tierra.

Stargate Para mediados de los 90 el alemán Roland Emmerich era apenas conocido en el ambiente artístico. A Emmerich le gustaba mucho la ciencia ficción y había producido dos filmes – Luna 44 y Soldado Universal – con tibio suceso. Pero no sería hasta Stargate que Emmerich se transformaría en un nombre reconocido mundialmente, y pronto dispararía una seguidilla de éxitos – Día de la Independencia, la versión americana de Godzilla, etc – que lo transformarían en un especialista de películas evento – esos filmes que la audiencia lleva aguardando todo el año y que suponen un espectáculo impresionante de efectos especiales -. Si bien los presupuestos y los FX serían cada vez más espectaculares, la calidad creativa de sus libretos iría mermando. Recién Emmerich comenzaría a rehabilitarse un poco después de alejar de los guiones de sus filmes a su temible socio Dean Devlin.

Pero en Stargate la dupla Emmerich – Devlin lograron un entretenimiento de matineé bastante sólido. Se la podría describir como Lawrence de Arabia encuentra a Erich Von Daniken, con otra historia de pueblos del desierto sometidos por una fuerza del mal, y un extranjero convertido en el libertador de turno. Ah, y al coctel se le suman las teorías de los dioses astronautas de Daniken. Aun siendo semejante pastiche, el filme termina por funcionar muy bien como película de aventuras. El comienzo de la película es excelente, con todo el suspenso creado por los silencios y los descubrimientos graduales de James Spader hasta que deciden revelarle la verdad. Se activa el portal estelar, y ya estamos viviendo la aventura en las dunas de un desierto alienígena al otro extremo de la galaxia. Y al poco tiempo llega la nave espacial de Ra – con su obligatoria forma de pirámide – y el show está completo.

Donde falla Stargate es en los puntos usuales en donde flaquean habitualmente los filmes de Emmerich. El desarrollo de personajes es terrible – toda la subtrama de la muerte del hijo del coronel O´Neill no termina sirviendo para nada, y el personaje apenas tiene una tímida redención en el planeta extraterrestre -. Los efectos especiales son muy buenos, pero hay cierto tufillo a presupuesto recortado, limitándose la acción a dos o tres escenarios, cinco tipos como todo el ejército de Ra, siempre las mismas tomas de naves, y una resolución muy expeditiva de todo el conflicto. A este filme le faltaban extras del lado de los villanos, y al menos media hora más con alguna batalla intermedia como para dar una sensación épica sólida. Así como está la película todo resulta muy abreviado y deja a la platea con el gusto en la boca, pidiendo más.

Lo que siempre sedujo a los estudios acerca de Emmerich, es que el alemán sabe hacer filmes espectaculares pero con costos muy bajos (casi Cormanianos), y aquí se nota. Aunque sea un filme prolijo, a Stargate lo hubieran beneficiado unos millones extra para hacer la historia un poco más larga e impresionante. Aún así, es una película mucho mejor en cuanto a diálogos y situaciones que la tanda siguiente de Emmerich – si bien los personajes están a medio terminar, al menos el director le da un ritmo propio de serial que impide el aburrimiento -.

Stargate terminaría por disparar una larga y exitosa franquicia en la TV, partiendo de la serie Stargate SG – 1 (1997 – 2007), y con varios spin off como Stargate: Atlantis (2004 – 2009) y Stargate: Universe (2009 – ??)