Crítica: Viaje a las Estrellas III: En Busca de Spock (1984)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 1984: William Shatner (Almirante James T. Kirk), DeForest Kelley (Dr Leonard McCoy), James Doohan (Mr Scott), George Takei (Sulu), Walter Koenig (Chekov), Nichelle Nichols (Uhura), Christopher Lloyd (Comandante Kruge), Robin Curtis (Saavik)

Director: Leonard Nimoy, Guión: Harve Bennett, Musica – James Horner

Trama: Con la Enterprise seriamente dañada después de su encuentro con Khan, el almirante Kirk y su tripulación regresan a la base para reportarse. Pero el Dr. McCoy comienza a sufrir graves trastornos de su personalidad, y entonces el embajador Sarek le informa a Kirk que Bones ha recibido el espíritu de Spock instantes antes de su muerte. Con la mente del vulcano fusionada con la del doctor, ahora la única esperanza de remediar la situación es recuperar el cuerpo de Spock para traspasarle su espíritu. Para ello deberán regresar al planeta Génesis, en donde se encuentra el cadáver del vulcano. Pero un grupo de renegados Klingons se encuentra en la zona, intentando recuperar los secretos del torpedo Genesis, el creador de mundos; y su ambición pondrá en peligro a la delicada misión de Kirk.

Viaje a las Estrellas III: En Busca de Spock Esta es la segunda secuela del revival de la serie de TV Star Trek. Y no es una continuación demasiado lograda, al menos para los espectadores ocasionales de la franquicia. Hasta ese momento la saga se debatía entre asumir un criterio creativo novedoso y válido cinematográficamente – como pasó con Viaje a las Estrellas: La Película -, o transcurrir por caminos más cercanos a la nostalgia de la tira televisiva, como había ocurrido con Star Trek II: La Ira de Khan.

Pero por desgracia Viaje a las Estrellas III: En Busca de Spock termina por confirmar una vez más la tendencia frecuente de las series televisivas norteamericanas, en donde las estrellas terminan por apoderarse creativamente del show en detrimento de la calidad del producto. Esto suele ser usual, por ejemplo, en las tiras de éxito, en donde los protagonistas comienzan a apropiarse de la dirección, producción y libretos, pero aquí ocurre en una saga cinematográfica de costo millonario. Y, lo que es peor, estos asaltos de poder suelen terminar en tendencias ultraconservadoras para mantener el status quo. El caso más obvio es que una decisión creativa arriesgada como era matar a Spock en Star Trek II, es revertida aquí del modo más absurdo posible – la razón real es que Star Trek estaba facturando bien, y Leonard Nimoy terminó por arrepentirse de su decisión de abandonar la saga -. Para colmo, Nimoy toma el mando de la dirección así como la co-escritura del libreto.

El problema de Viaje a las Estrellas III: En Busca de Spock es que la historia es ridícula. Spock traspasa su mente a McCoy minutos antes de morir pero sigue actuando como si nada durante el resto del final del film anterior – ¿le transfirió un backup? -. Y el hecho de reconstruir a Spock con la mente fusionada de Bones y el cuerpo – destruido por la radiactividad del accidente nuclear de la película previa – es un disparate colosal. Habían mejores maneras de intentar resucitar al personaje – por ejemplo, que el cuerpo y el alma residieran aún en Genesis (el planeta creado artificialmente y con poderes regenerativos), y que la Enterprise detectara señales de vida – en vez de semejante dislate. Por si la premisa fuera difícil de tragar – pensada exclusivamente para satisfacer a los fans -, Nimoy como director es realmente tosco. Maneja muy bien toda la parte técnica – efectos especiales, las secuencias en el espacio – pero al momento de dirigir actores es de terror. Aquí el libreto exige que William Shatner demuestre cualidades actorales que no posee; y para colmo todo el cast de secundarios es terrible – desde la pétrea Robin Curtis (Saavik) hasta Merritt Buttrick, quien hace de hijo de Kirk y es completamente incompetente; y veteranos como Christopher Lloyd terminan por regodearse con niveles salvajes de sobreactuación -. Y más allá de los actores, el libreto no pone empeño en ser coherente o incluso original – la contratación de un mercenario por parte de McCoy en el bar de la estación orbital es una espantosa reedición de la clásica secuencia de la cantina de Star Wars; incluso la resolución de la trama en el planeta Genesis es muy mediocre, con una sucesión de hechos fortuitos y malas peleas que ponen a prueba la salud mental del espectador -.

Pero aún cono todos sus problemas, Viaje a las Estrellas III: En Busca de Spock es medianamente entretenida. Los FX son realmente buenos, y el combate en la órbita de Genesis es notable. El problema mayor es el libreto, que es muy condescendiente, no explora en absoluto las posibilidades que el tema brindaba, y dispara dosis siderales de sanata. Si la sacerdotisa vulcana dice que la fusión de mentes es una leyenda y que hace siglos que no se hace, ¿cómo Spock sabía que podía transferir su mente?. ¿No nace ningún espíritu nuevo en la raza Vulcana? – una pregunta que se le puede hacer a los defensores de la reencarnación, a quienes se les podría preguntar de dónde salieron los 8 mil millones de almas que ahora pueblan el planeta -. Entre el guión mediocre, la mala actuación y la falta de clima, Viaje a las Estrellas III: En Busca de Spock definitivamente no es la mejor hora de la franquicia Star Trek.

STAR TREK – VIAJE A LAS ESTRELLAS

Los filmes que componen la saga Star Trek son: Viaje a las Estrellas: La Película (1979), Viaje a las Estrellas II: La Ira de Khan (1982), Viaje a las Estrellas III: En Busca de Spock (1984), Viaje a las Estrellas IV: Mision: Salvar la Tierra (1986), Viaje a las Estrellas V: La Frontera Final (1989) y Viaje a las Estrellas VI: Aquel Pais Desconocido (1991). La serie seguiría posteriormente con el elenco televisivo de Star Trek: The Next Generation en los filmes: Viaje a las Estrellas: Generaciones (1994), Viaje a las Estrellas: Primer Contacto (1996), Viaje a las Estrellas: Insurreccion (1998) y Viaje a las Estrellas: Nemesis (2002). Star Trek: El Futuro Comienza (2009) es una precuela dirigida por J.J. Abrams; sus siguientes capítulos son Star Trek 2: En la Oscuridad (2013), y Star Trek Sin Límites (2016). Star Trek: Discovery (2017) es una precuela ambientada 10 años antes del vuelo inaugural del Enterprise. También comentamos la tercera (y mejor) temporada de Picard (2023).