Crítica: Viaje a las Estrellas X: Némesis (Star Trek X: Nemesis) (2002)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 2002: Patrick Stewart (CapItan Jean-Luc Picard), Brent Spiner (Comandante Data / B-4), Tom Hardy (Shinzon), Jonathan Frakes (Comandante Will Riker), Marina Sirtis (Consejera Deanna Troi), Michael Dorn (Teniente Worf), Gates McFadden (Dra Beverly Crusher), LeVar Burton (Teniente Geordi LaForge), Ron Perlman (Virrey de Remus), Dina Meyer (Comandante Donatra), Kate Mulgrew (Almirante Kathryn Janeway)

Director: Stuart Baird; Libreto: John Logan, sobre una historia de John Logan, Rick Berman & Brent Spiner; Música: Jerry Goldsmith

Trama: Un golpe de estado derroca al gobierno del irascible gobierno romuliano. Asume un nuevo pretor, para lo cual la nave de la federación Enterprise es enviada en misión diplomática para asistir a la ceremonia. Mientras tanto, en el camino descubren los restos de un robot idéntico al Comandante Data, que se trata posiblemente de una versión prototipo más antigua. La tripulación ensambla al androide – llamado BeFore (B4) – e investiga como fue a parar desmembrado a un planeta desierto. Cuando llegan a Romulus, el Capitan Picard descubre para su asombro que el nuevo regente del imperio resulta ser un clon suyo. Shinzon proviene del cercano planeta de Remus, donde la población siempre sirvió como esclavos de los romulanos. Pero Shinzon oculta deseos de venganza, primero apoderándose de la raza que los había sometido, después intentando secuestrar a Picard, y por ultimo ansiando destruir el planeta Tierra. Y es que precisa la sangre del capitán del Enterprise, ya que su proceso de clonación comienza a degenerarse rápidamente.

Viaje a las Estrellas: Nemesis Viaje a las Estrellas ; Nemesis es la última entrega (por el momento) de la saga creada por Gene Roddenberry y que tuviera origen en la serie de TV de los años 60; y es el cuarto film protagonizado por el elenco de la versión aggiornada de la serie, conocida como La Próxima Generación.

En general, la saga Star Trek ha ido a los tumbos desde que llegara a la pantalla grande en 1979. Han habido entregas muy buenas, otras medianas y unas cuantas mediocres. En general el espectáculo siempre termina siendo aceptable en el peor de los casos, pero algunos filmes no poseen el vuelo creativo suficiente para la pantalla grande, y quedan mejor como películas para cable. Además la Paramount empezó una suerte de depredación de la saga por motivos financieros, lo que derivó en que en un momento hubieran películas de Star Trek en la pantalla grande, y hasta dos series de TV al mismo tiempo (Voyager y Abismo Espacial 9), e incluso una suerte de precuela que fue Enterprise. Lo cierto es que, a pesar de lo que uno pueda quejarse del despotismo creativo de Gene Roddenberry, solo la serie continuación del original (La Proxima Generación) y creada por él obtuvo respuesta popular y los favores de la critica. El resto de las series careció del mismo carisma (ya al mando de Rick Berman), y algo similar pasó con los filmes. Con la tripulación del Capitán Kirk, a pesar de sus desparejos niveles creativos, obtuvo buenos rendimientos de taquilla. Al trasladar La Proxima Generación a la pantalla plateada, a pesar del excelente comienzo que fue Primer Contacto, la respuesta del público se fue enfriando. Da la sensación de que la franquicia había llegado a su fin simplemente por una cuestión de saturación en los medios y agotamiento creativo.

Star Trek: Nemesis entonces apareció como “el viaje final de una generación”. Al igual que otras sagas (como la de Godzilla), el estudio ha decidido abrir un paréntesis para darle aire fresco a la franquicia (aunque se encuentra proyectando una precuela sobre los origenes de Kirk, su tripulación y el Enterprise, con nuevos actores). El tema es que Star Trek VI: Aquel Pais Desconocido fue una excelente despedida para Kirk y Compañía. Pero lo mismo no puede decirse de Nemesis respecto a la tripulación comandada por el Capitán Picard.

Lo que uno termina por darse cuenta, a medida que avanza el largometraje, es que hay una enorme cantidad de ideas recicladas de Star Trek II: La Ira de Khan. Hay nuevamente un villano modificado genéticamente, una venganza contra el capitán del Enterprise, una arma de destrucción masiva a nivel planetario, un entrentamiento de naves en una nebulosa, y el sacrificio de un miembro de la tripulación. Dentro de todo no está mal el maquillaje que le han aplicado a esta historia, pero el problema es que todo resulta muy rutinario. Tom Hardy no es Ricardo Montalban; y si bien su interpretación está ok, el guión no le da un trasfondo profundo que eleve su estaura de villano. Le falta además el carisma de Montalban; y por el contrario, suele aplicar el guión una serie de duelos de ingenios entre héroe y villano que resultan aburridos. Todo termina derivando en una suerte de atmósfera sentimentaloide, donde Picard siente pena por lo que Shinzon pudo haber sido pero no fue, y Shinzón en su admiración y profundo odio hacia Picard. Pero además la situación del clon de Picard es absurda: ¿acaso Picard es un genio militar y por eso lo clonaron?. La historia de un eventual reemplazo del comandante por el clon creado por los Romulanos para destrozar la federación se cae a pedazos. Y más absurdo aún es el súbito proceso de degeneración que comienza a padecer por los defectos del proceso de clonación.

El guión es chato, y las actuaciones también. Toda la tripulación pasa a realizar un cameo en su propia saga, con excepción de Data y Picard, que a pesar de su protagonismo tampoco destacan. Además que se suman otros problemas: Data ya se ve demasiado viejo a pesar del maquillaje, y súbitamente Picard pasa a ser un héroe de acción. La persecución en el planetoide tras rescatar a B4 (un dispositivo del guión simplemente para que Brent Spiner siga comiendo con la saga si existieran eventuales secuelas) es barata y rutinaria; los choques armados con los habitantes de Remus son propios de las series de TV (la típica “me levanto a disparar así me matan”), y Picard debe cometer una serie de proezas que van en contra de lo que indica su edad. De pronto Star Trek pasó de ser ciencia ficción pensante a un show al estilo Michael Bay, cargado de explosiones; pero ni siquiera las secuencias de acción están hechas con demasiado virtuosismo.

Las motivaciones del villano son absurdas; la posesión de Deanna Troy queda descolgada de la trama; y lo único que redime al filme son los fabulosos efectos especiales y cierta tensión en el clímax. Pero en general toda la película resulta chata. No es una cinta terrible, pero tampoco una memorable. Posiblemente desvirtúe un poco el espíritu de la saga, pero tampoco hace el más minimo esfuerzo de recorrer nuevos caminos. Simplemente es pura rutina.

STAR TREK – VIAJE A LAS ESTRELLAS

Los filmes que componen la saga Star Trek son: Viaje a las Estrellas: La Película (1979), Viaje a las Estrellas II: La Ira de Khan (1982), Viaje a las Estrellas III: En Busca de Spock (1984), Viaje a las Estrellas IV: Mision: Salvar la Tierra (1986), Viaje a las Estrellas V: La Frontera Final (1989) y Viaje a las Estrellas VI: Aquel Pais Desconocido (1991). La serie seguiría posteriormente con el elenco televisivo de Star Trek: The Next Generation en los filmes: Viaje a las Estrellas: Generaciones (1994), Viaje a las Estrellas: Primer Contacto (1996), Viaje a las Estrellas: Insurreccion (1998) y Viaje a las Estrellas: Nemesis (2002). Star Trek: El Futuro Comienza (2009) es una precuela dirigida por J.J. Abrams; sus siguientes capítulos son Star Trek 2: En la Oscuridad (2013), y Star Trek Sin Límites (2016). Star Trek: Discovery (2017) es una precuela ambientada 10 años antes del vuelo inaugural del Enterprise. También comentamos la tercera (y mejor) temporada de Picard (2023).