Crítica: Spiders 3D (2013)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 2013: Patrick Muldoon (Jason Cole), Christa Campbell (Rachel Cole), William Hope (coronel Jenkins), Shelly Varod (Phoebe)

Director: Tibor Takacs, Guión: Joseph Farrugia & Tibor Takács

Trama: Jason Cole es el supervisor en jefe de todos los subterráneos de Nueva York. Durante una jornada Cole – y todos los neoyorkinos – sienten un fuerte estruendo y pronto el pánico cunde en la ciudad ante la sospecha de un nuevo atentado terrorista. Sin embargo la prensa alcanza a dilucidar los orígenes del fenómeno, e indican que la explosión fue causada por el violento ingreso a la atmósfera de los restos de una antigua estación espacial soviética, la cual se ha precipitado sobre la ciudad. Aún cuando la mayoría de sus partes fueron incineradas por la fricción, algunos pedazos – del tamaño de una pelota de fútbol – han sobrevivido y han colisionado contra el pavimento, precisamente contra una de las líneas de metro que controla Cole. Ahora el supervisor ha ido a la zona para monitorear los daños… pero ha terminado topándose con los cadáveres de varios empleados del subterráneo, los cuales cooperaban para chequear el estado de las vías. Y, lo más extraño de todo, es que los mismos parecen estar infestados con los huevos de algún tipo de insecto gigante. Cole alerta a las autoridades, quienes pronto cierran la zona y envían a las fuerzas militares para investigar lo ocurrido. Y grande será su sorpresa al toparse con una horda de arañas mutantes, las cuales vinieron del espacio y a bordo de los restos de la estación orbital soviética. Pero lo peor de todo es que las arañas están preparando el nido de su reina madre… una criatura monstruosa y gigantesca que amenaza arrasar con todo lo que se interponga a su paso, y cuya estructura parece indestructible.

Spiders 3D Spiders 3D es una película tonta que entrega exactamente lo que uno espera de ella: bastante entretenimiento, muchos planos de arañas gigantes arrasando Nueva York, y algunas batallas bien coreografiadas. Por supuesto el libreto es un colador con agujeros de lógica del tamaño de un camión, pero todo resulta orquestado con tanto savoir faire que termina siendo disfrutable. En sí, Spiders 3D no es mas que un digno heredero de aquellas películas de monstruos de los años 50 – y no hablo de los clásicos de Ray Harryhausen o Jack Arnold, sino de las series B y Z dirigidas por Bert I.Gordon -, paparruchadas que uno veía (y disfrutaba) de chico, y en donde insectos, mutantes y animales gigantes de todo tipo y color se la pasaban pisando maquetas de Nueva York durante deliciosos 90 minutos de nuestro tiempo.

La historia no tiene pies ni cabeza. Los soviéticos encontraron, allá lejos y hace tiempo, una nave extraterrestre y un par de cuerpos alienígenas, de los cuales tomaron muestras y decidieron clonarlos. El único ser sobre la Tierra genéticamente compatible con los aliens eran las arañas… pero, para tener éxito, el implante debía hacerse en un ambiente de gravedad cero. Por supuesto las cosas salieron mal, la estación orbital construida expresamente con dicho propósito se convirtió en un cementerio en el espacio y, luego de dos o tres décadas, el aparato abandonado decidió venirse abajo. Las malas noticias es que los restos aterrizaron en Nueva York y se estrellaron en el medio de una atestada línea de subterráneos. Entra en escena Patrick Muldoon – haciendo de supervisor de trenes (!), oficio extraño para héroe de película de monstruos – y pone a su gente a chequear la escena del impacto. Como los restos no son más grandes que un televisor mediano, dispone la apertura de la línea… hasta que empiezan a desaparecer operarios, los cuales son devorados con fritas por parte de las arañas mutantes. Llegan los militares, corren la voz de que el satélite vino cargado con un virus espacial, ponen a toda la zona en cuarentena… y se dedican a criar las arañas mutantes (wtf?!), las cuales crecen 15 centímetros por hora y están abocadas a construir el nido de la araña madre: un bicho king size capaz de lastrarse un Volkswagen Beetle como si fuera un caramelo. No sólo se trata de una bizarra decisión, sino que pone en movimiento una de las conspiraciones más estúpidas de la historia del cine: ¿cómo mantener el secreto sobre una horda de monstruos que se ha devorado a la mitad de los habitantes de Manhattan?.

Toda esta pavada está justificada por el hecho de que la tela que engendra la araña madre resulta ser indestructible,… falacia que nuestros héroes tiran por el suelo en menos de cinco minutos y ni bien empiezan a cortar tramos de su tejido con vidrios rotos u otros objetos cortantes que tienen a mano (o quizás no le avisaron de esta idea del libreto a la gente que fabrica los efectos especiales; si no, hubieran puesto algo con mayor consistencia que el algodón de azúcar). Mientras que todo ese aspecto es una bobada monumental, por otra parte es remarcable la maña que se da el libreto para mantener activo y útil al personaje de Patrick Muldoon, el cual termina siendo el héroe que se enfrenta con el monstruo al final – y que cumple con la regla de oro del género, según la cual quien primero avista el monstruo termina siendo el encargado de destruirlo -. Aquí el supervisor Muldoon porta durante un tiempo los huevos de la reina, y luego él y su familia terminan siendo testigos demasiado peligrosos que merecen ser silenciados. Como su hija quedó encerrada en el edificio en donde vive – que se encuentra justo encima del nido de los arácnidos -, Muldoon y Sra deben atravesar el cerco militar, lidiar con los engendros mutantes, y sacar a la chica antes que las cosas se pongan castaño oscuro, algo que parece estar mucho más cerca de lo esperado.

Lo mejor de Spiders 3D son las arañas en acción, las que están hechas con CGIs muy potables y actúan de manera bastante viciosa. Las cosas se ponen súper cuando la reina sale a luz y se pone a hacer un tour por las calles de Nueva York, un segmento que parece extractado directamente de los filmes de dinosaurios gigantes de los años 50 y 60 (desde The Beast From 20.000 Fathoms hasta The Giant Behemoth), y que es la secuencia más disfrutable. Yo me divertí más con esa araña gigante trucha que con todo el desarrollo supuestamente dramático de Cloverfield, como para que tengan una idea. Y desde ya tenemos el final, el cual toma alguna que otra idea de la batalla clásica que mantenía Grant Williams con un arácnido enorme en El Increíble Hombre Menguante. Sí, sí; es todo muy bobo y muy poco original, pero es divertido y está cargado de energía.

Si hay peros importantes al filme, yo los pondría por el lado del cast. Patrick Muldoon está ok como el héroe pero el resto se debate entre la indiferencia y el sonambulismo, y la más chocante resulta ser Christa Campbell – la cual hace de ex esposa de Muldoon -. La Campbell es una ex-conejita sexy devenida en cuarentona deforme por el botox y las malas cirugías, y cuya presencia física resulta tremendamente distrayente. No sabe actuar, su papel es un adorno y, cuando pasa terrible en pantalla, uno piensa menos en su angustia y más en sus espantosos labios hinchados y en sus pómulos extremadamente rígidos. Es posible que en Hollywood todos vivan en una burbuja y entiendan que la gente deforme por las cirugias se vea natural (o como un nuevo standard); pero es ridículo poner a esas personas en papeles tales como amas de casa, vaqueros del lejano oeste o piratas del siglo XVIII, simplemente porque se ven como engendros. Piensen en la versión actual de Meg Ryan haciendo un papel de época, como para que tengan una idea.

Spiders 3D es un placer culpable. Si le gustan las películas viejas de monstruos, le parecerá una joyita tan tóxica como disfrutable. No es buena, no recorre ningún camino nuevo, pero se siente como la versión aggiornada de un antiguo amigo, al cual vemos que está de regreso y que mantiene una salud envidiable.