Crítica: Cazador del Espacio: Aventuras en la Zona Prohibida (1983)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA / Canadá, 1983: Peter Strauss (Wolff), Molly Ringwald (Nikki), Ernie Hudson (Washington), Michael Ironside (Overdog), Andrea Marcovicci (Chalmers)

Director: Lamont Johnson, Guión: Len Blum, Dan Goldberg, David Preston & Edith Rey

Trama: Un crucero espacial sufre una avería y la tripulación es lanzada al espacio en cápsulas de salvamento. Así es como tres chicas van a parar al inhóspito planeta Tierra 11, regido con mano de hierro por el deforme mutante Overdog, quien las captura y las hace prisioneras. Ahora el mercenario Wolff se dirige a Tierra 11 a rescatar a las chicas y cobrar la recompensa correspondiente; pero la misión estará plagada de complicaciones y peligros, comenzado por los acólitos de Overdog que conocen el propósito de Wolff y han salido a matarlo.

Cazador del Espacio: Aventuras en la Zona Prohibida En los ochentas había mucha basura cinematográfica con aspiraciones de gran espectáculo. Una enorme mayoría eran clones baratos de las películas de moda, copias que terminaron enterradas en el cementerio de la memoria. Una de ellas es Cazador del Espacio: Aventuras en la Zona Prohibida, que es una especie de mezcla de Mad Max 2 con La Guerra de las Galaxiasimaginen a Han Solo viviendo aventuras en un futuro post apocaliptico trash -. El resultado es mediocre por donde se lo mire, pero tiene algo de entusiasmo juvenil que termina por hacer que uno le perdone la vida.

Acá figura Peter Strauss, una estrella televisiva de la época que aspiraba a las ligas mayores en el cine y Cazador del Espacio: Aventuras en la Zona Prohibida representaba su mejor jugada. Mejor suerte la próxima, Peter. No sólo Strauss carece de carisma sino que le tocan en suerte algunos diálogos horrendos y una producción hecha con papel maché. Tampoco lo ayuda el casting de la irritante (con mayúscula) Molly Ringwald, que pudo hacer toda una carrera haciendo de histérica en las comedias adolescentes de John Hughes, pero definitivamente no le da el cuero para otra cosa. Hubieran elegido a otra actriz o hubieran hecho que el papel le calzara a una mujer adulta; asi como está, no es ni chicha ni limonada y, para colmo, tiene algunos remates de diálogo realmente anacrónicos.

Aún con todos sus problemas, Cazador del Espacio: Aventuras en la Zona Prohibida tiene cierto sabor que la hace digerible. Quizás sean los efectos especiales, el diseño de las naves y los escenarios, que parecen salidos de una tira de Heavy Metal o, bien, hacen acordar a Barbarella en un día de recorte de presupuesto de producción. El villano de Michael Ironside se ve impresionante. Hay algo de atmósfera, y la acción no es tan maaaala como uno podría pensar, aunque es algo lenta e incompetente.

Es posible que Cazador del Espacio: Aventuras en la Zona Prohibida sea un filme mediocre, pero hay mediocridades que uno termina odiando y otras que terminan por entretener. Este filme entra raspando en la última categoría, lo que significa que no es recomendable pero que tampoco le prenderemos fuego al televisor si llegan a darla a la madrugada por cable y es lo único que hay para ver.