Crítica: Pequeños Guerreros (1998)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 1998: Gregory Smith (Alan Abernathy), Kirsten Dunst (Christy Fimple), Kevin Dunn (Stuart Abernathy), Frank Langella (Archer), Tommy Lee Jones (Mayor Chip Hazard)

Director: Joe Dante, Guión: Ted Elliott, Zak Penn, Adam Rifkin, Terry Rossio & Gavin Scott

Trama: El padre de Alan Abernathy regentea una juguetería cuyas ventas vienen últimamente en baja. Debido a que Abernathy es partidario de los juegos de ingenio, éstos parecen haber perdido el favor del público infantil en virtud de los juguetes bélicos y otros artefactos de indole violenta. Un día Alan queda a cargo de la tienda y decide, en contra de los designios de su padre, adquirir una partida de muñecos tipo comando, los cuales tienen como enemigos a otra linea de juguetes- similares a criaturas mutantes – llamados los Gorgonitas. Los muñecos pronto captan la atención de los visitantes de la tienda y Alan decide quedarse con Arquero, una criatura de aspecto pacífico y líder de los Gorgonitas. Pero grande será su sorpresa al descubrir que los muñecos poseen un chip de inteligencia artificial, el cual les da vida propia; y mayor será su asombro al encontrar que los comandos – liderados por Chip Hazard – han salido de sus cajas y han montado una peligrosa ofensiva con tal de destruir a los Gorgonitas. Ante el obvio descredito de sus padres, Alan y el Arquero deberán arreglárselas por su cuenta…aunque Hazard ha construido una serie de maquinas letales y ha montado un ejército de muñecas asesinas, clonando el chip que poseen y colocándoselos en la multitudinaria colección de Barbies que posee su vecina adolescente, la cual ha quedado enredada en esta delirante guerra y la que parece ser la única aliada con que cuenta Alan para detener toda esta locura.

atacan las Barbies escapadas del infierno en esta buena escena de Pequeños Guerreros (1998) atacan las Barbies escapadas del infierno en esta buena escena de Pequeños Guerreros (1998) 

Pequeños Guerreros A mí me gusta Joe Dante. Creo que es un director incomprendido – saquen Gremlins y un par de títulos más, y verán que su carrera está compuesta de sonoros fracasos comerciales; sin ir mas lejos, se le tumbó el regreso del staff de luminarias animadas de la Warner de la mano de Looney Tunes: Back in Action (la cual creo que es infinitamente superior a Space Jam) -, cuyo nerdismo termina espantando al público y lo ha alejando de sus obras. Sus películas se dejan ver y son completamente disfrutables, pero parece haber caído en una espiral de desgracia que lo ha relegado al ostracismo del mundo televisivo y del directo al video. En 1998 Dante precisaba un éxito y probó suerte con este reciclado de Gremlins, el cual generó tibios resultados en taquilla. Demasiado, considerando lo bizarro de la puesta en escena y la increíble falta de gracia que pulula en toda la película (y peor aún, considerando el pedigree de los libretistas del filme, que van desde uno de los redactores de The Avengers hasta la dupla que dió a luz Los Piratas del Caribe).

La historia es la misma que la de Gremlins: chico descubre criatura anormal – acá un juguete viviente gracias a un chip militar de última tecnología -, la criatura no viene sola y trae una multitud de amigos y enemigos, y todo culmina en una guerra campal entre facciones. Está la vecinita del barrio que él moscardonea sin éxito – Kirsten Dunst, especialista en estos papeles de mocosa histérica calientabraguetas -, está Dick Miller haciendo otro de sus habituales cameos, y hay una parrafada de referencias cinéfilas, comenzando por los parlamentos de los comandos que parecen vomitar toneladas de clichés de películas de guerra. El problema de todo esto es que actores y muñecos hablan demasiado, y el 99% de lo que dicen carece de gracia. Ni aún reclutando al staff de Los Doce del Patíbulo (para el grupo comando) o al de This is Spinal Tap (para los Gorgonitas) los actores logran sobrellevar un guión carente de chispa. Las cosas recién resucitan sobre el final con la batalla campal en la casa de los Abernathy y, especialmente, cuando el líder comando crea un ejército de Barbies deformes – momento en donde Dante se encuentra en su salsa y repite el delirio que caracterizaba a Gremilns -. Pero los Gorgonitas son demasiado inútiles, los Comandos tienen muertes demasiado violentas y todo resulta demasiado bizarro para ser disfrutable.

Pequeños Guerreros es una película menor de Dante. Se deja ver, se olvida fácil. La coherencia es algo que brilla por su ausencia – ¿corporaciones militares comprando fábricas de juguetes?; ¿juguetes dotados de chips militares?; ¿chicos pirómanos quedando solos a cargo de la tienda de sus padres?; ¿gente idealista que “olvida” todo a causa de un obscenamente jugoso cheque corporativo? – y las performances son mediocres (incluyendo especialmente la de Phil Hartman, en una de sus ultimas actuaciones). En todo caso es un espectáculo no muy inspirado, el cual podría haber tenido mas gracia en vista del esfuerzo de producción aplicado.