Crítica: Scorpio (1973)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

calificación 3/5: buena USA, 1973: Intérpretes: Burt Lancaster (Cross), Alain Delon (Jean Laurier, “Scorpio”), Paul Scofield (Zharkov), John Colicos (McLeod), Gayle Hunnicutt (Susan)

Director: Michael Winner – Guión: David W. Rintels & Gerard Wilson

Trama: Cross es un operador de la CIA que trabaja en Europa. Gestiona misiones clandestinas, casi siempre acompañado de un asesino profesional independiente conocido por su nombre clave Scorpio. Pero ahora la CIA sospecha que Cross intenta negociar con los soviéticos su deserción, e irse tras la Cortina de Hierro. Por ello le asignan a Scorpio la misión de atrapar y matar a su antiguo amigo. Y la cacería tendrá lugar en las calles de Viena, en donde Cross intenta por todos los medios sacar clandestinamente a su esposa de Estados Unidos antes que el asesino profesional logre dar con su paradero.

Scorpio (1973)En los setentas todo era paranoia y cinismo en los Estados Unidos. El fracaso de la guerra de Vietnam, las enormes heridas que el conflicto había dejado en el orgullo nacional y, por supuesto, el escándalo de Watergate. Era lógico que el cine reflejara todo esto con películas conspirativas, oscuras y paranoicas en extremo. Scorpio es una muestra de la época: usualmente el cine de espionaje se mueve con intrigas y atormentados héroes… pero aquí no hay ni un personaje que resulte moralmente potable. El que no es asesino es traidor, y el 99% del elenco juega a dos puntas.

El problema con un argumento así es que no hay nadie por el cual tomar partido. El filme intenta compensar esto con el reclutamiento de dos astros carismáticos como Burt Lancaster y Alain Delon, con lo cual tanto el traidor como el asesino son, cuando menos, digeribles. El otro punto es que el libreto tampoco intenta explicar si la traición de Burt Lancaster es real o si sus jefes de la CIA se volvieron paranoicos y el tipo se ve obligado a correr por su vida. No importa; es el McGuffin de la historia y, desde entonces, Lancaster se la pasa corriendo con Delón pegado al trasero.

La acción está ok, y las performances son buenas, pero hay algo que no me termina de cerrar con Scorpio. Quizás sea que todos sus personajes son omniscientes en extremo. Delon manda espiar todos los llamados telefónicos hechos desde Austria hacia Estados Unidos, como si fuera algo fácil y lo más normal del mundo. En menos de cinco minutos descubren quién ayuda a Lancaster. También hay demasiados informes confidenciales que aparecen de la nada y justo cuando el libreto se empantana. Delon sabe todo lo que va a hacer Lancaster y viceversa. A su vez, el fugitivo entra y sale de Estados Unidos como pancho por su casa, pero el tipo – mientras está en Europa – está estancado en Austria y no puede largarse de ahí para irse a Rusia.

La trama es demasiado perfecta y artificial. Todos saben todo de todos en todo momento. Lancaster actúa con precisión milimétrica, y Delon siempre llega retrasado. Y son todos tan retorcidos que uno anticipa, desde el vamos, que el 99% del cast va a terminar muerto de una manera u otra.

Scorpio no es un mal filme. Podría mencionarse como el abuelo de la saga Bourne, con otro agente renegado huyendo de sus perseguidores y, en un momento, dándose vuelta contra ellos en un giro vengativo y sangriento. El punto es que al libreto sólo le interesa mostrar tipos persiguiéndose entre ellos, y no le interesa en absoluto dar las razones, ni mostrarlos con el más minimo grado de humanidad. Simplemente son autómatas asesinos buscando matarse entre sí.

3 CONNERYS: Un thriller ok, en donde todo el mundo es demasiado retorcido y letal. Imposible tomar partido por alguien, ya que el libreto nunca aclara las sospechas sobre el protagonista. Los personajes son omniscientes e implacables, y esto impide generar un clima de credibilidad y suspenso.