Crítica: Estación 3 Ultrasecreto (The Satan Bug) (1965)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

calificación 3/5: buena USA, 1965: Intérpretes: George Maharis (Lee Barrett), Anne Francis (Anne Barrett), Richard Basehart (Dr Gregor Hoffman), Dana Andrews (General), Edward Asner (Veretti), Frank Sutton (Donald), Richard Bull (Eric Cavanaugh)

Director: John Sturges – Guión: Edward Anhalt & James Clavell, basados en la novela homónima de Ian Stuart (Alistair MacLean)

Trama: Debido a sus antecedentes como agente de inteligencia en la Guerra de Corea, Lee Barrett es contratado para hacerse cargo de la seguridad de un laboratorio ultrasecreto . Pero al llegar Barrett descubre que han asesinado a un científico y al anterior encargado de seguridad, y se han robado muestras de dos clases de virus. Uno de ellos es una toxina altamente venenosa que perece al cabo de ocho horas de contacto con el aire; pero el otro – conocido como El Engendro de Satán – carece de caducidad y es tan nocivo que podría exterminar a toda la vida sobre la Tierra una vez que fuese liberado. Barrett comienza a investigar hasta que el gobierno recibe un llamado del millonario Charles Reynolds Ainsley, quien dice tener a los virus en su poder y amenaza con liberarlos si el estado no comienza a tomar una serie de drásticas decisiones – comenzando con el desmantelamiento del laboratorio en donde cultivaron al engendro de Satán -. Pero Ainsley ha desaparecido, y la única pista de Barrett es su corazonada acerca de que los responsables del robo aún permanecen en las cercanías del laboratorio, ya que sospecha que se trató de un trabajo interno.

Estacion 3 Ultrasecreto (The Satan Bug)Ciertamente no sabía en donde poner a The Satan Bug. Podría considerarla como una fantasía conspirativa con toques de seudo ciencia y bien podría haber ido a parar a nuestro portal Arlequín de cine fantástico. Pero, viendo que hay un villano megalómano que quiere dominar el mundo, hay un ex agente de inteligencia involucrado y George Maharis fue puesto en el cast (con un perfil propiamente bondiano), el filme vino a parar a nuestro portal de cine de espías.

En sí The Satan Bug viene de un experimento literario del autor de best sellers Alistair MacLean, que quería probar si sus novelas podrían tener éxito si no estaba su nombre en la portada (algo similar a lo que hizo Stephen King con su alias Richard Bachman). A su vez, entre los guionistas que adaptaron al libro figura James Clavell, el que también tendrían su cuota de éxito literario años más tarde con obras como Shogun (1980). Y en la dirección está John Sturges, el mismo de Los Siete Magníficos (1960) y Estación Polar Zebra (1968, y también basada en un libro de MacLean).

Desconozco el libro original pero, a juzgar por lo que quedó en pantalla, asumo que debía de ser bastante diferente. El tema es que The Satan Bug arranca realmente bien – hay un protagonista intrépido e inteligente, con una esposa bonita e inteligente que lo acompaña en sus investigaciones, e incluso tiene un suegro decidido e inteligente que resulta ser el general encargado del proyecto de guerra biológica que aquí se han robado -, y los personajes se muestran sagaces. Pero, por el lado de los villanos, las cosas se empiezan a poner cada vez más estúpidas con cada minuto que avanza la trama. En su segundo tercio The Satan Bug empieza a flaquear y después no repunta de ninguna manera. Hay una escena que parece el colmo de la estupidez, y es cuando Maharis – que recién terminaba de interrogar a Richard Basehart – se reúne con uno de sus ayudantes y le dice que el millonario demente Charles Reynolds Ainsley ha desaparecido. No hay fotos de él, y la única descripción oral que tienen es “un tipo bajito, cincuentón, de pelo castaño”… tal como el tipo que había dejado en la habitación contigua. Aunque le dijeran que Ainsley hizo de Almirante Nelson en Viaje al Fondo del Mar (1964 – 1968), Maharis no podría darse cuenta de que Basehart es el infiltrado en la base.

Si tan sólo ese fuera el único error del filme… pero no. Cuando empiezan las persecuciones en el desierto todo termina por irse al demonio, simplemente porque el guión no sabe qué excusas seguir inventando (una tras otra) para mantener al héroe pegado al villano mientras huye con el frasquito cargado del virus mortal. En esos momentos es cuando uno recuerda al gran filósofo Scott Evil – de la primera Austin Powers – que decía: “¿por qué no le pegamos un tiro y ya? ¿para qué dejarlos en una celda con róbalos mutantes armados con rayos láser si no hay nada más limpio que una bala? ¿para que se escapen y arruinen nuestro plan de dominar al mundo?”. Lo que sigue es tan traído de los pelos, lo que resulta inexcusable. Sospecho que los guionistas quisieron armar algo como Goldfinger – en donde Bond era rehén del villano para mantener las apariencias frente a los agentes de la CIA que los vigilaban, y daba oportunidad para explorar la filosofía del cerebro criminal de turno -, pero aquí termina siendo ridículo. Tanto, que al final Scott Evil termina por tener razón, y Maharis arruina los planes de Basehart sobre el minuto final.

Hay buenas actuaciones, buenos diálogos… pero el 50% de la historia no funciona, simplemente porque es una excusa estirada para meter persecuciones y tener al protagonista pegado al villano hasta el clímax. Es una lástima, porque en el arranque todo indicaba que se trataba de una película más que potable. The Satan Bug termina siendo un thriller ok, que se desbarranca hacia el final, por la sencilla razón de que los guionistas fueron muy torpes para mezclar la acción con la intriga

3 CONNERYS: Otra de genios dementes que amenazan al mundo. Hay buenos momentos en el filme, y Richard Basehart es un buen villano. El problema es que el guión quiere mantener todo el tiempo a George Maharis cerca de Basehart, y comienza a inventar situaciones cada vez más artificiales, lo que arruina todos los méritos de la película.