Crítica: Rocketeer (1991)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 1991: Bill Campbell (Cliff Secord), Jennifer Connelly (Jenny Blake), Alan Arkin (A. ‘Peevy’ Peabody), Timothy Dalton (Neville Sinclair), Paul Sorvino (Eddie Valentine), Terry O’Quinn (Howard Hughes)

Director: Joe Johnston, Guión: Danny Bilson & Paul De Meo, basados en la novela gráfica homónima creada por Dave Stevens

Trama: Los Angeles, 1938. Cliff Secord es un piloto que está testeando su avión para la próxima competencia nacional. Pero en el aeródromo donde se encuentra irrumpen agentes federales persiguiendo a un coche que se ha disparado a la fuga. Los maleantes logran detenerse unos segundos en uno de los hangares, y se deshacen de un misterioso paquete. Más tarde Secord encuentra por accidente el bulto, el cual resulta ser un equipo propulsado a cohete que se monta en la espalda y le permite volar. Cuando uno de sus amigos sufre un accidente en pleno vuelo, Secord utiliza el rocket pack para rescatarlo, pero el público y la prensa ven su proeza. En los medios lo apodan el cohetero (the rocketeer) y resulta ser la sensación del momento. Pero la estrella de Hollywood Neville Sinclair – junto con una pandilla de gangsters que ha contratado – se encuentra tras el equipo de cohetes. Y es que Sinclair resulta ser un espía alemán, cuyo propósito es robarse el rocket pack para entregárselo a los nazis, y que éstos desarrollen un ejército de soldados aéreos capaces de invadir Norteamérica y el resto del mundo.

Rocketeer The Rocketeer está basado en la novela gráfica del mismo nombre, creada por Dave Stevens en 1982. Todo el comic es un homenaje a las aventuras pulp propias de los años 30 y 40, que incluye numerosas referencias a personajes y sucesos notorios de la época – por ejemplo, que la novia del protagonista está modelada sobre el mito erótico de los años 50, Bettie Page; que el equipo de de cohetes fue originalmente diseñado por Doc Savage y su team de luminarias; incluso caracteres del serial radial The Shadow aparecen en alguna de sus aventuras -. De hecho, la idea del cohetero no es original de Stevens, sino que está directamente extractada de los seriales de la Republic como King of the Rocket Men (1949) y Commando Cody: Sky Marshal of the Universe (1953).

En 1986 Dave Stevens intentó vender un guión sobre el personaje a los principales estudios, pero no tuvo éxito. Sólo la Disney terminaría por comprar la idea, pero el proyecto cayó en el hell development durante años – los guionistas fueron echados y recontratados al menos tres veces -. Tendría que llegar el megasuceso de Batman (1989) como para que la Disney le diera luz verde al libreto. Y el resultado final termina siendo un producto realmente extraño para el estudio del ratón: es bastante más adulto y violento que sus filmes habituales. Es que en realidad la Disney estaba pasando por una etapa experimental – productos de aquella época son El Carnaval de las Tinieblas (1983) y Dick Tracy (1990) -, hasta que se diera cuenta que su sello era el beso de la muerte en términos de marketing para promocionar películas medianamente adultas. Más tarde, terminaría por fundar su división Buena Vista y le iría mucho mejor.

Precisamente parte del fracaso de Rocketeer en las taquillas tuvo que ver con la fuerte imagen infantil a la que está asociada la Disney. La gente la tomó como una aventura para chicos … y una no muy atractiva. Es definitivamente un filme muy superior a sus expectativas, y es una adaptación hecha con muy buen gusto. El problema básico con Rocketeer es que los super héroes retro son demasiado blancos y algo insulsos – es el mismo problema que tuvo Dick Tracy y Capitán Sky y el Mundo del Mañana -. Con la excepción obvia de Indiana Jones, las aventuras ambientadas en los años 40 no resultan demasiado atractivas a menos de que el héroe resulte expeditivo y se maneje con códigos medianamente modernos. Al homenajear a los seriales, Rocketeer termina por caer en el mismo estoicismo de sus fuentes.

En sí, Rocketeer no deja de ser un producto bastante nerd. Es un pastiche plagado de referencias a leyendas americanas (reales y urbanas), que van desde el origen del clásico cartel en las colinas de Hollywood, la figura enigmática de Howard Hughes hasta la creencia de que Errol Flynn era un espía nazi – el personaje de Timothy Dalton está claramente modelado en él -. Incluso el esbirro de Dalton se llama Lothar – tal como el compañero de aventuras del comic de Mandrake el Mago – y está maquillado para verse idéntico a Rondo Hatton, un gigante protagonista de varios filmes de horror de los 30 y 40 y que padecía de acromegalia (una enfermedad deformante de los huesos). Todo esto termina por resultar una mezcla interesante para el que conoce algo de la historia americana del último siglo; pero para las audiencias modernas, resulta algo lineal y no muy excitante. Las escenas de acción son muy buenas, los efectos son impecables … pero el héroe es demasiado pristino y la damisela en peligro es bastante inútil como solían ser los personajes femeninos de los seriales de aquellos años. El final es bastante típico – el criminal demente y su deforme ayudante secuestrando a la bella de turno -, con lo cual la historia cumple con todos los puntos y comas de las tramas propias de los seriales de la época.

Rocketeer es un cabal ejemplo de una adaptación de comic hecha con calidad. Hay buenas escenas, buenos diálogos, buenas performances – en especial la de Timothy Dalton, que la pasa bomba y demuestra tener mucho más vida aquí que en su etapa como 007 -. Su defecto pasa por no explorar ningún camino nuevo, sino que se queda en el cálido homenaje a su fuente de inspiración.