Crítica: La Ultima Venganza del Street Fighter (1974)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

Japón, 1974:Sonny Chiba (Takuma Tsurugi), Reiko Ike (Aya Owada), Eizo Kitamura (Seigen Owada), Koji Wada (Takera Kunigami)

Director: Shigehiro Ozawa, Guión: Masahiro Shimura & Kôji Takada

Trama: El sicario Takuma Tsurugi – conocido en el ambiente como el Peleador Callejero – recibe un encargo del poderoso clan Owada: liberar a su hijo Go de un cerco policial en el cual ha quedado atrapado. Con Go libre y a salvo, Tsurugi descubre que la gente de Owada no quiere pagarle y, lo peor, intenta eliminarle. Jurando venganza contra los Owada, procede a robarles una cinta que estaban utilizando para chantajear a un grupo de poderosos políticos, y en la cual figura la recepción de abultados sobornos por parte de una gigantesca empresa química. Y mientras los Owada han contratado a Mister Black – un misterioso asesino capaz de partir cadenas con su mente -, por otra parte el corrupto fiscal Takera Kunigami se ha metido en el trayecto del peleador callejero, arrebatándole la grabación y negociando él mismo la venta a los Owada. Y, lo peor de todo, es que Kunigami ha hecho gala de una misteriosa e implacable técnica de karate, contra la cual las artes oscuras de Tsurugi parecen ineficaces. Vencido y resentido, el odio de Tsurugi será mas poderoso que la razón y lo llevarán a enfrentarse a muerte contra Kunigami… sabiendo que,en esta oportunidad, las chances de triunfo (y de sobrevivir) son casi nulas.

La Ultima Venganza del Street Fighter Mariachis japoneses asesinos con poderes telekinéticos. Guau, que concepto fumado. Si eso le sumamos que el tipo se llama Mister Black – por más que tenga cara de mejicanote de telenovela de la tarde -, viste de negro y tiene rayos lásers en las manos, ya tenemos una idea de qué va The Street Fighter’s Last Revenge. Es una película tremendamente ridícula – mucho más que las entregas anteriores – y muchísimo mas divertida. Los disparates se acumulan en progresión geométrica, tal como los cadáveres que Sonny Chiba va sembrando con cada una de sus peleas. Los personajes son imbéciles malévolos y las chicas son propensas a quitarse la ropa a la primera de cambio. Y a esto se suma la mala tendencia de que los ojos (y otros organos internos) no tienden a quedarse dentro del cuerpo. Mal momento para zamparse una parrillada después de ver semejante película.

Si en los filmes anteriores había cierto esfuerzo mínimo de crear tensión dramática y desarrollar algún tipo de historia, aquí se han dado cuenta que el script era demasiado parecido a las entregas previas y decidieron hacerlo mucho mas volado. Sonny Chiba sigue igual de malo aunque es algo menos sangriento (o no tan explicito en las carnicerías), e incluso tiene un porcentaje mínimo de buen corazón. Hay una telefonista del hotel donde se aloja que le tiene ganas; Chiba le echa flit pero, cuando la chica está en problemas, no duda en ir a reventar a los que la molestan. Ahora, en el medio, se dan un par de situaciones disparatadas: como que Chiba es un maestro del disfraz (al estilo de Rolling Hand de la vieja Misión Imposible o Tom Cruise en las nuevas versiones de la serie -) y que, en un momento, llega incluso a disfrazarse de Drácula (!), colmillos y smoking incluidos. Por otra parte, hay una asesina que, en vez de matarlo, prefiere liarse con él; hay otra dama de la mafia que está cachonda con el asesino cejudo y no duda en sacarse la ropa cada vez que lo ve; y por último están los nemesis de turno: el ya citado mariachi asesino de los lasers – ver para creer – y un fiscal corrupto que conoce una técnica hipersecreta – la “onda sísimica” (wtf!!) – con la cual le patea el trasero a Chiba. Como todos son mas retorcidos que éste, en el fondo Chiba termina convirtiéndose en el héroe (amoral) de la historia.

Como ya pasaron dos capítulos de la saga (rodados en menos de dos años) Chiba está mas experiente y resulta mas creíble lanzando puñetazos. A final de cuentas el tipo era un actor del montón – enredado en decenas de películas baratas, incluyendo algunas aventuras muy fumadas de ciencia ficción nipona -, que acá pegó el gran salto como figura de acción. No es ni por asomo Bruce Lee, pero posee una mala leche tremenda y eso es lo que resulta atractivo de su persona. Y como el filme posee un ritmo frenético – entre las piñas y los bolazos – uno se divierte a lo grande. Es un tipico producto para circuito Grindhouse, saturado de desnudos y violencia, y en donde la lógica es lo de menos. Y es por toda esa locura que el filme resulta hiperentretenido e hiperrecomendadísimo, ya que no tiene un gramo de desperdicio y vive mandándose genialidades… o pavadas gigantescas de esas que te hacen reir hasta que la panza te explota.

LA SAGA DE THE STREET FIGHTER, CON SONNY CHIBA

The Street Fighter (1974) – Return of the Street Fighter (1974) – The Street Fighter’s Last Revenge (1974)