Crítica: Pumpkinhead (1987)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 1987: Lance Henriksen (Ed Harley), Jeff East (Chris), John DiAquino (Joel), Cynthia Bain (Tracy), Brian Bremer (Bunt Wallace), Florence Schauffler (Haggis), Joel Hoffman (Steve), Kimberly Ross (Kim), Kerry Remsen (Maggie)

Director: Stan Winston, Guión: Mark Patrick Carducci & Gary Gerani

Trama: Ed Harley y su pequeño hijo Billy viven en medio de las montañas y poseen un pequeño almacén. Al lugar llega un grupo de adolescentes embriagados, dispuestos a pasar sus vacaciones en una cabaña alquilada. Pero al momento de probar sus motos en campo traviesa, atropellan accidentalmente a Billy y deciden huir del lugar. Ed decide buscar a la bruja de la zona, de la cual ha oído historias, y le pide que haga un trabajo de magia para clamar venganza. La bruja revive a un niño muerto, transformándolo en un enorme demonio vengador. Pero a medida que la criatura comienza a liquidar a los victimarios de su hijo, Ed Harley comienza a sufrir en su cuerpo las mismas sensaciones de dolor que el demonio.

Pumpkinhead Pumpkinhead es el debut como realizador de Stan Winston, el genio de los FX detrás del 90% de los éxitos más resonantes de Hollywood de los últimos 30 años – desde Depredador y Terminator hasta Jurassic Park, por poner algún ejemplo -. En general los técnicos en efectos especiales suelen ser bastante malos cuando se ponen detrás de cámaras; las buenas nuevas aquí es que Winston ha aprendido algo de la larguísima lista de directores talentosos con los cuales ha trabajado, y ha conseguido un filme más que potable.

En sí Pumpkinhead no deja de ser rutina bien hecha. He aquí otro numeroso grupo de adolescentes dispuestos a ser carne de cañón de la criatura de turno. El comienzo es bastante flojo, ya que los personajes cometen las estupideces propias del 99% de las películas de terror, las que sirven para desencadenar la historia – Lance Henriksen va a buscar provisiones y deja a su niño de 10 años solo en el almacén junto con una parva de adolescentes embriagados y bastante sacados; los muchachos, cuando se mandan la macana, desaparecen; hay uno de ellos que retiene al resto contra su voluntad para que no llamen a la policía -. A su vez la película tiene algunos problemas serios de continuidad – una de las chicas está inconsciente en el suelo de la cabaña mientras ataca el monstruo, y no sabemos el por qué; el chico lugareño (que llevó a Henriksen a donde está la bruja) se sorprende totalmente de la aparición del monstruo y de que el niño de Henriksen haya muerto; y así varios detalles más -. Y ni siquiera la performance del experimentado Lance Henriksen es muy buena. Henriksen es excelente para ser amenazador o cínico, pero cuando debe mostrar algo de rango – sufrir, llorar -, deja bastante que desear.

Pero hasta allí llegan los problemas de la película, porque el resto es muy bueno. En particular la secuencia del ritual de creación del demonio es excelente, con el niño deforme tomado de su tumba y convertido en una criatura horrenda. Pero posiblemente el mejor detalle – que es lo que pone a Pumpkinhead por encima de del promedio de la mayoría de las películas de monstruos serie B de los últimos años – es que el padre y la criatura sienten lo mismo. Cuando Pumpkinhead es lastimado o cuando asesina, Lance Henriksen sufre dolor físico y espiritual. Como le dice la bruja, “¿usted pensaba que su venganza iba a ser limpia y que no tendría un costo?”.

El bicho se ve impresionante y los ataques están muy bien filmados. Incluso en el final hay una vuelta de tuerca inesperada (alerta spoilers) donde da a entender que ahora Lance Henriksen ha quedado como sucesor del monstruo (fin de spoilers). Entre toda la avalancha de clones de Alien y otros bichos mutantes, al menos Pumpkinhead intenta hacer algo original.

El filme tendría tres secuelas más, ya sin Winston a la cabeza. Sin ser lo más innovador del género, Pumpkinhead es muy recomendable para pasar un sabado a la tarde entretenido con un filme de terror hecho de manera competente.