Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco
USA, 2013: Hugh Jackman (Keller Dover), Jake Gyllenhaal (Detective Loki), Terrence Howard (Franklin Birch), Maria Bello (Grace Dover), Viola Davis (Nancy Birch), Paul Dano (Alex Jones), Melissa Leo (Holly Jones),
Director: Denis Villeneuve, Guión: Aaron Guzikowski
Trama: Keller Dover y su familia viven en un suburbio de Conyers, Pennsylvania, y se encuentran pasando un estupendo día de acción de gracias en la casa de los Birch, amigos de toda la vida. En el interín las mas pequeñas de la familia salen a escondidas a buscar unos juguetes en la casa de Keller pero, horas mas tarde, las chicas no aparecen y los padres entran en desesperación. La única pista parece ser una destartalada motorhome vista en las cercanías, la cual es cercada por la policía – cuya investigación es liderada por el detective Loki -. Pero el sospechoso Alex Jones resulta ser un chico retrasado al cual la policía no logra sacarle ningún dato incriminante. Sin embargo Keller está convencido de que el muchacho sabe algo ya que todo el tiempo canta rimas que sólo las niñas desaparecidas solían tararear. Es por ello que Keller termina secuestrando a Alex y, en su desesperación, empieza a golpear y torturar al muchacho para arrancarle algún tipo de confesión. Mientras tanto el detective Loki ha armado una lista de sospechosos y, al analizarlos con detenimiento, ha descubierto que todos ellos comparten una serie de bizarros patrones de conducta, los cuales parecen relacionados con la desaparición de las niñas. No pasará mucho tiempo antes de que los caminos del policía y del padre de familia confluyan sobre la identidad del responsable aunque los medios utilizados por ambos sean tan diversos como violentos y amorales.
Jake Gyllenhaal intenta calmar a un desquiciado Hugh Jackman en una de las potentes escenas de Prisoners (2013)
Si tus hijos han desaparecido y la policía apunta a un unico sospechoso pero carece de pruebas para apresarlo, ¿qué harías?. Acá Hugh Jackman decide saltar la valla de lo moral e ir a hacer justicia por mano propia. Desconocido el paradero de las niñas, lo que hace el desesperado protagonista es secuestrar y torturar al supuesto responsable que, para colmo, resulta ser un tipo con un serio retraso mental. ¿Es lo suyo justicia o simplemente un paliativo para la furia que le provoca semejante situación?. ¿Realmente es un justiciero o ha roto tantos limites morales que ahora se ha convertido en un individuo de peor calaña que el responsable del secuestro – y posible vejación – de las niñas?. ¿Debería haber permanecido como un participe pasivo de la investigación – dejando a la policia hacer su trabajo – o está bien que haya tomado las cosas en sus propias manos?. Y, la pregunta mas incómoda y brutal de todas es: ¿qué pasa si el sujeto que está torturando resulta ser inocente?.
Uno podría decir que el tema central de La Sospecha es la deshumanización. La de las víctimas del pedófilo serial que acosa – desde hace años – el suburbio donde vive Hugh Jackman y su familia; la del mismo Jackman, quien ha emprendido un viaje a los infiernos con tal de rescatar a su amada niña. Para ello no sólo decide violentar a Paul Dano sino también a sí mismo, con el espantoso descubrimiento de que nunca se alcanza el fondo. Siempre hay un límite mas para quebrar, siempre queda un resto de voluntad para seguir adentrándose en el territorio de las tinieblas, transformándose en un viaje de ida del cual nunca volverá a ser el mismo. Es un sacrificio cometido para salvar a uno de los suyos, entregando su vida al demonio de la violencia con tal de recuperar – como sea y en el estado que se encuentre – a su hija. Una brutal prueba de amor que no repara en consecuencias y que parece incuestionable en momentos tan desesperados como éste.
En toda la excelencia que rebosa el filme – ¿cómo no nominaron al Oscar a Hugh Jackman por su impresionante performance? -, el director Denis Villeneuve comete el desliz de validar las acciones del protagonista aunque las mismas sean tan brutales como cuestionables. (alerta spoilers). Hay algo artificial en la resolución – como que la investigación de Jake Gyllenhaal precisaba el forzado puntapié final dado por el desquiciado accionar de Hugh Jackman para poder dar con el auténtico responsable de la situación – que termina blanqueando la conducta del protagonista. Por los medios incorrectos ha llegado a las conclusiones adecuadas pero, ¿se trata de un razonamiento válido?. A final de cuentas Paul Dano es una víctima por partida doble, y el destrozo provocado por el accionar de Jackman es irreparable. Es una conducta violenta y desesperada que produce resultados pero a costa de la vida de un inocente. Yo creo que es mas un ensayo sicológico – hasta dónde uno es capaz de quebrar su propia moral con tal de rescatar a los suyos – que un thriller policial. La investigación de Gyllenhaal es interesante aunque algo rebuscada; lo suyo también bordea la desesperación y el descontrol, pero reconoce que ha traspasado sus propios limites; en cambio lo mas absorbente y fascinante es el trastornado accionar de Jackman, que encuentra infiernos en cada escenario que participa – la relación con la policia, su familia devastada, torturando al sospechoso, participando a sus amigos en su cuestionable tarea – y descubre que, aún con todo ese descontrol, el fondo (que podría frenarlo y disparar un proceso de remordimiento y reconocimiento de culpa) nunca termina por alcanzarse. La falta de respuestas ha convertirdo al proceso en una tarea infinita e interminable, devastadora para todos los implicados. Si hay detalles a cuestionar sería el ya mencionado de que Jackman concluye lo mismo que la policía (hubiera sido mucho mas inquietante que el responsable fuera alguien completamente distinto al entorno de Dano), y la performance de Melissa Leo. Está mal maquillada, no es creíble como anciana, y hay cierta linealidad (especialmente cuando revela su auténtica naturaleza) que le quita impacto al descubrimiento. Aún así sus motivos – de que ha perdido a su hijo a pesar de sus oraciones y de su inmensa fe, y que por ello está decidida a ofender a Dios lastimando a otras familias creyentes y quitándoles sus hijos sin darles esperanza alguna – resultan escalofriantes. (fin spoilers).
Prisoners es un filme formidable, pero no es para cualquiera. Posee un clima denso – entre la suposición del abuso / homicidio infantil y las interminables sesiones de tortura – que no lo hace apto para el estómago de la mayoría. Pero, sí se anima, descubrirá una película brillante, sólida, inteligente, actuada como los dioses y, sobre todo, atrapante… un drama humano de gran nivel que termina por dejarnos un recuerdo tan intenso como imborrable.