Crítica: Phantasm (1979)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 1979: Michael Baldwin (Mike Pearson), Bill Thornbury (Jody Pearson), Reggie Bannister (Reggie), Angus Scrimm (el Hombre Alto), Kathy Lester (dama de Lavanda)

Director: Don Coscarelli, Guión: Don Coscarelli

Trama: Jody Pearson ha regresado a su pueblo natal para asistir al funeral de su viejo amigo Tommy. Le acompaña su hermano Mike, un joven inquieto al cual le gustan los muscle cars. Pero Mike vive atormentado con la creencia de que su hermano – tarde o temprano – va a abandonarle, delegando la patria potestad a una de sus tías. Es por ello que lo sigue a todas partes y, sin querer, termina escabulléndose en la funeraria en donde se preparara el sepelio de Tommy el día anterior. Así es como ve al veterano sepulturero levantando pesos con fuerza sobrehumana, y siendo acompañado por una hueste de misteriosos enanos envueltos en túnicas oscuras. Habiendo sido descubierto, Mike escapa y le cuenta todo a Jody… pero éste no le da crédito a sus palabras hasta que Mike le trae el dedo que le había cercenado a una de las criaturas en su huida, y el cual está vivo revolcándose en un charco de pus naranja. Junto a Reggie – un amigo de de Jody de toda la vida y que oficia como heladero del pueblo – el trío incursionará en la funeraria y descubrirá que el siniestro funebrero es un ser de otra dimensión, el cual posee la capacidad de revivir a los muertos para utilizarlos como mano de obra esclava en planetas de otras galaxias. Pero el Hombre Alto se ha percatado de su presencia y ha jurado exterminarles, ya que su siniestra operación no precisa testigos que puedan delatarla. Decididos a rescatar a los amigos y conocidos que han sido apresados por el funebrero, el trío deberá embarcarse en una misión suicida para liberarlos, lo que los llevará a enfrentarse con fuerzas que van mas allá de su comprensión.

Critica: Phantasm

Phantasm (1979) Don Coscarelli = director de culto de la gran hostia. Es cierto que la producción de Coscarelli ha sido muy esporádica – apenas 11 títulos a lo largo de toda su carrera – pero, cuando el tipo está inspirado y acierta, lo hace en grande. Coscarelli ha dado a luz genialidades como Bubba-Ho-Tep y John Muere al Final (las cuales figuran entre mis películas favoritas), y era hora de visitar su saga primigenia, Fantasma, creada en 1979 y la cual le diera renombre como cineasta del género fantástico. Y mientras que las ocurrencias descerebradas abundan, también es cierto que Phantasm es una bolsa de gatos: la edición es un desastre, las performances dejan muchísimo que desear, y la historia va y viene, con algún que otro rapto alucinógeno propio de Coscarelli que sirve para reflotar la cosa.

La realidad es que la Fantasma original es prácticamente una película casera. El padre de Coscarelli puso 300.000 verdes para que su hijo siguiera con su incipiente carrera de cineasta (ya había dado a luz dos dramas que pasaron sin pena ni gloria por la taquilla) y el pibe, siguiendo la escuela de todos los directores independientes previos a su generación – desde George A. Romero hasta Ed Wood Jr, y mas tarde le seguirían otros como Sam Raimi y Jason Blum – decidió hacer una de terror para recaudar fondos para proyectos mas serios. Los filmes de terror siempre han sido una apuesta segura, mas en los años 70 donde había un nutrido circuito Grindhouse de salas marginales y el mundo del VHS hogareño estaba a la vuelta de la esquina.

Entre papi productor y mami colaboradora en vestuario y efectos especiales, Coscarelli reclutó a unos amigotes y se pasó un par de años haciendo rodaje de guerrilla, metiendo un montón de cambios sobre la marcha ya fuera por problemas presupuestarios o por el surgimiento de ideas mas potables. El estreno le dió un par de premios en festivales especializados y le ganó el acceso a fondos para generar filmes mas sólidos y mejor producidos… los cuales no fueron muy taquilleros que digamos, y terminarían obligando a Coscarelli a rodar secuelas de Phantasm durante años, por lo menos hasta que llegara la oportunidad de rodar cosas mucho mas interesantes.

Ciertamente Phantasm es un filme muy crudo. La primera media hora es un caos narrativo, fruto de la mala edición (Coscarelli rodó tanto metraje de background dramático para los personajes que después no supo como comprimirlo en media hora). La segunda media hora es donde las cosas se ponen apasionantes y bizarras, y la última media hora es Coscarelli enredado con su propia trama y sin saber cómo ponerle la cereza al postre. Hay varias secuencias que podrían haber quedado como climax (el ataque a la funeraria, la desaparición de la misma, la apertura a otros mundos, etc) pero Coscarelli no se decide por ninguna y termina rodando una cosa media rebuscada y poco creíble. (alerta spoilers) Al menos el final (mal editado, como el resto del filme) revisiona la historia como un sueño, una alegoría del muchacho sobre el reciente fallecimiento de su hermano mayor, y el cual ve a todos esos demonios y figuras siniestras como expresiones subconscientes del mas allá, fantasmas que quieren llevarlo al reino de los muertos . Ok, está metido con calzador, pero zafa. (fin spoilers).

Mentras que Phantasm parece ser una de satanistas ladrones de cadáveres (los cuales están servidos en bandeja ya que operan una funeraria), las cosas se vuelven alucinógenas cuando aparecen esferas voladoras asesinas, dedos mutilados devenidos gigantescos mosquitos mutantes, puertas dimensionales que muestran a una horda de zombies enanos (los cadáveres extraídos del cementerio, revividos y comprimidos para ser enviados como mano de obra esclava a otro planeta!!!!) yendo en caravana por un desierto inhabitable (Tatooine?), y sepultureros inmortales poseedores de una fuerza descomunal. Si, sí: hay muchas ideas de aquí que aparecen recicladas (como una versión 2.0) en John Muere al Final.

El problema son los héroes, que son una parva de idiotas incapaces de darse cuenta de la espantosa realidad aunque esta se le suba a los pantalones y le muerda la punta del p… (diría Jeff Bridges). Como buenos pueblerinos miembros de la Asociación Nacional del Rifle, estos flacos (sin importar si apenas tienen 14 años) manejan pistolas, revólveres y escopetas como soldados altamente entrenados, y disponen de una nutrida artillería en el interior de su casa (¿se acuerdan del personaje de Michael Gross en Tremors?). Cuando los hechos son imposibles de negar, el pibe fierrero, el hermano canchero y el heladero de aspecto fumado arman un trío de paladines armados que van a enfrentarse con la fuerza invasora alienígena, aunque éstos dispongan de tecnología de sobra para vaporizarlos en apenas un par de segundos.

Phantasm es una película tremendamente dispar. Tiene sus momentos, los cuales rescatan al filme de su propia mediocridad. Sin lugar a dudas debió ser revolucionaria en 1979 – piensen que Coscarelli y su troupe inspiraron a tipos como Sam Raimi y su Evil Dead, y anticipó el uso de realidades alternativas como Pesadilla en la Calle Elm, filmes que vinieron casi 10 años después -, pero la narración es desprolija. Que la historia fumada la haya transformado en un clásico de culto es una cosa; que la película sea buena y pareja es otra. Para el espectador moderno es un espectáculo crudo, un detalle que (estimo) debió haber sido subsanado en las siguientes entradas debido al mayor presupuesto y oficio del director; pero el valor histórico de una película no la hace necesariamente buena o potable, una conclusión aplicable a la cinta de Coscarelli – la cual tendrá sus raptos de inspiración, pero también sus numerosos momentos de mala cinematografía -.