Crítica: Desde Pekin con Amor (1994)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

calificación 4/5: muy buena Recomendación del EditorHong Kong, 1994: Stephen Chow (Ling Ling Chai), Anita Yuen (Li Heung Kam), Kam-Kong Wong (comandante Chang / el hombre de la pistola de oro), Kar-Ying Law (Da Mansi)

Director: Stephen Chow – Guión: Stephen Chow & Roman Cheung

Trama: El cráneo de un dinosaurio ha sido robado, y el primer ministro urge al comandante Chang – jefe del servicio secreto chino – para que resuelva el caso a la brevedad. Como todos los espías han sido asesinados por el villano detrás del robo – el temible hombre de la pistola de oro -, el único agente disponible es el torpe Ling Ling Chai, quien se encuentra retirado y ahora trabaja de carnicero. Chai es llamado de vuelta a la actividad, y se embarca en la misión con la ayuda de la agente Li Heung Kam. Pero lo que Chai no sabe es que el comandante Chang es el hombre de la pistola de oro, y todo resulta ser una trampa para asesinarle y truncar la investigación.

Desde Pekin con AmorAntes de ganarse el renombre internacional con Shaolin Soccer (2001) y la excepcional Kung Fu Hustle (2004), Stephen Chow era un comediante televisivo con una gran cantidad de películas en su haber. Desde Pekín con Amor (1994) es el primer filme en el cual obtiene el control creativo total – protagonista, director y guionista -, y sería el que daría el puntapié inicial de su brillante carrera cinematográfica.

Uno no conoce demasiado de la sociedad china, pero obviamente en los años 90 había cierta apertura cultural hacia productos occidentales. Eso explica la fascinación de Chow por la filmografía hollywoodense, de donde parece haber mamado todos los códigos estilísticos con fervor de fanático. En el caso de Desde Pekín con Amor resulta obvio que Chow se ha empapado de toda la mitología Bond, especialmente de la era Moore – la excelente presentación de títulos así como el perfil de los villanos y secuaces viene fundamentalmente de El Hombre del Revolver de Oro, La Espía que me Amó y Moonraker -. Hay un villano con el mismo apodo de Francisco Scaramanga de The Man With The Golden Gun; hay un secuaz que vendría a ser la versión china de Mandíbulas; e incluso copia la música y hasta la secuencia del cañón del arma (gunbarrel) de 007.

Pero Chow no se limita a calcar poses y secuencias de James Bond, que son simplemente los adornos del relato. Semejante escenario le sirve para sacar otra de sus habituales historias de tipo torpe y pobretón que termina siendo el salvador del mundo – algo que repetiría en todos sus filmes, desde Shaolin Soccer pasando por Kung Fu Hustle hasta la reciente CJ7 -. En este caso, Ling Ling Chai es otro tipo que vive por debajo de los niveles de pobreza, y es un incompetente de aquellos. Hace burradas, las cosas nunca le salen como lo previsto, pero tiene un par de habilidades ocultas. Está rodeado de otros tan inútiles como él – como la versión china de Q, que inventa idioteces tales como una linterna que sólo se enciende con luz solar, o un maletín – banquito para sentarse mientras se vigila a un sospechoso, entre otra parva de gadgets inútiles -, y las pistas del caso las obtiene de carambola.

Pero es una película deliciosa. Hay escenas delirantes como la presentación de los gadgets inútiles, la extracción de la bala – para lo cual se pone un video porno como anestésico (!) – o la del pelotón de fusilamiento, que no se puede contar para no arruinar el chiste. En el medio la relación entre Chai y su bella pero letal compañera termina siendo realmente tierna. Simplemente es una película completa en todo sentido – incluso cuando llega la acción, las cosas son realmente espectaculares -.

Lo único que empaña el filme es la secuencia del shopping, en donde Stephen Chow queda atrapado en medio de un robo y los ladrones matan a sangre fría a todo el mundo – incluso al padre de un niño que venía suplicando para que no le tomaran a la criatura como rehén -. Es una escena bastante sádica y de mal gusto que queda fuera de lugar con el tono light del resto de la película. Pero, por todo lo demás, es excelente por donde se la mire y un entretenimiento de aquellos.

4 CONNERYS: El primer hit de Stephen Chow como la versión china de 007. Hay un puñado de gags deliciosos, y Chow parodia a la perfección la mitología Bond. Lamentablemente la escena del shopping es abominable y lastima los méritos del filme.