Crítica: Página Ocho (Page Eight) (2011)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

calificación 4/5: muy buena Recomendación del EditorGB, 2011: Intérpretes: Bill Nighy (Johnny Worricker), Rachel Weisz (Nancy Pierpan), Michael Gambon (Benedict Baron), Judy Davis (Jill Tankard), Ralph Fiennes (Alec Beasley), Alice Krige (Emma Baron)

Director: David Hare – Guión: David Hare

Trama: Johnny Worricker es un analista senior de inteligencia que trabaja junto con su amigo Benedict Baron en lo más alto del Mi5. A manos de Baron llega un informe secreto en donde se revela que los norteamericanos mantienen cárceles secretas en donde se encuentran recluidos presos sospechados de participar en actividades terroristas, y que los mismos son sometidos a todo tipo de torturas con tal de obtener información de inteligencia. En sí no hay nada demasiado revelador en el informe, pero Worricker detecta en la redacción del mismo una presunción inquietante: de que el primer ministro inglés sabía de dichas actividades y decidió callarlas, sin notificar a las agencias de inteligencia británica pertinentes. Para colmo las cosas se complican con el súbito fallecimiento de Baron a causa de un ataque cardíaco, con lo cual Worricker queda en el ojo de la tormenta. Y ahora el analista deberá decidir si despacha el informe a la prensa – con riesgo de su propia vida y con la posibilidad de generar una enorme crisis política – , o si encuentra una alternativa viable de salir de la encrucijada sin desprestigiar la memoria de su mejor amigo.

Pagina Ocho (2011)La caída del muro de Berlín dejó malherido al género del espionaje pero aún hoy en día, con algo de ingenio, se pueden encontrar escenarios interesantes en donde cocinar alguna intriga que otra. En el caso de Página Ocho, el ámbito pasa por las relaciones domésticas entre el gobierno (inglés, en este caso) y las agencias de inteligencia correspondientes, vinculos que no siempre poseen la transparencia que deberían tener. El resultado final es un thriller muy diálogado, cerebral y demandante, pero muy satisfactorio en más de un aspecto.

Página Ocho es un telefilme de la BBCimpulsado por el propio Bill Nighy – y es lógico que así sea. Acá no hay disparos ni persecuciones y la acción se reduce a pirotecnia verbal, lo cual no lo convierte en un filme muy atractivo para el circuito standard de cines. La gracia detrás del proyecto es David Hare – guionista de Las Horas y The Reader -, quien armó la historia, la dirigió y se animó a convocar a grandes talentos británicos, quienes aportaron su oficio por un cachet nominal. Aquí hay un elenco de lujo – Rachel Weisz, Michael Gambon, Alice Krige, Ralph Fiennes, Judy Davis -, los que enriquecen el resultado final del producto.

Ciertamente la historia es algo compleja de seguir, y a uno le da la impresión que las repercusiones de la revelación – que el primer ministro británico conocía la existencia de torturas en cárceles ilegales norteamericanas en donde hay miles de sospechosos acusados de terrorismo, y que el mismo se negó a compartir dicha información con el resto del gobierno – están algo infladas de más (¡cómo se nota que nada de esto ocurre en Argentina!). Por contra, donde radica la verdadera gracia de la historia es en los personajes y en las perfomances. Toda esta gente es muy inteligente, habla de manera muy pintoresca e informal, y se desenvuelve con una gran naturalidad. Todos los actores son excelentes pero las palmas se las lleva Bill Nighy que – oh, milagro! – no sobreactúa sino que da una performance extremadamente medida y correcta. Aquí Nighy es un analista que comienza a descubrir pequeños detalles hasta dar con la verdad oculta… y que luego se encuentra en un brete de cómo manejarla. En todo momento Nighy destila carisma, seguridad, confidencia, inteligencia, manejándose con una soltura y con una claridad de rumbo que resulta asombrosa. Cuando resulta obvio que se trata de una conspiración comienza a tomar todos los recaudos correspondientes – cambiando de auto y de celular, obteniendo rápidamente abundante dinero fresco, dejando de frecuentar su lugares habituales – y sale a confrontar a sus perseguidores cara a cara. En el medio hay toda una sarta de detalles que terminan siendo anecdóticos, aún cuando al principio amenazaban con aportar algo más substancial a la historia – el ataque fatal al corazón de su amigo, quien resulta estar casado con una de las ex esposas de Nighy; el embarazo de la hija de Nighy, que es un adorno del libreto; la sospechosa nueva vecina de Nighy, cuyo hermano fue asesinado en Medio Oriente (y cuyo único propósito es darle algo de utilidad al sacrificio que debe hacer el protagonista) -, pero que uno termina disfrutando ya que los diálogos son muy buenos.

Pero la sensación que termina dando Página Ocho es que el climax no se condice con la calidad de los personajes ni con las expectativas de la historia. Ok, todo tiene un enfoque estrictamente realista, pero en intrigas como ésta uno espera que el villano (o el corrupto) de turno termine por pagar algún precio, o que se reestablezca de algún modo el equilibrio de la justicia que fue roto al principio. Por contra, la resolución tiene algo de decepcionante y uno termina concluyendo que el personaje de Rachel Weisz sólo fue inventado para darle unas grageas de optimismo a un final bastante inerte.

Pagina Ocho es un lindo thriller de espionaje. Es inteligente y sólido, aunque al final no termine siendo satisfactorio en un sentido tradicional. Pero, para pasar una hora y media con un gran elenco y una historia con dos dedos de frente, es más que recomendable.

4 CONNERYS: Gran historia, excelentes diálogos, grandes perfomances. El tercer acto tiene sus problemas, simplemente porque no es satisfactorio. Pero el resto tiene tanta calidad que uno termina por perdonar el remate de la historia.

LA TRILOGIA DE JOHNNY WORRICKER

Página Ocho (2011) – Turks & Caicos (2014) – Salting the Battlefield (2014)