Crítica: El Pacificador (1997)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

calificación 3/5: buena USA, 1997: Intérpretes: George Clooney (teniente coronel Thomas Devoe), Nicole Kidman (doctora Julia Kelly), Marcel Iures (Dusan Gavrich), Aleksandr Baluev (general Aleksandr Kodoroff)

Director: Mimi Leder – Guión: Michael Schiffer

Trama: Una explosión nuclear en Rusia ha disparado las alertas en la comunidad de inteligencia norteamericana. Lo que parece un accidente atómico resulta ser la explosión intencional de una ojiva de escasos kilotones, detonada para ocultar el robo de una cabeza nuclear perteneciente a un misil intercontinental que integra el programa de desarme armamentístico ruso. Los ladrones se dan a la fuga y se dirigen hacia la frontera con Irán; y mientras los rusos se encuentran perdidos en todo el asunto, la inteligencia norteamericana – conformada por el teniente coronel Thomas Devoe y la doctora Julia Kelly – decide lanzar una misión clandestina con el fin de detener a los terroristas antes de que cumplan su cometido. Pero ello implica escabullirse en territorio ruso y tomar represalias militares en la zona, lo cual puede desatar una crisis internacional de proporciones inimaginables. Y, como si todo esto fuera poco, el socio serbio de toda esta operación se ha escapado con una bomba atómica de bolsillo – construida con el nucleo de una de las ojivas del misil intercontinental -, la cual planea detonar en el centro de Nueva York. ¿Podrán Devoe y Kelly tener todas las amenazas a tiempo sin provocar una masacre o una guerra internacional?.

El PacificadorAnunciada con bombos y platillos, El Pacificador fue la primera gran película del estudio Dreamworks (apadrinado por Steven Spielberg, el potentado de la música David Geffen y Jeffrey Katzenberg, ex CEO de la etapa de esplendor de la Disney durante los años 90). Ciertamente se ve como una tentadora aventura pochoclera – una intriga internacional que incluye el robo de bombas atómicas, muy en la onda de James Bond -, lástima que es una paparruchada de primer nivel. La calidad de la fotografía y las acrobacias no logran camuflar los enormes problemas de la historia, en especial la fragilisima credibilidad que el libreto insiste en violar de manera reiterada.

El Pacificador intenta ser un émulo de las aventuras bondianas de los años 60 – en especial, Operación Trueno -, lástima que el estilo y la discreción se fueron por el drenaje. En vez de agente secreto, tenemos a un militar de alto rango, prepotente y amoral. En vez de una sigilosa investigación en el terreno (para eso están los espías, ¿no?), los tipos mandan medio ejército norteamericano a territorio ruso. El asunto va mal planteado desde el vamos, cuando los yanquis deciden meterse en un jaleo que no les corresponde. Si son bombas rusas y el robo fue en Rusia… ¿por qué no dejan que lo resuelvan los rusos?. Pareciera que Rusia estuviera gobernada por idiotas, ya que nadie toma una maldita medida de seguridad. Los yanquis hacen y deshacen y, en el peor momento, se mandan con tres helicopteros armados al interior de la antigua Unión Soviética. No avisan de la incursión e, incluso, cuando recuperan las bombas tampoco se informa qué hacen con ellas. ¿Se las cargan al hombro y se las llevan?. ¿Las dejan tiradas en medio del puente donde emboscaron al camión de los terroristas?. Ni siquiera se explica cómo es que no derriban a los dos helicópteros remanentes en su vuelo de regreso.

Las pavadas se acumulan por doquier. El cabecilla de todo es quien carga la bomba atómica de bolsillo, cosa que pueda identificarlo cualquiera. El tipo va a pata a la ONU, huyendo de la policía sin considerar que lo que carga no es un petardo matagatos sino un dispositivo nuclear capaz de arrasar con una ciudad entera (¿¿para qué caminar 10 cuadras si puede volar la ciudad desde la misma habitación de su hotel??). Para colmo, parece que nadie puede detenerlo excepto George Clooney (el cual se encontraba en su peor etapa actoral, cuando se la pasaba mirando para abajo y haciendo tics como si tuviera Parkinson; menos mal que después lo agarró Soderbergh y le enseñó a actuar) y Nicole Kidman, quienes están en el Congo y deben viajar 10 horas desde el otro lado del mundo para pararle los pies al malvado. Y, si toda esta gansada no fuera poco, salvan al mundo haciendo detonar parte de la bomba atómica (como para que no produzca implosión, le sacan parte de la corteza explosiva), lo cual es científicamente cierto… con el problema de que, aún si no hubiera detonación atómica, el centro radiactivo se esparciría y mataría a todos en el radio de una cuadra, incluyendo a Clooney, Kidman, Leder y el equipo de filmación. Oh, Dios, ¿quién escribió esto?.

Dejando de lado la enorme cantidad de idioteces (y la actitud de cowboy irremediable de los protagonistas) El Pacificador es potable. La acción es algo lenta pero hay un par de persecuciones buenas. Los paisajes son vistosos. Pero el resto es mediocre, está mal actuada y los diálogos son fuleros, lo que determina que sea un producto mediocre disfrazado en envoltorio de lujo. Algo así como la Torre Eiffel que figura en Las Vegas, imitación de mala calidad que viene con pretensiones de arte de alta gama.