Crítica: Operacion Proyecto Final (2010)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

calificación 2/5: mediocre USA, 2010: Intérpretes: Joe Anderson (Loco), Rob Corddry (Carroza), Ellen Barkin (Emperatriz), Odette Yustman (Templanza), Maggie Q (Sacerdotisa), Zach Galifianakis (Ermitaño)

Director: Fouad Mikati – Guión: Sam Levinson, basado en una historia de Brian Watanabe

Trama: En los años 60 se crearon dos agencias secretas antagonistas – llamadas Alfa y Omega -, las que conviven en un solo lugar e intentan anular sus operativos mutuamente, en un extraño y retorcido equilibrio dispuesto por sus creadores. Todos sus agentes tienen de nombre clave una de las barajas del Tarot. Así es como llega en su primer día de trabajo el Loco, el que es un especialista en cajas fuertes. Acompañado por Carroza, le presentan a El Diablo – quien es el jefe supremo de ambas organizaciones -. Pero mientras ocurre la primera reunión de trabajo, El Diablo es asesinado y su muerte activa automáticamente un operativo conocido como El Proyecto Final: la base se clausura y en dos horas explotará una serie de bombas de napalm, las que arrasarán los archivos y al personal encerrado. Ahora los agentes intentarán desactivar desesperadamente el dispositivo… pero pronto comenzarán a asesinarse entre ellos, indicando que la muerte de El Diablo sólo ha sido una movida interna para que una de las organizaciones extermine a la otra.

Operacion Proyecto FinalPor cada tipo que logra copiar con éxito a Quentin Tarantino, hay 100 que fracasan estrepitosamente. Fouad Mikati es uno de ellos. Con Operación Proyecto Final Mikati intentó hacer una comedia violenta, con personajes estrambóticos, mucho humor negro, y muertes extremadamente sangrientas en primer plano. El problema es que carece del talento de Tarantino, el libreto es bastante desprolijo, y las performances no lo acompañan. El resultado final es una película que no sabe para qué lado disparar – si es un thriller cómico, o si se trata de una comedia con momentos de suspenso -, y que al final termina por saturar al espectador hasta el punto de que a uno ya no le interesa lo que ocurre en pantalla.

Aquí hay un casting de actores de segunda y figuras que ya pasaron su momento de gloria hace rato. Está la resucitada Ellen Barkin, Jeffrey Tambor y Ving Rhames como los intérpretes más potables; y el resto es una troupe de recién llegados que va de lo mediocre a lo espantoso. Como acá el libreto dispara la más que improbable historia acerca de dos agencias secretas antagonistas que deben convivir en la misma base subterránea (¿por cuestión de presupuesto?), esta gente se odia y eso da pie para que se puteen mal todo el tiempo. Hay algunas puteadas graciosas por lo demencial, pero después del décimo insulto uno ya se cansa y empieza a pensar que todo el filme va a reducirse a eso. Además, vomitar una andanada de atrocidades da pie para que esta gente sobreactúe a niveles siderales, especialmente Rob Corddry que es el peor de todos ellos (y a quien vimos arruinando otras películas en papeles similares, como Harold y Kumar Escapan de Guantánamo o Un Loco Viaje al Pasado). Todo esto viene en una onda de comedia fallida hasta que el jefe (Jeffrey Tambor) aparece muerto, se activa la detonación automática de una bomba en dos horas (no sé para que dejaron tanto tiempo; bah, para que esta gente pueda escapar y que coincida con la duración de la película), y mientras todos corren en busca de una salida y se acusan mutuamente, a su vez empiezan a eliminarse. Obviamente hay una conspiración, el tema es ver quién es el responsable, a la vez que debe encontrar una vía de escape antes que el napalm los incinere al final del conteo.

La mediocre comedia negra se convierte en una mediocre intriga salpicada de gore, la que resulta chocante. Si las performances eran malas, el libreto dispar, ahora esta gente empieza a matarse de la manera más salvaje y chocante posible. Cuestión de presupuesto, los actores más conocidos (y caros) son despachados primero, y el grupo se reduce hacia los candidatos obvios. El tema es que ni aún con el climax y la supuesta revelación sorpresiva final Operacion Proyecto Final logra repuntar la puntería. No es cómica, no shockea… no hace nada. Uno siente lástima por algunos de los actores que participan en semejante esperpento, ya que tuvieron que agarrar semejante trabajo para pagar la luz y el alquiler. A uno le da la sensación que, si los japoneses hubieran filmado algo así – una especie de Battle Royale, pero con agentes secretos -, le hubiera salido mejor. Pero acá Operación Proyecto Final va del tedio a lo chocante, con algún que otro momento pasable. Sinceramente no es la mejor opción para gastar 90 minutos de nuestro tiempo.

2 CONNERYS: Battle Royale, pero con agentes secretos. Chistes malos, muertes exageradas, sobreactuación salvaje. Con un libreto más pulido, un mejor casting y otro director, quizás hubiera resultado potable.