Crítica: Al Servicio Secreto De Su Majestad (On Her Majesty’s Secret Service) (1969)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

calificación 5/5: excelenteRecomendación del Editor Gran Bretaña , 1969: George Lazenby (James Bond), Diana Rigg (Tracy Di Vicenzo), Telly Savalas (Ernst Stavro Blofeld), Gabriele Ferzetti (Marc Ange Draco), Ilse Steppat (Irma Bunt), Lois Maxwell (Miss Moneypenny), George Baker (Sir Hillary Bray, Baronet), Bernard Lee (M), Bernard Horsfall (Campbell), Desmond Llewelyn (Q), Yuri Boriento (Grunther), Virginia North (Olympe), Y las “chicas Bond”: Angela Scoular, Catherine von Schell, Julie Ege, Mona Chong, Sylvana Henriques, Dani Sheridan, Joanna Lumley, Zara, Anoushka Hempel, Ingrid Black, Helena Ronee, Jenny Hanley

Director: Peter Hunt – Argumento: novela de Ian Fleming – Guión: Richard Maibaum – Diálogos adicionales: Simon Raven – Música: John Barry – Fotografía: Michael Reed – Director segunda unidad y montador: John Glen – Efectos especiales: John Stears – Director artístico: Bob Laing – Vestuario: Marjory Cornellius – Decorados: Peter Lamont –
Productor asociado: Stanley Sopel – Productores: Harry Saltzman y Albert R. Broccoli

139 min, Color – estreno mundial el 18 / 12 / 1969

Trama: Bond salva a una suicida de ahogarse en el mar. Pero es interceptado y golpeado por los matones del padre de la chica – la condesa Tracy Di Vicenzo – , mientras ésta escapa. Más tarde se volverán a encontrar en el casino, y Bond se enamorará de la misma. El padre de la chica, el mafioso Marc Ange Draco, le brindará información vital sobre el paradero de Ernst Stavro Blofeld si 007 acepta casarse con Tracy. Y con la información obtenida es enviado, encubierto como un especialista en genealogía, al refugio de Blofeld en Suiza, ya que se encuentra interesado en reclamar el título de Sir de sus antepasados para satisfacer su ego. 007 descubrirá el nuevo plan de Blofeld ( lanzar una plaga bacteriológica en los principales países del mundo). El destino volverá a unir a Bond y Tracy mientras el agente intenta escapar de los secuaces de Blofeld. Y una vez que sus planes de dominación mundial han sido destruidos, Blofeld se vengará cobrando la vida de la flamante esposa de Bond.

Critica: ON HER MAJESTY´S SECRET SERVICE (AL SERVICIO SECRETO DE SU MAJESTAD)

Hubo un tiempo en que James Bond / Sean Connery era Dios. Así de simple.

Antes de George Lucas, de Steven Spielberg, de los Roland Emmerich y Michael Bay … cuando la noción de blockbuster o film evento no existía. Cuando 007 era un tanque imbatible en la taquilla y no como ahora, que tiene una excelente recaudación, pero los Die Hard, Spiderman, Star Wars y decenas de films / franquicias recaudan tanto o mas que un film Bond moderno.

Era la época en que James Bond era un espectáculo adulto, prohibitivo para menores, como From Russia With Love (en una época, calificada para 18 años) o Thunderball. Cuando la serie combinaba espectacularidad y originalidad. Mas allá de sus desaciertos (vistos con los ojos cínicos de un espectador de hoy, que consume masivamente cine a través de sus videos y DVDs hogareños, y es casi tan especializado como un crítico), cada film Bond era épico y legendario. En una época realmente más ingenua, James Bond ponía la cuota de exotismo en pantallas cada dos años, y era un acontecimiento largamente esperado.

Por ello, cuando Sean Connery decide en 1966 que You Only Live Twice sería su último film, la noticia cayó tal como, años después, sería la de la disolución de Los Beatles. Parecía que un ícono pop de los 60 iba a desaparecer. El ídolo de toda una generación decía adios al personaje que lo había llevado a la fama. Y súbitamente la mina de oro que habían descubierto Harry Saltzman y Albert Broccoli corría serio peligro.

A pesar de los numerosos intentos de los productores, Connery se mantuvo en sus trece y se alejó del personaje. Y Eon quedó en graves aprietos a la hora de seguir la serie… porque en definitiva, había un mundo de fans esperando un nuevo film de 007.

Siguiendo con los paralelismos, reemplazar a Connery era como reunir a cuatro tipos a que tomaran el puesto de Los Beatles. Especialmente a fines de los 60. Esto es un hecho reconocido incluso por Roger Moore, que aventuró que su suerte pudo ser distinta si él hubiera sido elegido como sucesor de Connery en aquel momento.

Y aquí es cuando comienza la odisea de On Her Majesty´s Secret Service (de ahora en adelante, OHMSS), que resulta tanto o más interesante que el mismo film. Es uno de los más increíbles castings de la historia… no por lo fabuloso, sino por lo realmente extraño de los criterios utilizados.

Lanzados a la búsqueda nacional de un nuevo Bond (y buscando un individuo totalmente anónimo y ajeno a cualquier rol parecido), Saltzman y Broccoli deciden convocar a más 400 postulantes en su llamado abierto. Entre otros candidatos estarían: Roger Moore (descartado por sus lazos contractuales con la serie The Saint); Timothy Dalton (demasiado joven para esa época, aunque hubiera sido el Bond justo para continuar con la saga de Connery); John Richardson, Anthony Rogers, Robert Campbell y Hans De Vries – cuatro actores ingleses casi desconocidos – y un ignoto modelo australiano de 29 años, cuyo mayor éxito había sido un comercial de chocolates Frys, de gran popularidad en su época. Un hombre que había llegado a Inglaterra en 1964 y que había comenzado como vendedor de autos, y que entraría en el modelaje, siendo uno de los más cotizados en el Reino Unido para la fecha.

Pero la verdad era que George Lazenby era prácticamente un arribista. Un tipo sin demasiados talentos que había escalado posiciones gracias a su imagen. Y cuando supo de la búsqueda de un nuevo 007, asesorado por su agente, fué a comprar un traje Saville Row similar a los que usaba Connery, y fué a cortarse el pelo a la misma peluquería que Connery y Broccoli solían acudir (y con el mismo estilo que el escocés). Fué precisamente en una las visitas de Broccoli, cuando el peluquero se acercó al productor y le dijo :”¿Recuerda que le mencioné de un hombre con cierto aire a Bond?. Precisamente hoy está aquí.” mientras indicaba el sillón donde Lazenby – oh, casualidad – se estaba cortando el pelo. Pronto entraron en contacto, y Lazenby pasaría a la final directamente – junto con Richardson, Rogers, Campbell y De Vries – , donde los productores conjuntamente con el director designado – Peter Hunt, de larga experiencia en la serie como editor y director de segunda unidad – definirían al elegido, a través de una serie de pruebas, la mayoría de las cuales, eran de destreza en las escenas de acción.

Ciertamente Lazenby era rotundo y salvaje; practicando luchas con un doble, lo lanzó a través del cuarto y de un puñetazo le rompió la nariz. Esa fue la prueba definitiva de que estaban ante el nuevo Sean Connery.

Pero Lazenby tenía muchos defectos; los más importantes era su terrible acento australiano, y su cero experiencia como actor (mas allá de unos pocos comerciales). Con un plan de rodaje previsto, los productores comenzaron un curso intensivo de fonética y actuación de tres meses con el australiano que, por lo visto en los resultados, sirvió de poco y nada.

Nada de esto sería tan grave como el inicio del rodaje, donde se desataría toda la pesadilla (y leyenda) que rodea a OHMSS. Pronto la falta de experiencia del australiano sería un lastre; y mientras la prensa acosaba al “nuevo James Bond” (uno de los hechos causantes de la renuncia de Connery), su ego comenzaba a irse a la estratósfera. Convencido que era el sucesor legítimo de la leyenda, Lazenby comenzaría a chocar con todo el mundo. Primero, creyendo que era la estrella de la serie, y comenzando a dar sugerencias en todos lados – al director, a los protagonistas, a los productores sobre la musica y el guión -. Si bien al principio sus compañeros de reparto le tendieron una mano (todos eran actores de carrera intentando ayudar al novato), los papeles se invirtieron, y pronto comenzarían a aislarlo, cuando no enemistarse directamente con él. El caso más conocido es el de Diana Rigg, que harta tanto de las sugerencias como de los avances de Lazenby dentro y fuera del set, comería ajos crudos para sus escenas románticas con tal de castigar al australiano. También Telly Savalas – un jugador empedernido de toda la vida – se molestaría con Lazenby en sus escapadas a los casinos de Suiza, donde el australiano metía sus narices en las partidas del actor.

Pero, por otra parte, es cierto también que Lazenby se sentía muy solo. Mas allá de sus torpezas, habían arrojado a un novato al mundo de egos y estrellas que supone el set de filmación de una película. Los productores no sólo lo mandaban (o le gritaban), sino que Hunt apenas le dirigía la palabra, y no le daba demasiadas pistas para armar una escena. Y se sumaba a esto el hecho de que Lazenby había comenzado a filmar OHMSS sin ningún papel firmado, lo que ponía el futuro del actor en una duda constante. Se sumaban a esto otros factores explosivos: la soltería de Lazenby y sus hábitos nocturnos (solía pasar las noches en nights clubs); el acoso constante de la prensa; la falta de contrato del australiano que lo llevaría a pergueñar un plan desastroso sobre su carrera… y el hecho de que Lazenby se rodeara de un siniestro personaje del medio cinematográfico llamado Roman O´Reilly, que le vaticina que la era Bond ha terminado, y que lo que viene es la moda de films como Easy Rider (la de Dennis Hopper y Peter Fonda). Además, calentará los oídos del ingenuo Lazenby con supuestas ofertas para filmar Spaghetti Westerns con salarios mayores a los que le pagaban en OHMSS.

Pronto estas ideas se harán públicas en boca del propio Lazenby ante la prensa, y ante el horror de Salztman y Broccoli. Y el plan secreto del australiano sería no continuar con Bond, aprovechar la exposición internacional del film, y aceptar todas esas fantásticas ofertas de trabajo en el extranjero. Pero el plan terminó por volverse en contra a Lazenby: la crítica despedazaría su actuación en OHMSS, las ofertas de trabajo jamás llegarían o se echarían hacia atrás, y tal como Broccoli le profetizaría al momento de rechazar un contrato de 7 años, terminaría trabajando en producciones clase Z en Europa y Hong Kong.

Ciertamente el camino de Lazenby estuvo lleno de obstáculos, parte ajenos y parte propios. Y también es cierto que al australiano – sin experiencia en actuación – le toca interpretar uno de los films más complejos de la serie, pleno de desarrollo de personajes, que requería un actor experimentado para reflejar los temores y conflictos de un Bond con las defensas bajas. También es generalizada la opinión que OHMSS no hubiera funcionado con Connery, con su interpretación heroica de 007, y que el film funciona mejor con Lazenby en el papel como un Bond más humano. Y, de todos los actores que pasaron por la serie, el único que hubiera podido tomar ese papel era Dalton, aunque OHMSS era una apuesta muy arriesgada para la época. Imaginen pasar del Bond épico a un personaje más débil y humano, ciertamente más parecido al Bond literario de Fleming. Si en vez de OHMSS, Lazenby hubiera protagonizado – por ejemplo Diamonds Are Forever, quizás la historia hubiera sido distinta. O no. O como dijo Moore, en ese momento no había reemplazo posible para Connery, y cualquier film con cualquier otro actor hubiera fracasado igual o peor.(Gracias al sitio The Blofeld Cat por toda esta inapreciable data)

En todo caso, OHMSS fue el film Bond de más débil taquilla de la serie hasta ese momento. Y sin embargo, es uno de los films más importantes de la serie, sino un clásico. Primero, porque refleja fielmente a la novela original, casi punto por punto (después del desvarío de You Only Live Twice sobre su fuente literaria). Segundo, por la excelente dirección de Peter Hunt, que brinda un film realmente ágil y con escenas brillantes (es una lástima que Hunt fuera también castigado con el despido después del estreno). Tercero, por las locaciones, diálogos y actuaciones – separando, claro está, a Lazenby – . Es un film casi perfecto y emotivo, intenso, que no tiene desperdicio.

Pero el único punto en contra es la desigual performance de Lazenby. Mientras que el australiano llena bastante bien los zapatos de Connery en las secuencias de alta clase (smoking, casinos, hoteles), y es brillante en las escenas de acción, es demasiado torpe en las escenas románticas o en las que es necesario transmitir un sentimiento o un conflicto. Por ejemplo, en el escape de Piz Gloria, mientras es asediado por asesinos en la pista de patinaje, no transmite la sensación de desesperación que involucra la escena – sin armas, solo y rodeado de enemigos, esperando que lo maten por sorpresa – . O cuando mantiene encuentros con Blofeld, es tanta la diferencia de niveles entre él y Savalas (que no es un gran actor, pero llena considerablemente la pantalla), que muchas veces parece invitado en su propia película. También está la famosa “rotura de la cuarta pared”, cuando inicia el film y después de salvar a Tracy de su intento de suicidio (en la novela, ella había perdido un hijo) y lidiar con los matones de Draco, diciéndole directamente a la cámara: “esto no le hubiera sucedido al otro tipo”. Equivale a admitir su inferioridad respecto a los films anteriores (y a Connery), que no era necesario.

Pero más allá de Lazenby, hay también criterios opuestos dentro y fuera del film. Publicitado como el Bond diferente, era como admitir que era el Bond débil. Muchos afiches no mostraban el nombre de Lazenby, o este estaba fotografiado de espaldas. Mientras que la presentación (con la brillante partitura de Barry, una de las mejores bandas sonoras de la serie) es pura nostalgia con fragmentos de los films anteriores, el tono de OHMSS es mucho más realista y alejado de las otras películas. Y Saltzman y Broccoli intentan que Lazenby pase a ser Bond como si nada (en un borrador del guión, se hablaba de una cirugía estética de Bond para que quedara como Lazenby), mientras que buena parte del guión hace añoranzas de aventuras anteriores (cuando Bond archiva los gadgets de From Russia With Love y otros films, en la escena que está a punto de renunciar).

Diana Rigg, al igual que Honor Blackman en Goldfinger, deja la serie de culto The Avengers para tomar este papel y lanzarse a una carrera cinematográfica que le resultaría fallida. Su papel como Tracy di Vicenzo es más activo y maduro que cualquier Bond girl anterior, y llega a opacar la falta de presencia del australiano en la pantalla. Por otra parte, el Blofeld de Telly Savalas es más chato y menos siniestro que el fugaz paso de Pleasence en You Only Live Twice. La Irma Bunt de Ilse Steppat es verdaderamente siniestra (fallecería antes del estreno); y debe contarse entre las curiosidades del film que entre la legión de chicas en tratamiento en la clínica de Blofeld se encuentra otra futura Avenger – Joanna Lumley de The New Avengers – .

¿Defectos?.Hay cierto aire pop que flota en el film, especialmente el harem de “los ángeles de la muerte” de Blofeld, que recuerda a los films de Flinty Matt Helm. Algunos diálogos y actuaciones de las chicas son atroces. Inexplicablemente también, hay errores de continuidad, como Lazenby hablando con la voz de Sir Hillary Bray (original) durante largo rato en la película. O Blofeld y Bond / Bray hablando cara a cara como desconocidos, cuando ya se habían visto en You Only Live Twice.

Pero salvo esos detalles, la trama es intensa. Ciertamente el despegue es algo lento (la etapa de noviazgo de Tracy – Bond), pero cuando el film se posa en Piz Gloria, despliega todo su ritmo. Y si bien la aparición de Tracy en el momento más desesperado de 007 es un Deus Ex Machina, se integra bien al film una vez pasada la sorpresa. El raid aéreo sobre la guarida de Blofeld es brillante, así como la persecución en bob sleigh. Y el final en la autopista es una nota muy alta y realmente muy atrevida para lo usual de la serie.

Sobre el final, más curiosidades y anécdotas. Se filmaron dos escenas finales, una con Lazenby llorando y la otra no (que fué la elegida). Originalmente se planearon dos escenas adicionales: el funeral de Tracy, con un helicóptero pasando a buscar a Bond, y Blofeld radiocontrolando el mismo … que si le suena conocida, es porque es el teaser de For Your Eyes Only. Se pensó como apertura para Diamonds Are Forever (que tampoco se usó), pero era tan imperativo para los productores esconder bajo la alfombra a OHMSS, que se obvió cualquier referencia al film (en Diamonds Are Forever, la venganza dura 5 minutos, y durante el film, en los encuentros Bond – Blofeld jamás sale a la luz deseos de revancha por la esposa muerta). Tardaría 12 años en ver ese teaser la luz, y recién en la era Moore.

5 CONNERYS: Debut y despedida del australiano Lazenby en el personaje. Brillante en las escenas de acción, muy débil cuando se requiere expresar sentimientos y demostrar presencia. Ritmo intenso, brillantes escenas de acción y una excelente partitura de John Barry (de las mejores de la serie). Una lástima que eligieran una temática tan comprometida para el lanzamiento de un intérprete sin experiencia. Pero sin duda un excelente film.

LA SAGA OFICIAL DE JAMES BOND

La era Connery: Doctor No (1962)Desde Rusia con amor (1963)Goldfinger (1964)Operacion Trueno (1965)Solo se vive dos veces (1967) / El fugaz paso de Lazenby: Al Servicio Secreto de Su Majestad (1969) / El primer regreso de Connery: Los Diamantes son Eternos (1971) / La era Moore: Vive y Deja Morir (1973)El Hombre del Revolver de Oro (1974)La Espia que me Amo (1977)Moonraker (1979)Solo para sus Ojos (1981)Octopussy (1983)En la Mira de los Asesinos (1985) / La era Dalton: Su Nombre es Peligro (1987)Licencia para Matar (1989) / La era Brosnan: Goldeneye (1995)El Mañana Nunca Muere (1997)El Mundo no Basta (1999)Otro Dia para Morir (2002) / La era Craig: Casino Royale (2006)Quantum of Solace (2008)Operación Skyfall (2012)Spectre (2015) – Sin Tiempo Para Morir (2021)

Canción del film

El film contiene dos temas principales; el del título, instrumental, por John Barry, y una canción que se escucha brevemente durante el film, llamada We have all the time in the world (tenemos todo el tiempo del mundo, alusivo a la frase final del film) con letra de Hal David – Música de John Barry – Cantada por Louis Armstrong

We have all the time in the world,
Time enough for life to unfold
All the precious things love has in store.

We have all the love in the world;
If that’s all we have, you will find
We need nothing more.

Every step of the way will find us
With the cares of the world far behind us.

We have all the time in the world,
Just for love,
Nothing more, nothing less,
Only love.

Every step of the way will find us

With the cares of the world far behind us.

We have all the time in the world,
Just for love,
Nothing more, nothing less,
Only love.

En español:

Nosotros tenemos todo el tiempo del mundo
tiempo suficiente de por vida para descubrir
todas las cosas hermosas que contiene el amor

Nosotros tenemos todo el amor del mundo
Si eso es todo lo que tenemos, descubrirás
que nosotros no necesitamos nada más

Cada paso de este camino nos encontrará
con el cariño del mundo detrás

Nosotros tenemos todo el tiempo del mundo
solo para amarnos
nada más, nada menos
solo amor

Cada paso de este camino nos encontrará

con el cariño del mundo detrás

Nosotros tenemos todo el tiempo del mundo
solo para amarnos
nada más, nada menos
solo amor