Crítica: Obras Maestras del Terror (1960)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

Argentina, 1960: Narciso Ibáñez Menta (Dr. Esckstrom / Jacques Samivet / Thorborn), Osvaldo Pacheco (Enrique Valdemar), Carlos Estrada (Maurice Fralpont), Inés Moreno (Teresa), Narciso Ibañez Serrador (Sidney)

Director: Enrique Carreras, Guión: Narciso Ibañez Serrador (como Luis Peñafiel), adaptando los cuentos de Edgar Allan Poe El Extraño Caso del Señor Valdemar, El Tonel de Amontillado y El Corazón Delator

Trama: Una sirvienta se encuentra esperando el regreso de su amo durante una noche de furiosa tormenta y, para matar el tiempo, decide leer un libro que contiene tres relatos de Edgar Allan Poe. En El Extraño Caso del Señor Valdemar, el Dr. Esckstrom tiene la teoría de que – con el magnetismo – puede separar el alma del cuerpo de las personas, y uno de sus estudiantes (en el estado terminal de su enfermedad) le pide que experimente con él para detener la muerte; en el segundo relato (El Tonel de Amontillado) el matrimonio de Jacques y Teresa Samivet viven tranquilamente en el pueblo vitivinícola de Borgoña, hasta que llega un apuesto vendedor ambulante que convence a la muchacha para abandonar a su marido … desconociendo la venganza que éste ha planeado por ello; y en El Corazón Delator, Sidney llega al pueblo para presentarse a su tío – un relojero deforme, avaro y de mal carácter -, pidiéndole que le dé asilo ya que el resto de su familia ha muerto. El anciano lo acoge en su hogar y le hace merecedor de un despótico trato sin saber que Sidney no es el muchacho sumiso que aparenta ser.

Obras Maestras del Terror Curiosa es la vida de Narciso Ibañez Menta. Era hijo de dos artistas líricos españoles, quienes siempre vivían en gira por todo el mundo y llegarían a la Argentina en la década del 30, país en donde Narciso decidiría asentarse. Alli conocería a su esposa argentina, Pepita Serrador, con quien tendría a su único hijo “Chicho” Ibañez Serrador. A partir de entonces comenzaría una enorme carrera tanto en el teatro como en el cine, transitando por todo tipo de géneros; pero sería el terror – un rubro poco usual – el que le daría fama internacional.

Para cuando rueda Obras Maestras del Terror, Ibañez Menta ya era la figura del horror nacional. Había empezado con adaptaciones de clásicos en el teatro – Doctor Jekyll y Mr. Hyde, El Fantásma de la Opera -, y la televisión lo había llamado en los años cincuenta para repetir el suceso. Y éste sería uno de sus últimos filmes que rodaría en Argentina antes de que decidiera regresar a su madre patria a mediados de los sesenta – aunque sería un regreso compartido, ya que alternaría con producciones televisivas en España y Argentina durante el resto de su vida, con mini series memorables como El Fantasma de la Opera (1960), El Muñeco Maldito (1962), y El Hombre Que Volvió de la Muerte (1969) -.

Lo curioso de Obras Maestras del Terror es que trata sobre obras de Poe años antes de que se pusiera de moda (¡Argentina potencia!). De hecho un par de relatos como El Extraño Caso del Señor Valdemar y El Tonel de Amontillado fueron adaptados poco después (en 1962) por Roger Corman bajo el paraguas de la AIP en Tales of Terror y con Vincent Price en el protagónico. Si Obras Maestras del Terror hubiera tenido la misma trascendencia que la seguidilla de filmes de Corman, quizás Ibañez Menta hubiera quedado en el podio de Price y Enrique Carreras hubiera sido el nuevo Terence Fisher (bueno, tampoco es para tanto!). Pero lo cierto es que en aquella época, la cinematografía argentina y la estadounidense / europea eran parejas en calidad en la mayoría de sus producciones (no había la enorme diferencia de presupuestos que existe ahora). No sería arriesgado pensar que lo que hizo la Hammer inglesa bien se podría haber hecho acá si el país no se hubiera ido al tacho económica y políticamente, echando capitales y artistas al exterior.

Pero dejando de lado el análisis de los caminos alternativos de la historia, Obras Maestras del Terror es medianamente competente aunque no es muy terrorífica que digamos. Cambien los nombres y resulta similar a los filmes dirigidos por Roger Corman / Terence Fisher para la American International Pictures / Hammer Films. Es decir, demasiado conversada y redundante, excesivamente literaria, y notablemente estoica. Las actuaciones son de regular para abajo, con las excepciones de Ibañez Menta y de Mercedes Carreras, que son los dos puntos extremos de la escala. Francamente me esperaba un festival de sobreactuación por parte del actor español, pero me he sorprendido al encontrar un intérprete realmente fino. Es un individuo que realmente se camufla en sus personajes, dá con el carisma y el perfil que los mismos realmente necesitan. Por otro lado la inclusión de Mercedes Carreras como la sirvienta del título – llena de mohines y totalmente descolgada de lo que realmente precisa la trama – la hace acreedora a nuestro título honorario de peor ofensora de los sentidos 1960. Sus monigotadas servirán para apañar a Andrea del Boca en Había Una Vez Un Circo (1972) pero aquí son sumamente irritantes…

Como todo film por capítulos la calidad no es pareja. El Extraño Caso del Señor Valdemar sigue esperando una adaptación decente del cuento de Poe (ni en Tales of Terror era efectiva). Para colmo el guión insiste en hablar de “magnetismo”, lo que queda ridículo a todas luces, cuando en realidad se trata de hipnosis. La curiosidad es ver a un Osvaldo Pacheco muy joven y en un papel serio. Pero la dirección de Enrique Carreras es excesivamente teatral y mata todo el clima posible.

El Tonel de Amontillado es peor. Ciertamente uno debería autodescalificarse por conocer estos cuentos por anticipado – parecieran chistes que uno ha escuchado miles de veces y, encima, ahora están narrados por un humorista sin gracia -, pero eso no quita que la dirección sea chata… demasiado chata y mate todo tipo de interés posible en la historia. Está Carlos Estrada como el seductor de turno, e Inés Moreno como la esposa ligera de cascos. No hay tensión, e incluso el final parece surgido de la nada ya que en ningún momento vemos que el personaje de Ibañez Menta sospeche o haga descubrimientos. Como Dios, está presente en todos lados y sabe de todo aunque no se lo vea. Si al menos el libreto hubiera puesto al esposo engañado fisgoneando, podría haber creado algo de suspenso. En fin…

Con lo cual llegamos al tercer relato – El Corazón Delator -, que es donde el film realmente se redime. A uno le dan varias impresiones al respecto: el mismo cuento ya lo habían representado padre e hijo para la TV a fines de los 50, con lo cual ya llegan con una mecánica aceitada que es efectiva. Lo otro que uno piensa es que el segmento no lo ha dirigido el chatísimo Enrique Carreras sino Chicho Ibañez Serrador, porque realmente construye un clima, hace encuadres interesantes, e incluso se da maña para dar un par de giros totalmente inesperados a la trama. Si bien Chicho no tiene la misma calidad interpretativa de su padre, el dúo actúa realmente con intensidad. El relojero deforme y agrio de Ibañez Menta es picante, detestable pero tampoco cae en la caricatura ni en el monstruo fácil. Es simplemente un viejo feo y cascarrabias, peleado con el mundo. El shock aquí pasa porque el sobrino del relojero – chico bueno, que ayuda al niño lisiado del barrio, que padece los abusos de su tío – termina por destaparse como un asesino serial de discapacitados y deformes que resulta sorprendente. Sin dudas es la mejor pieza de las tres, y la que la salva de la mediocridad.

Para una rareza tal como ser una película argentina de terror, Obras Maestras del Terror es pasable. No asusta porque ese estilo de horror ha quedado pasado de moda, y porque la dirección es muy pedestre. Sólo Ibañez Menta y el tercer cuento del film valen la pena; el resto es un largo bostezo sin suspenso, cuya temperatura ni siquiera da para tibio.

CINE FANTASTICO ARGENTINO

Otros títulos del cine fantástico argentino: El Hombre Bestia (o las Aventuras del Capitán Richard) (1934); Obras Maestras del Terror (1960), Extraña Invasión (1965), Sangre de Virgenes (1967), Invasión (1969), Snuff (1976), Moebius (1996), La Sonámbula (1998), Déjala Correr (2001), Plaga Zombie: Zona Mutante (2001), Adios Querida Luna (2004), Tiempo de Valientes (2005), Zenitram (2010), Fase 7 (2011), Mamá (2013), Kryptonita (2015)