Crítica: Mi Nombre es Ninguno (Il Mio Nome e Nessuno) (Mi Nombre es Nadie) (1974)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

Recomendación del EditorItalia, 1974: Terence Hill (Nadie), Henry Fonda (Jack Beauregard), Jean Martin (Sullivan), Piero Lulli (Sheriff), Mario Brega (Pedro), Marc Mazza (Don John), Benito Stefanelli (Porteley)

Director: Tonino Valerii, Guión: Fulvio Morsella y Ernesto Gastaldi sobre una historia de Sergio Leone, Musica – Ennio Morricone

Trama: El veterano pistolero Jack Beauregard se encuentra en planes de retirarse e ir a vivir a Europa. Pero la noticia de la muerte de su hermano Nevada Kid lo pone en un sendero de venganza. Nevada participaba en la sociedad de explotación de una mina de oro con el poderoso hacendado Sullivan, la cual resultaba un timo camuflado para blanquear oro robado. Mientras Beauregard se abre paso hacia Sullivan, eliminando a sus pistoleros, se le cruza en el camino un extraño personaje que dice llamarse Nadie. Nadie conoce toda la historia de Beauregard, sus intenciones, e incluso colabora para desmantelar numerosos atentados contra el veterano pistolero. Intrigado por el extraño individuo, Beauregard lo acepta como compañero en su travesía, pero Nadie termina por hacerle una extraña propuesta: abandonar la venganza contra Sullivan e ingresar en los libros de historia como una leyenda, al enfrentarse él solo contra la “pandilla salvaje”, una escuadra de 150 pistoleros a las órdenes de Sullivan que se encuentra asolando al Oeste.

Il Mio Nome e Nessuno Posiblemente el mayor director de cine de culto de la cinematografía italiana sea, junto con Federico Fellini, el renombrado Sergio Leone. La vida y obra de Leone fue un tanto particular: sus comienzos fueron realmente muy tempranos (era asistente del director a los 17 años), debutó en la dirección muy joven (a los 25 años) y prácticamente se había retirado a los 46 años. Su última obra, Erase una vez en América, tiene fué rodada después de un intervalo de 10 años.

Uno no posee tantos datos sobre Leone, pero al parecer era una persona altamente insegura e irascible, amén de que padecía de excesos alimenticios que le produjeron con el tiempo trastornos severos de salud y que culminaron con el infarto fatal que segara su vida a los 60 años. Con tan sólo 11 filmes en su haber, sin dudas Leone es uno de los directores más influenciales de la historia del cine. Su período de oro (1964 – 1971) introdujo un nuevo lenguaje cinematográfico, decodificando al Western según las reglas del mundo del comic. Un cine de personajes, de actitudes, de cuidadísimos planos, de atmósferas. Leone es la estilización del Western.

El apogeo del spaghetti western coincide con su primer obra de la era de oro: Por un Puñado de Dolares (1964). Y pronto la cinematografía italiana, tan exploitation y tan acostumbrada a la baja calidad, se encontraría dando cátedra de excelente cine comercial. Pero como suele pasar con todas las modas, la saturación de clones terminó por derrumbar al género – en un momento Italia llegó a producír cerca de 600 filmes al año – . El comienzo del declive lo marcará la mediocridad de las obras, así como la aparición de las comedias que parodiaban al género como la popular Me Llaman Trinity (1970). Es generalmente aceptado que el último spaghetti western memorable es precisamente Mi Nombre es Nadie (1974), un filme basado en una idea de Leone.

La dirección aquí queda en manos de Tonino Valerii, que fuera director asistente de Leone en Por un Puñado de Dolares y Por Unos Dolares Más. Pero aquí Leone, además de aportar la idea trabaja como director no acreditado, lo cual se nota enormemente. Prácticamente la carrera de Valerii pasaría sin pena ni gloria, y éste parece un caso similar a The Thing from Another World (1951), donde un director experimentado (Howard Hawks en aquél caso) mete los dedos para realzar la obra de un joven aprendiz. Como Christian Nyby, Tonino Valerii se perdió en las bambalinas de la historia sin heredar ni el 5% del talento de su maestro.

Il Mio Nome E Nessuno es un western curioso. Desde el punto de vista comercial fué vendido como si fuera un filme de Leone, y prácticamente el 70% de las escenas calzan a la perfección en el estilo del maestro. Pero el 30% restante es la comedia payasesca de Terence Hill, que repite todos los manerismos de su querible Trinity. El problema es que esos dos filmes a veces chocan; por un lado la estilización y la solemnidad del relato de Henry Fonda y por el otro lado Terence Hill haciendo sus habituales juegos de manos y trompadas. Hay momentos en que Nadie es un personaje irritante y el espectador quisiera verlo fuera de la trama.

Pero el otro aspecto curioso es el caracter alegórico de la historia. Habiendo visto varias reviews de la película, me resulta extraño que nadie se haya dado cuenta de esto, y eso que el filme lo describe con trazos gruesos. Nadie es una especie de ángel que viene a ayudar al personaje de Henry Fonda. En la escena en que se encuentra por comprar un caballo, anda con la cabalgadura a cuestas – la que tiene forma de alas -. Sus apariciones misteriosas e inesperadas, sus excelentes habilidades como pistolero, su extraño nombre, sus raros propósitos, toda la información que posee acerca de Jack Beauregard… es obvio que no es una persona normal. Uno incluso puede pensar que es un ángel que ha venido a llevarse al pistolero; la escena final con Henry Fonda partiendo a Europa puede parecer la partida hacia el otro mundo. Una partida con gloria.

Pero el gran problema aquí es Valerii. No entiende nada de cómo va la idea, y la juega decididamente en tono de comedia burda, con Terence Hill repartiendo palizas a diestra y siniestra. Todo el concepto alegórico del filme – el angel guardián del pistolero, la superbanda de 150 matones que viene a ser como un enjambre del mal, la calificación a Beauregard de que “es la única semilla de justicia en estos lugares” – se desmorona por momentos, y es como si el director no supiera muy bien cómo jugarlo. Por ejemplo, la venganza de Beauregard queda trunca y uno podría asumir que el ángel convenció al pistolero de la futilidad del ojo por ojo, diente por diente. Pero no; Beauregard simplemente es comprado. Es más; el ángel motiva al pistolero a que desate una matanza contra la super pandilla que asola el Oeste. Y en vez de aniquilarla, sólo elimina a la gran mayoría, quedando Nadie en el lugar de Beauregard con la idea de crear su propia leyenda. Es incomprensible.

Obviamente el guión no termina por definir qué punto de vista va a adoptar. Y mientras que el argumento tiene numerosos peros, cinematográficamente es espectacular. La primera toma, donde Henry Fonda liquida a los pistoleros en la barbería es sencillamente genial. Es Leone puro. Del mismo modo, el exterminio de la pandilla salvaje (un homenaje de Leone a Sam Peckimpah, el cual incluso figura con una lápida en el cementerio donde yace el hermano de Beauregard) está filmado de modo excelente. A esto se suma la gran performance de Henry Fonda, un actor que nunca transmite demasiado con su figura larga y bucólica, pero en este papel y en el del asesino siniestro de otro recordado film de Leone Erase una vez en el Oeste termina por lucirse en gran forma.

Es una película despareja, llena de propósitos contrapuestos, pero sin duda es un espectáculo placentero. Y como siempre, la formidable música de Ennio Morricone (en especial su versión western de La Cabalgata de las Valkirias) la realza hasta convertirla en inolvidable.

SERGIO LEONE

Por un Puñado de Dolares (1964) – Por unos Dolares Mas (1965) – Lo Bueno, lo Malo y lo Feo (1966) – Erase una Vez en el Oeste (1968) – Erase una vez la Revolución (1971) – Erase una Vez en America (1984). En este portal también comentamos Mi Nombre es Nadie (1973), con la participación no acreditada de Leone en la dirección del filme.