Crítica: Mi Nombre es Modesty: Una Aventura de Modesty Blaise (2004)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

calificación 4/5: muy buena USA, 2004: Intérpretes: Alexandra Staden (Modesty Blaise), Nikolaj Coster-Waldau (Miklos), Raymond Cruz (Rafael Garcia), Fred Pearson (profesor Lob), Valentin Teodosiu (Henri Louche)

Director: Scott Spiegel – Guión: Lee Batchler & Janet Scott Batchler, basados en el personaje creado por Peter O’Donnell – Musica: Deborah Lurie

Trama: El poderoso Henri Louche regentea un casino en Tanger y se encuentra en visperas de cerrar una enorme compra de droga. Pero camino a la cita es interceptado por las fuerzas del criminal Miklos, quienes terminan por asesinarle. Miklos toma por asalto el casino y desea invadir la boveda de Louche, pero la misma posee intrincados mecanismos de seguridad que sólo el secretario de Louche, Rafael García, puede desentrañar. Tomando por rehenes a los empleados del casino, las represalias de Miklos por el operativo frustrado se hacen inminentes, pero la jefa interina del establecimiento – una extraña y joven dama de nombre Modesty Blaise – consigue dilatar los acontecimientos, jugando al gato y al ratón con el criminal. Miklos, prendado por el carisma de Modesty, termina por librar una partida personal de ruleta con la chica: por cada apuesta que ella gane, un rehen será liberado, y por cada ronda que gane Miklos, Modesty deberá contarle una parte de la historia de su vida.

Mi Nombre es Modesty: Una Aventura de Modesty BlaiseModesty Blaise es un personaje creado por Peter O´Donnell en 1963 como tira cómica para el diario londinense Evening Standard. El perfil del caracter se basaba en vivencias que el mismo O´Donnell había sufrido durante la segunda guerra mundial, y las que terminaría por utilizar como base para la biografía de Modesty. La chica era una huérfana superviviente de la guerra que terminaba al cuidado del anciano profesor Lob, el que terminaba por darle una avanzada educación mientras recorrían media Europa, parte de Asia y Africa como inmigrantes ilegales. Al llegar a Tanger, Modesty Blaise se hacía cargo – por mano propia – de una organización criminal conocida como La Red, y establecía una poderosa hampa internacional. Durante esa época conoce a quien será su mano derecha, Willie Garvin, con quien entablará una relación platónica. Ambos personajes se harían extremadamente diestros en el combate cuerpo a cuerpo, y después de cierto tiempo Willie y Modesty pasarían a retirarse del crimen viviendo en Inglaterra. Allí entrarían en contacto con los servicios secretos británicos que terminarían por reclutarlos. Y es allí realmente donde empiezan las aventuras de Modesty Blaise.

Con el tiempo Modesty Blaise ha desarrollado su propia base de fans, si bien nunca fue una tira demasiado popular. Además del comic O´Donnell crearía una saga paralela de libros relatando las aventuras del dúo. La tira tuvo una larga vida desde 1963 hasta el 2001, con algunas historias posteriores licencias por el mismo O´Donnell en el 2002.

Uno puede citar a Modesty Blaise y Willie Garvin como una pareja de espías, en la onda 007 y como posibles antecesores de Los Vengadores, si bien es cierto que el perfil de los personajes es algo más violento que el refinado par de Emma Peel y John Steed. Tanto Modesty como Garvin son expeditivos en sus acciones, pero la agente brinda un perfil de mujer independiente, feminista y sexy al igual que Peel. Los comics se destacaban por mostrar a Blaise en exóticos catsuits y envuelta en aventuras extravagantes.

Obviamente en los sesentas con el auge de la Bondmanía surgieron productores que vieron en Modesty Blaise la posibilidad de generar la franquicia de una 007 femenina. Así es como se rodó Modesty Blaise (1966), en tono de parodia del género de espías, con la dirección de Joseph Losey, y con Monica Vitti y Terence Stamp en los roles centrales. Pero obtuvo un tibio suceso y la recepción de la crítica fue muy dispar: mientras algunos alababan la estética y las intenciones del film, otros lo consideraron un bodrio monumental. Además el guión original de O´Donnell sufrió tantas modificaciones que ni una linea original quedó remanente en el libreto final.

Precisamente a partir del desengaño de la película de Losey, O´Donnell intentaría llevar adelante un proyecto propio con el personaje, el que se concretaría en 1982 con un piloto para una posible serie de TV, protagonizado por Ann Turkel y Lewis Van Bergen. Pero la ABC, productora de la serie, vetaría el proyecto, amén de que el telefilm tenía un presupuesto bastante pobre y una historia demasiado corta. Sin dudas era más serio que el film de 1966, pero igual obtendría pobres resultados.

Ahora comentamos el tercer intento de llevar exitosamente el personaje a la pantalla, que en realidad se trata de una jugada de la productora Miramax por retener los derechos de los personajes (algo similar ocurrió con Roger Corman y los derechos sobre Los Cuatro Fantasticos en 1994). Esto es, hacer un film muy barato para continuar manteniendo en su poder la explotación cinematográfica del caracter, y que le resulte más económico que abonar la renovación de regalías a Peter O´Connell. Mientras que Los Cuatro Fantásticos fue decididamente un proyecto fantasma (una pelicula rodada para nunca ser exhibida, que llegó a ser pública a partir de la circulación de copias piratas del video), aquí al menos la intención era sacarla en venta directa hogareña. Además Quentin Tarantino, responsable de la producción, hizo fuerza para que la película no quedara durmiendo en una estantería. Tarantino, que es un fan del comic, se encuentra desde hace años pujando por llevar su propia versión a la pantalla grande pero ni los estudios ni Peter O´Donnell le han terminado por darle luz verde.

Si uno se atiene a la historia, Mi Nombre es Modesty posiblemente debería figurar comentada en nuestro suplemento Arlequin, más que en SSSM. En realidad el film es una precuela del personaje, y todo su desarrollo posterior como agente secreto está directamente omitido. Aquí vemos el origen de Modesty como superviviente de guerras en los Balcanes, su encuentro con el profesor Lob y su vida intinerante sin papeles por más de tres continentes. Todo esto contado en una sucesión de flashbacks mientras desarrolla una serie de apuestas – de vida o muerte – con Miklos mientras mantiene el asedio al casino del patrón de Modesty.

Sorprendentemente para un film tan modesto en sus ambiciones, logra mantenerse en pie y con poco gasto. Hay momentos en que uno puede asumir que Tarantino ha metido la mano en el guión – imaginen que toda la trama se ciñe a dos o tres habitaciones y algunos flashbacks, así que forzosamente los diálogos deben ser interesantes -. Los logros de la película pasan por la elección de la protagonista, la británica Alexandra Staden, que consigue dar la intensidad que precisa el papel. Ciertamente es una aventura inicial de Blaise (figura en el principio de sus veinte), pero logra transmitir sagacidad. El problema con Staden es que, si bien su performance es muy buena, carece del físico que podría ameritar el personaje. En las escenas de lucha sólo algunos pases de magia del director logran hacer creíble a una pelea donde Modesty Blaise se ve realmente anémica y carente de la potencia de derribar a un hombre.

Todas las escenas en el casino son excelentes, con un juego del gato y el ratón entre Modesty y Miklos que valen la pena. El problema pasa por los flashbacks, que a veces se hacen eternos. En un principio la adaptación de la historia, pasándola de la Segunda Guerra Mundial a las guerras de los Balcanes suena creíble, pero el resto ya no tanto. Particularmente el peregrinaje con Lob por tantos países sin ningún tipo de documentación, algo que podría ser aceptable en 1945 – el seteo original de la historia de O´Donnell – pero para el nuevo milenio resulta totalmente inverosimil. También hay problemas de credibilidad con que Lob le enseñe artes marciales y manejo de armas a Blaise – de hecho Modesty le salva la vida de una pandilla de chicos cuando era una niña! -, mientras que en el comic la chica terminaba por perfeccionarse en sus continuos viajes por Oriente mientras estaba a cargo de La Red. El guión se muestra demasiado generoso en darle los atributos de un Yoda moderno a Lob. Sin contar la secuencia final de los flashbacks con otra supuesta guerra en Argelia – no siempre Africa vive en guerra! -.

Pero a pesar de sus deslices, es un buen entretenimiento. Si uno conoce el personaje, el resultado no es el esperado – uno deseaba ver a una pareja de espías y asesinos al servicio secreto de su majestad -, y difiere de la historia original. Si conoce poco y nada, le parecerá un buen film, con algunas sutilezas pero también con algunos errores.

4 CONNERYS: Una precuela de las aventuras de la espía británica Modesty Blaise. La historia está bien llevada, pero no tiene nada que ver con el espionaje. A su modo crea interés y tensión, con algunas fallas, pero los diálogos y las actuaciones salvan el día. Un thriller competente.

LA SAGA DE MODESTY BLAISE

Los filmes basados en el personaje de historietas Modesty Blaise son: Modesty Blaise (1966) y Mi Nombre es Modesty (2004)