Crítica: El Hombre del Revólver de Oro (The Man With The Golden Gun) (1974)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

calificación 3/5: buena Gran Bretaña 1974: Intérpretes: Roger Moore (James Bond), Christopher Lee (Francisco Scaramanga), Britt Ekland (Mary Goodnight), Maud Adams (Andrea Anders), Hervé Villechaize (Nick Nack), Clifton James (Sheriff Pepper), Richard Loo (Hai Fat), Soon-Taik Oh (Hip), Marc Lawrence (Rodney), Bernard Lee (M), Lois Maxwell (Miss Moneypenny), Marne Maitland (Lazar), Desmond Llewelyn (Q), Carmen Sautoy (bailarina Saida)

Director: Guy Hamilton – Argumento: novela de Ian Fleming – Guión: Richard Maibaum y Tom Mankievicz – Fotografía: Ted Moore y Oswald Morris – Montaje: John Shirley y Raymond Poulton – Música: John Barry – Diseño de producción: Peter Murton – Directores artísticos: Peter Lamont y John Graysmark – Sonido: Gordon Everett – Ayudante de dirección: Derek Cracknell – Productores: Harry Saltzman y Albert R. Broccoli

125 min, No rating, Color – 19/12/1974: estreno mundial en Estados Unidos

Trama: Una bala de oro con la inscripción 007 llega a los cuarteles del Servicio Secreto Inglés. Es un aviso de que Francisco Scaramanga, el mejor asesino profesional del mundo, ha puesto en la mira a James Bond. 007 decide anticiparse y se pone en ruta a dar con el paradero de Scaramanga. Pero en la investigación se cruzará también con el objetivo de una misión anterior, la de encontrar y proteger al científico Gibson, creador del Solex, un dispositivo que transforma la luz del Sol en energía. Y pronto 007 descubrirá que el Solex ha ido a parar a manos de Scaramanga, que obligará a Bond a batirse a duelo para que éste pueda recuperarlo.

Critica: THE MAN WITH THE GOLDEN GUN (EL HOMBRE DEL REVOLVER DE ORO)

Ciertamente muchos críticos consideran a The Man With The Golden Gun como el punto más bajo de calidad de toda la serie – es la segunda de menor recaudación, detrás de On Her Majesty Secret Service – . Sin duda es un film con sus errores y sacrilegios, con algunos enormes huecos de coherencia en el guión, y con elementos de comedia que resultan descolgados de la trama. No es una película perfecta pero es bastante digna, y sería erróneo calificarla como peor que otras atrocidades como Moonraker o A View To Kill.

Es una película que calza perfecto dentro de lo que suelo llamar el período Light de Bond, que abarca desde Diamonds Are Forever hasta The Spy Who Loved Me. El personaje ya no es el rudo mujeriego y despiadado asesino que solía representaba Sean Connery, por ejemplo en From Russia With Love. Es mucho más afable, menos sangriento y especialmente más suave con las mujeres. Lo que no le impide que cuando resulte necesario deba someter a la fuerza a representantes del sexo opuesto – como en la escena de hotel con el personaje de Maud Adams -. Es un perfil más abierto y menos adulto, más digerible para las masas, y le da un buen timming para el cambio que representaba el nuevo público de los 70. Además este Bond intermedio conserva aún mucha de la frescura y originalidad de las novelas de Fleming, aunque los guionistas utilizaban cada vez menos elementos del autor y comenzaban a experimentar recetas alternativas con desigual éxito. Aún con todos sus defectos, este período me resulta altamente disfrutable considerando el caos creativo que se impondría entre 1977 y 1985.

Los puristas y críticos que disparan contra The Man With The Golden Gun suelen ensañarse con varios detalles del guión que abordaremos en este comentario. Ciertamente los inicios del film son prometedores, especialmente el tema de enfrentar al mejor asesino del mundo contra James Bond. Era el tema fundamental de la novela, y que aquí ocupa el 50% de la película, mientras que todo el tema del agitador solar Solex es un esperpento agregado por los guionistas que responde a varias causas: una, el capricho de Cubby Broccoli en poner a Bond a tono con temas del momento – en esa época (principios de los 70) comenzaba la crisis de precios con el petróleo – , y la otra es proveer una justificación – gratuita – para que Scaramanga posea una instalación de alta tecnología y poder explotarla al final del film. Porque una película sin explosiones no podría ser un film Bond.

Sin duda es un tema desperdiciado, porque el enfrentamiento Scaramanga – Bond podría haber resultado en un juego del gato y del ratón más que interesante; y en ese caso hubiera venido bien la mano de un artesano experto en crear climas de suspense – estilo From Russia With Love – como Terence Young. Pero como James Bond ya era un personaje pasteurizado a principio de los 70, los productores creyeron que la platea no estaba preparada para ver un film de suspenso sino para volver a ver un film épico, dotado de acción y explosiones, e incorporaron al libreto el tema del Solex pero con poca coherencia. Y ni aún la mano experiente de Guy Hamilton – el artesano detrás del Bond Hit Goldfinger – puede remontar vuelo con ciertas mamarrachadas del guión.

Una re-visión del film nos muestra en realidad que Scaramanga no quiere saber nada con 007. Si bien lo admira, quien envía la bala de oro no es sino la amante del asesino, Andrea Anders. Tal como explicamos en su momento, los villanos que Fleming imagina se delinean de modo similar a los de la tira cómica Dick Tracy. Poseen una deformidad (la tercera tetilla de Scaramanga), pero Fleming les da además un perfil de aberración sexual que le da una profundidad sicológica al personaje, y que en el film no se encuentra tan bien desarrollado. Que Scaramanga solo tenga relaciones sexuales antes de cada asesinato (siendo éstas las únicas ocasiones), y que el asesino guste de acariciar a su amante con el cañón de su arma de oro semeja ciertamente al Goldfinger impotente que se rodea de mujeres a modo decorativo, y que cuando lo traicionan las liquida cubriéndolas del material que más ama (el oro). Es una lástima que este perfil – el de un Scaramanga encontrando placer sólo en la muerte – haya sido aligerado y reducido, superado por otras cuestiones más mundanas. Así mismo la interpretación de Lee se ve especialmente siniestra durante gran parte del film – sin duda es un equivalente oscuro de James Bond -. Posee sus mismas habilidades profesionales, también tiene sus gadgets y puede verse como la otra cara de la moneda (como lo explicita en el diálogo del almuerzo, que lo encuentro muy bien escrito). La actuación de Lee es un caso de dignidad artística, y su presencia comanda la pantalla en cada aparición suya. Y, por momentos, da la impresión que él trabaja en otro film mucho más serio y superior que lo que resulta ser el resto de esta producción.

Pero si el personaje de Scaramanga se desarrolla tan bien y de un modo tan letal, no es sino cerca del final cuando se termina por desdibujar. Si el asesino ahora se encuentra desarrollando una actividad comercial como es la explotación del Solex, ¿para qué arriesgarla con la presencia de 007 en su isla privada?.¿Por qué no eliminarlo de entrada?. El guión intenta justificarlo por una cuestión de orgullo de Scaramanga, del reto personal con el agente secreto inglés (cuando Hai Fat y Scaramanga deciden eliminar a Bond en la escuela de karate en una secuencia previa, no hay tal orgullo profesional). Pero atenta contra la eficiencia en la toma de decisiones que venía exponiendo el personaje hasta ese momento. Además, el lacónico y expeditivo Scaramanga pasa súbitamente a transformarse en un elocuente anfitrión del espía que viene a liquidarlo. Sin duda es el perfil de bohonomía y buenas costumbres que ya vimos con Goldfinger y Bond en el rancho del magnate en Kentucky en el citado film. Pero resulta algo chocante con lo que uno venía imaginando acerca de la conducta del villano.

El otro problema que presenta esa parte de la película es que el final es, sin duda alguna, anticlimático. Primero, por la falta de originalidad – esta secuencia ya la vimos en el teaser, cuando Scaramanga enfrenta al mafioso reciclado de Diamonds Are Forever -, pero tampoco es particularmente excitante en como está filmado, que es el segundo problema, y en que el despacho de Scaramanga por parte de Bond resulta tan obvio como breve. El final del film es flojo, precoz y prolongado con la superficial historia del rescate del Solex de la maquinaria de energía solar y la tonta pelea con Nick Nack a bordo del junco de Scaramanga. Y, como noto en todos los finales desde Live and Let Die hasta The Spy Who Loved Me, hay una escasez de secuaces del villano en enormes decorados – aquí solo hay un moreno asistente de seguridad – que da la impresión de ser un remate pobre en recursos, a pesar de lo impresionante de las instalaciones y explosiones mostradas.

Pero aún con la gran presencia de Christopher Lee y de la trama de su personaje, The Man With The Golden Gun es un film dispar. Es cierto que la comedia comienza cuando ya se ha avanzado en el film (como The Spy Who Loved Me), y todo va bien hasta la llegada de Bond a Hong Kong. El asesinato de Gibson es un punto flojo del film – si Andrea Anders quiere deshacerse de Scaramanga, ¿por qué no le indica a 007 desde donde disparará para emboscarlo? – . Y el indicio de que las cosas van a comenzar a aflojarse en materia de seriedad comienza con la visita de Bond a la casa del magnate Hai Fat. Desde la aberración del encuentro con la chica en la piscina (cuyo nombre traducido sería Chup Mi) hasta la cita para la cena en la mansión del millonario (con la emboscada de los luchadores sumo) resultan flojos. Y totalmente gratuito, sin sentido y sin nervio, es el desvío de la trama hacia secuencias que supuestamente deberían ser excitantes como enviar a Bond a la escuela de karate, o la persecución de lanchas en el río. Pero Hamilton parece agotado, sin fuerzas para darle algo de tensión a esas escenas, además que resulta un hecho que Roger Moore es terriblemente malo para los combates cuerpo a cuerpo si no hay un doble mediante. Tanto la pelea de la escuela de karate como el combate en el camerino de la danzarina al inicio del film son decididamente pésimos, lentos y sin potencia. E incluso cuando Bond deja de pelear y las sobrinas del teniente Hip se hacen cargo, resultan en combates pobres. ¿Acaso si estaban en el Sur de Asia no podrían haber conseguido el asesoramiento del director de segunda unidad o algún coreógrafo de artes marciales de la industria cinematográfica de Hong Kong?.

Pero siguiendo con los defectos, la inclusión de Mary Goodnight – la torpe asistente de Bond – termina siendo irritante. En The Silencers, Matt Helm también estaba acompañado por una espía novata que proveía buena parte de los momentos de comedia, pero sin duda Stella Stevens era mucho más eficiente para las escenas cómicas que los resultados que ofrece Britt Ekland aquí; especialmente en la tonta secuencia en que es atrapada en el baúl del auto de Scaramanga. También el regreso del alguacil J.W. Pepper resulta bobo, falto de gracia y descolgado, aunque es mejor que la performance de la rubia tonta.

Y mientras que Pepper aparece en el mejor momento del film – la persecución de autos entre Bond y Scaramanga -, la culminación de la misma es un reto mayúsculo para la flexible y altamente tolerable credibilidad de un espectador Bond promedio. La transformación del auto de Scaramanga en aeroplano es sencillamente ridícula, y hubiera sido mucho más simple y efectivo colocar un avión como medio de escape en la granja. Pero el guión parece desesperado en buscar efectismos y risas, aunque vaya en contra de la lógica (incluso de la disparatada lógica cinematográfica que es muuuy flexible).

Sobre los secundarios, son promedio. Hervé Villechaize está ok como Nick Nack, el perverso asistente de Scaramanga, y Maud Adams resulta demasiado imperturbable para ser la mujer desesperada que busca cortar lazos de su jaula de oro. La música de Barry es muy buena como siempre, y el tema principal está bien, aunque muchos gustan de arrojarle piedras y considerarlo pésimo.

Es un film que podría haber sido excelente si profundizaba su estudio sobre Scaramanga, si hubiera dejado de lado el superfluo tema del Solex, y si tuviera más adrenalina en las escenas de acción. Y, por supuesto, si fuera menos ultrajante a la hora de la comedia. Pero aún así es una película que vale la pena ver.

LA SAGA OFICIAL DE JAMES BOND

La era Connery: Doctor No (1962)Desde Rusia con amor (1963)Goldfinger (1964)Operacion Trueno (1965)Solo se vive dos veces (1967) / El fugaz paso de Lazenby: Al Servicio Secreto de Su Majestad (1969) / El primer regreso de Connery: Los Diamantes son Eternos (1971) / La era Moore: Vive y Deja Morir (1973)El Hombre del Revolver de Oro (1974)La Espia que me Amo (1977)Moonraker (1979)Solo para sus Ojos (1981)Octopussy (1983)En la Mira de los Asesinos (1985) / La era Dalton: Su Nombre es Peligro (1987)Licencia para Matar (1989) / La era Brosnan: Goldeneye (1995)El Mañana Nunca Muere (1997)El Mundo no Basta (1999)Otro Dia para Morir (2002) / La era Craig: Casino Royale (2006)Quantum of Solace (2008)Operación Skyfall (2012)Spectre (2015) – Sin Tiempo Para Morir (2021)

Canción del film

Copiando el estilo rock de Live and Let Die, llega Barry con urgencias de modernización a componer este tema, con aires a Goldfinger. Letra de Don Black – Música de John Barry – Cantada por Lulu

He charges a million a shot,
An assassin that’s second to none,
The man with the golden gun.

Lurking in some darkened doorway,
Or crouched on a roof top somewhere,
In the next room, or this very one
The man with the golden gun.

Love is required whenever he’s hired,
It comes just before the kill.
No-one can catch him, no hit man can match him
For his million dollar skill.

One golden shot means another poor victim,
Has come to a glittering end,
For a price, he’ll erase anyone
The man with the golden gun.

His eye may be on you or me.
Who will he bang?
We shall see. Oh yeah!

Love is required whenever he’s hired,
It comes just before the kill.
No-one can catch him, no hit man can match him
For his million dollar skill.

One golden shot means another poor victim,
Has come to a glittering end,
If you want to get rid of someone,
The man with the golden gun
Will get it done
He’ll shoot anyone
With his golden gun.

En español:

El cobra un millón por disparo.
un asesino que nunca es segundo en nada.
el hombre del revólver de oro

Acechando en algún oscuro callejón,
o agazapado sobre el techo en alguna parte.
en el cuarto contiguo, o en este mismo,
el hombre del revólver de oro.

El amor es necesario cuantas veces él sea contratado
lo precisa justo antes de matar.
Nadie lo puede atrapar, ningún tirador lo puede enfrentar
por su habilidad del millón de dolares.

Un disparo dorado significa otra pobre víctima
ha llegado a un brillante final
por un precio, él suprimirá a cualquiera
el hombre del revólver de oro

Su ojo puede estar puesto en tí o en mí
a quién le disparará ?
Ya nos enteraremos, oh sí !

El amor es necesario cuantas veces él sea contratado
lo precisa justo antes de matar.
Nadie lo puede atrapar, ningún tirador lo puede enfrentar
por su habilidad del millón de dolares.

Un disparo dorado significa otra pobre víctima
ha llegado a un brillante final,
Si quieres librarte de alguien
el hombre del revólver de oro
lo hará un hecho
él le dispara a cualquiera
con su revólver de oro