Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco
USA, 2014: Ben Kingsley (Trevor Slattery), Scoot McNairy (Jackson Norris), Lester Speight (Herman), Sam Rockwell (Justin Hammer)
Director: Drew Pearce, Guión: Drew Pearce
Trama: Luego de hacerse pasar por “el Mandarín” – el líder de una peligrosísima organización terrorista de nivel internacional – el actor Trevor Slattery ha terminado en prisión. La presencia de Slattery provoca tanto fanatismos como odios, y no hay día que pase sin que alguien intente atentar contra su vida. Pero la vida de un actor está dada por su ego, y es por ello que Slattery decide dar una entrevista a una cadena de televisión, quienes están armando un documental sobre su vida. El tema es que, a medida que la entrevista avanza, las cosas comienzan a desdibujarse… hasta que el mismo Slattery descubra que nada es lo que parece y que su vida corre serio peligro.
De un tiempo a esta parte la Marvel ha montado una gigantesca y bien aceitada maquinara creativa, la cual ha permitido interrelacionar universos, personajes e historias entre los distintos filmes que produce, y crear una magnífica sensación de continuidad entre las diferentes tramas – algo que tímidamente está intentando imitar la DC Comics a partir de las franquicias de Batman y Superman -. Mientras que lo usual era usar a Tony Stark y la agencia SHIELD como comodines para vincular los argumentos de las películas basadas en los diferentes personajes de la Marvel, pronto empezó a orquestar una segunda movida, más pequeña y complementaria, en la forma de cortometrajes presentados exclusivamente con la edición en DVD de sus películas más conocidas. Estos cortos – de no más de 15 minutos de duración – han servido para atar cabos o abrir puertas respecto a las tramas ya conocidas de los filmes del Capitán América, Thor o, como el caso que nos ocupa, la franquicia de Iron Man.
All Hail the King (Saluden Todos al Rey) es una minisecuela de Iron Man 3, que se enfoca en la vida en prisión de Trevor Slattery – el actorzucho inglés que se hizo pasar por el terrorista internacional conocido como el Mandarín y que sirvió para camuflar las actividades ilegales de un siniestro Guy Pearce -. Admito no conocer la mitología de Iron Man mas allá de lo que muestran los filmes y, aunque me divertí horrores con la performance de Ben Kingsley, lo cierto es que la reinterpretación que hicieron del personaje terminó sonando a herejía para todos los fanáticos del comic. El Mandarín era un tipo con poderes sobrenaturales, los cuales provenían de un grupo de anillos de procedencia extraterrestre. Aquí el Mandarín ha sido reinterpretado como una versión fashion de Osama bin Laden, el cual comanda una célula terrorista conocida como los Diez Anillos… y con el agravante de que nada de eso era real, ya que se trataba de un timo montado por actores de cuarta en un estudio de televisión. Por lo menos, eso es lo que pasaba hasta ahora.
En realidad All Hail the King no tiene mucho de historia, sino que es más un reencuentro con personajes entrañables. Kingsley sigue robándose escenas y disparando líneas mortalmente cómicas – como están montando un documental sobre su vida, hay viejos tests de cámara de una ficticia serie llamada Caged Heat, en donde Kingsley hacía de policía ruso suelto en Nueva York, acompañado de un mono Tití que chupaba Vodka como una esponja, y que se la pasa montado a bordo de una Ferrari roja en la misma onda que Miami Vice -. El Trevor Slattery de Kingsley es tan deliciosamente despistado y ególatra que hace disfrutable todo el corto, aún cuando la historia sea demasiado breve y sólo sirva como aperitivo. Lo cierto es que la entrevista sale mal… y deja el camino abierto a la entrada en escena del auténtico Mandarín, el cual – asumo – será reinterpretado de manera mas fiel al comic.
Con la priotecnia verbal extremadamente afilada, algunos cameos sorpresivos (como el de Sam Rockwell, quien recrea a Justin Hammer y está encerrado en la misma prisión que Slattery / Kingsley), y una dirección ajustada (mas la exquisita música de Tyler Bates), All Hail the King es un placer culpable que te hace desear más entregas del universo Marvel. Es breve e intenso, y vale la pena buscarlo para verlo, siquiera para estar en compañía de Kingsley por un puñado de minutos más.