Crítica: Mi Marciano Favorito (1999)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 1999: Jeff Daniels (Tim O’Hara), Christopher Lloyd (tio Martin), Wayne Knight (voz de Zoot), Elizabeth Hurley (Grace Channing), Daryl Hannah (Lizzie), Wallace Shawn (Dr Elliott Coleye), Christine Ebersole (Lorelei Brown), Michael Lerner (Mr Channing), Shelley Malil (Felix), Ray Walston (Armitan)

Director: Donald Petrie, Guión: Deanna Oliver & Sherri Stoner, basados en la serie de TV creada por John L. Greene

Trama: La NASA y los hombres de negro buscan desesperadamente a una nave alienígena que se estrelló contra la Tierra. Pero el ocupante de la misma ha logrado miniaturizarla y consigue escapar del lugar antes que lleguen las autoridades. Lamentablemente la diminuta nave ha ido a parar a manos del torpe reportero Tim O´Hara, quien la ha tomado como si fuera un juguete abandonado. Siguiendo el rastro de O´Hara, el alienigena – que se ha adaptado a una forma humanoide, gracias a masticar un chicle especial – irrumpe en la casa de éste pero termina siendo abatido por el reportero. Allí O´Hara se entera de las circunstancias y acepta dejar que el marciano repare la nave en el garage de su casa mientras se hace pasar por su tío Martin. Pero el espíritu de reportero es más fuerte que Tim, y decide grabar en video a Martin, especialmente cuando éste se encuentra con su forma natural. El tema es que Tim se ha encariñado con el marciano y ha decidido borrar las cintas… las cuales han sido robadas por la despiadada hija de su jefe – la que trabaja como presentadora en un canal de televisión -, la cual quiere utilizar la primicia para hacer despegar su carrera. Ahora Tim y Martin deberán recuperar los videos antes que se hagan públicos… y antes de que los descubran los hombres de negro.

Mi Marciano Favorito Usualmente soy defensor de causas perdidas, y éste es uno de esos casos. Esta es la remake de la sitcom Mi Marciano Favorito, emitida entre 1963 y 1966, con Ray Walston y Bill Bixby en los roles principales. Era una de mis series favoritas, y recuerdo ver sus capítulos mientras tomaba la chocolatada en la casa de mi abuela, en una de sus múltiples reemisiones en los canales de televisión de Montevideo. Mi Marciano Favorito no fue más que una variante de la modalidad “pariente con superpoderes”, que en los 60 estaba de moda con teleseries como Hechizada o Mi Bella Genio. Al ser el centro de atención un extraterrestre, la química de todo el asunto se basaba en que éste observaba y satirizaba las costumbres de la cultura humana. La misma premisa sería explotada hasta la saciedad años más tarde, con sitcoms como Alf, Mork & Mindy o Tercera Roca Desde el Sol.

Como serie, Mi Marciano Favorito era particularmente ingenua. Ese tono naif era muy popular en los años 50 cuando la sociedad norteamericana se reponía de la Segunda Guerra Mundial, en donde la gente se reproducía como conejos, la tecnología comenzaba a tomar velocidad, y daba la impresión de que el futuro estaba cercano y era prometedor. Pero en los 60 (la década de emisión de la serie que nos ocupa) mantener el mismo tono ingenuo resultaba anacrónico, más considerando que las cosas se estaban poniendo muy feas en los Estados Unidos – presidentes y líderes sociales asesinados, sangrientas revueltas en protesta por derechos civiles, el auge de las drogas, la masacre que supuso la guerra de Vietnam, y toda la paranoia propia de la Guerra Fría, en donde parecía que el mundo se podía terminar en un instante -, con lo cual parecía que la sociedad se hubiera vuelto autista y conservadora, temerosa de ver la realidad y deseosa de aferrarse a toda costa a los valores que estuvieron de moda en la década anterior. A finales de los sesenta el optimismo y la inocencia serían borrados de un plumazo, y tanto el cine como la televisión comenzarían a encarar proyectos más cinicos y brutales. No más Yo Amo a Lucy; ahora vendría Bonnie & Clyde, la caída del código Hays, los desnudos, la violencia generalizada, la crítica descarnada a Vietnam, y el revisionismo amargo de un período que fue mucho más oscuro de lo que se pensaba.

En semejante escenario, Mi Marciano Favorito era como uno de los últimos exponentes de una cultura en decadencia. Es cierto que la televisión se mantendría como un bastión conservador que demoraría años en acusar el golpe y adaptarse a los cambios culturales, pero a la larga terminaría por cambiar.

En general todo el mundo ha repudiado esta versión de Mi Marciano Favorito. Es cierto que se parece a una remake dirigida por Barry Sonnenfeld – hay un exceso de comedia slapstick como en su terrible versión de Los Locos Adams -, pero el elenco de aquí es mucho más potable y adecuado que Raul Juliá y cía. Christopher Lloyd es un digno sucesor de Ray Walston, aunque más excéntrico, y Jeff Daniels tiene el mismo tono bobalicón que Bill Bixby. El filme tiene los cameos adecuados – figura Ray Walston en un gran papel secundario, y un gran guiño para los fans -, y hasta los personajes de relleno están muy bien. Está el traje parlante Zoot (voz de Wayne Knight), el que tiende a robarse todas las escenas en las que participa, y hasta la desabrida Elizabeth Hurley tiene momentos para lucir su vena cómica – cuando Christopher Lloyd se hace pasar por ella y pierde el chicle que le da forma humana, da pie a uno de los mejores gags del filme -. Es cierto que a veces el filme tiende a pasarse de rosca, pero siempre vuelve a su ruta. Y aunque Mi Marciano Favorito es más simpática que cómica, obtiene una buena cuota de risas a medida que se acerca el final (como cuando Tim y Martin van miniaturizados por la alcantarilla y terminan en un inodoro a punto de ser usado).

Si a usted le gustaba la serie original, déle una oportunidad a Mi Marciano Favorito 1999. No es un aggiornamiento brillante de la idea, pero vale la pena. Algunos la odiarán por ruidosa y la encontrarán poco cómica; otros la considerarán un sacrilegio. Yo creo que está ok y que tiene un par de gags muy cómicos, razón por la cual soy amable con ella.