Crítica: La Mansión Wolfberg / la Mansión Loboburgo (2010)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA / Canadá, 2010: Chase Ellison (Hunter Sands), Victoria Justice (Jordan Sands), Matt Winston (David Sands), Brooke Shields (Madame Varcolac), Brooke D’Orsay (Paulina Von Eckberg)

Director: Eric Bross, Guión: Art Brown & Douglas Sloan

Trama: Los Sands tienen serios problemas económicos y están en la ruina. Sin embargo un día reciben la carta de un notario, el cual les notifica que su tío ha fallecido y les ha dejado de herencia un castillo en la localidad de Loboburgo, Rumania. Viajando con los últimos recursos que le quedan, al llegar descubren que Loboburgo es un lugar de gran afluencia turística, incentivado por la creencia de que el mito de los hombres lobo surgió en dicha comarca. Mientras que el papá intenta vender el castillo, sus hijos Jordan y Hunter deambulan por sus enormes pasillos, intentando explorar sus secretos. Precisamente un día se topan con un pasadizo secreto, el cual los lleva a un oscuro laboratorio lleno de muestras de sangre. Temiendo ser descubiertos por el ama de llaves los hermanos atinan a escapar pero, en la corrida, Jordan se ha tropezado con una mesa cargada con tubos de ensayo, lastimándose con los vidrios de los recipientes rotos. Y no pasa mucho tiempo antes de que la muchacha comience a darse cuenta de que su cuerpo ha empezado a experimentar cambios – ya sea porque puede hacer proezas físicas imposibles, o porque posee un olfato extremadamente sensible -. Siendo señales de que su conversión en mujer lobo es inminente, Jordan solo atina a confiar el secreto en su hermano Hunter… el cual es un chico problemático, mentiroso y aficionado a las bromas pesadas. El problema es que, cuando las cosas se ponen peliagudas, Hunter acude en busca de la ayuda de su padre, el cual no cree ni una palabra del cuento del muchacho. Y ahora, solo ante la adversidad, Hunter deberá hallar la forma de deshacer la maldición que recayó sobre su hermana… antes de que la misma se vuelva completamente irreversible.

La Mansión Wolfberg (2010) La Mansión Wolfberg es un filme para chicos producido por Nickelodeon, algo que inmediatamente tiraría al diablo nuestras expectativas si pensamos en que se trata una versión infantil de la leyenda del hombre lobo. Aún con todo, termina siendo sumamente potable gracias a que tiene una buena dirección y figura en el cast Brooke Shields, la cual se ha reconvertido de una pedante e insoportable estrellita infantil a una apetecible MILF dotada de gran talento para la comedia. No es que la Shields sea la octava maravilla del mundo pero, como suele pasar con los pésimos actores – recemos un padre nuestro por Leslie Nielsen, que estás en los cielos -, su limitado histrionismo termina por convertirlos en notables comediantes.

En sí La Mansión Wolfberg (y la traducción literal del título en inglés) no es más que una versión modernizada del cuento de Pedro y el Lobo. El chiste acá es que el lobo ha sido trocado por un hombre lobo (o, mejor aún, por una muchacha loba), y como el pibe es un bromista pesado de aquellos, nadie termina por creerle. Por lo demás la historia toma su propio vuelo, con una herencia maldita que cae en el momento menos indicado, un viaje a un sombrío pueblo rumano, y criaturas de la noche de todo tipo y color, incluyendo una horda de vampiros que se convierten en los villanos de la trama y que quieren apoderarse del castillo para obtener algún tipo de revancha histórica. ¿Si la historia importa?. La verdad, poco y nada.

Todo tiene un humor zumbón y algo tonto, y en realidad el único motivo para ver el filme es la performance de Brooke Shields, la que hace de siniestra ama de llaves y hace su mejor imitación de Bela Lugosi. Considerando lo light que es todo, la Shields es la que saca las mejores sonrisas, aunque a uno le queda la sensación de que está desperdiciada en el papel. El gag recurrente es que, cuando alguien la llama por su nombre (Madame Varcolac), los lobos aullan… sin importar si es de día, de noche o si uno está sumergido en el fondo del océano, etc. Claro que – después de la décima vez que repiten el recurso – el chiste pierde su gracia.

En sí, la película se deja ver, aunque hay que admitir que se desarma mucho cerca del final – es como si no supieran cómo hacer un climax aséptico cuando la trama apunta a que habrá una encarnizada batalla final entre vampiros y hombres lobo -. El cast es zonzo pero le pone ganas, figurando Victoria Justice – una estrellita juvenil de iCarly y toneladas de tiras adolescentes – y el hijo de la leyenda del maquillaje Stan Winston en los roles principales.

Para pasar un rato, La Mansión Wolfberg es tonta y digerible. No espere mucho, tan solo pasar una hora y media simpática … y sin demasiada substancia.