Crítica: Mamá (2013)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

Canadá / España, 2013: Jessica Chastain (Annabel), Nikolaj Coster-Waldau (Lucas Lesange / Jeffrey Lesange), Megan Charpentier (Victoria Lesange), Isabelle Nelisse (Lilly Lesange), Daniel Kash (Dr Gerald Dreyfuss), Jane Moffat (Jean Podolski), Javier Botet (Mama), David Fox (Burnsie)

Director: Andy Muschietti, Guión: Neil Cross, Andy Muschietti & Barbara Muschhietti

Trama: Debido a desmanejos financieros que lo han llevado a la ruina, el ejecutivo Jeffrey Lesange pierde la razón y comienza una espiral de violencia y destrucción, iniciando con el asesinato de su esposa y el rapto de sus dos hijas pequeñas. Pero en la fuga Lesange pierde el control del automóvil y termina por estrellarse en un páramo helado, tras lo cual decide refugiarse en una cabaña abandonada cercana al lugar. Desesperado, el hombre decide matar a las dos niñas y luego suicidarse pero, al momento de intentar ejecutar la acción, una figura fantasmal surge de la nada, lo asesina y esconde su cuerpo. Ahora han pasado 5 años y el hermano de Lesange, Lucas, continúa con la búsqueda imparable de su cuerpo y del paradero de las niñas. Los exploradores que ha contratado han dado con las chicas, las cuales han sobrevivido en condiciones infrahumanas y se comportan de manera salvaje. Las niñas pronto comienzan a ser tratadas por el doctor Gerald Dreyfuss, el cual consigue obtener respuestas cognitivas en el corto plazo. Pero lo que comienza a inquietar a Dreyfuss, Lesange y al resto de la familia es que las niñas claman haber sido criadas por Mamá, una entidad etérea que les dió refugio y comida durante los años en que estuvieron perdidas. Y ahora Mamá parece estar de regreso… habiendo adoptado una forma aterradora y despedazando sin piedad a todo aquel que suponga una amenaza a las dos niñas, con las cuales se ha encariñado como si fueran sus propias hijas.

El Hombre de la Cuarta Dimension (The 4D Man) (N. de R: Voy a tomarme el atrevimiento de clasificar a Mamá como cine fantástico argentino. Si bien ningún argento puso un peso para su producción, la idea es de un argentino y se basa en un corto hecho en Argentina. ¿Hace falta dar más explicaciones?)

Latinoamérica parece ser el próximo semillero de directores de cine fantástico en el cual Hollywood abreva para buscar talento fresco. Pasó con la uruguaya La Casa Muda, pasó con el pasaje a Hollywood de Fede Alvarez y su remake de Evil Dead, y ahora pasa con el argentino Andrés (Andy) Muschietti. En el 2008 Muschietti filmó un minúsculo pero impactante corto de terror de tres minutos de duración, el cual pronto generó revuelo en los círculos especializados en donde era exhibido; y si bien Mamá no dejaba de ser un ejercicio de estilo, tenía lo suficiente para mostrar el talento subyaciente detrás de cámara. El que se fijó en ello fue Guillermo del Toro, el cual últimamente viene dando señales de querer armar su propia movida, armando una productora y reclutando cineastas noveles para ponerlos al frente de sus proyectos – como la remake de No le Tengas Miedo a la Oscuridad y el filme que ahora nos ocupa -. Del Toro le dió recursos y vía libre a Muschietti, el cual se despachó con un filme plagado de momentos espeluznantes e intensos, lo cual la convierte en uno de los mejores títulos de terror del último año; la macana con todo esto es que la premisa no logra sustentarse hasta el final y culmina con un climax tan forzado como insatisfactorio.

La primera hora de Mamá es una brillante tour de force en donde Muschietti brilla como director y libretista. Un hombre pierde la chaveta y empieza a matar a todos sus seres queridos, dejando para el final el asesinato de sus hijas y su propio suicidio. En la fuga enloquecida que ha emprendido el destino termina por dejarlo en un paraje abandonado, en donde encuentra una casa derruida habitada por una entidad tan horrible como aterradora. Salvando a las niñas del desquicio de su propio padre, el fantasma cuida de las criaturas hasta que una expedición logra dar con ellas cinco años después. Lo que sigue, aunque es mucho más terrenal que el horrendo fantasma, no deja de ser estremecedor: las niñas han vivido en estado salvaje y el único modelo humano (si se le puede decir) que han tenido ha sido el espectro que las ha protegido. Es por ello que se mueven como arañas, reptando en la oscuridad y saltando arriba de los muebles casi sin hacer ruido. Hay un montón de momentos en los cuales la platea pega repingos en la butaca al ver cómo las chicas aparecen de la nada o se contorsionan de las maneras mas antinaturales posibles. Imaginen la caminata de araña de Linda Blair en la versión restaurada de El Exorcista y verán que aquí hay algo similar, sólo que multiplicado por diez.

Como buena historia de fantasmas, los subtextos (o las explicaciones alternativas, más racionales y científicas) abundan. Quizás la entidad no existe como tal sino que la genera alguien profundamente perturbado, sea una de las niñas por el regreso a la civilización, o incluso la agria rockera que compone Jessica Chastain, la cual está negada a aceptar la nueva situación y todos los cambios que le impone a su antigua vida. Tal como en Zero Dark Thirty, Chastain compone a otra mujer castrada emocionalmente, la cual empieza a descubrir su humanidad – y su escondido instinto maternal – al ver como las niñas se desmoronan y no hay nadie que les tienda una mano. El crecimiento personal del personaje de Chastain es una de las mejores cosas que tiene el filme: ella no tiene espíritu de boy scout, no quiere ser madre, sólo le importa tener una vida intensa con su pareja, y a regañadientes acepta su deseo de hacerse cargo de las niñas. Basta que pase el tiempo para que descubra el horror que las aflije y comience a ablandar su corazón en un proceso gradual y lento. El desarrollo dramático se ve natural y realista, y es por ello que uno termina simpatizando con la otrora hosca protagonista.

Quizás el aspecto mas estremecedor de Mamá sea que los niños operan en otro plano debido al carecer de la totalidad de referencias culturales que construyen la personalidad de un adulto. Ellos no discriminan, hablan sin limitaciones, y no le tienen miedo a las cosas que uno mentalmente ha construido como tabúes. En el caso de las dos pequeñas, han aceptado como natural que un ser horrendo los proteja, simplemente porque se han criado así y es el único mundo que conocen. Si tu papá es un hombre lobo, sos incapaz de cuestionar el hecho debido a que nadie te enseñó lo que era normal o lo que es correcto. Es por ello que resulta tan inquietante ver a las niñas jugando desprejuiciadamente con lo que parece ser un cadáver horrible flotando en el aire. El otro punto es que el ser las sigue a su nuevo hogar, irrumpiendo de manera furtiva en sus vidas… y provocando los sustos mas potentes que tiene reservada la película. Esa fabulosa escena en donde la más pequeña se pone a jugar con alguien en su cuarto – y después descubrimos que no es ni Jessica Chastain ni su hermana – es espeluznante. Uno tiene vistazos de que algo horrible – manos deformes, la chica flotando en el aire, cosas que vuelan – está teniendo lugar en el cuarto y nadie se ha enterado de ello.

Mientras que Mamá comienza de una manera tremendamente brutal y efectiva, la macana es que termina por descarrilarse en el tercer acto; (alerta: spoilers) primero, porque empieza a mostrar en demasía al engendro – el cual se ve como un CGI mediocre – y, segundo, porque no sabe muy bien como darle un cierre a la historia. El problema de crear un monstruo no convencional es que uno también debe crear algún tipo de juego de reglas por el cual se guíe y pueda ser combatido; aquí piensan que con traerle el cadáver del bebé el hechizo se deshará, cosa que no ocurre; pero también es cierto que es totalmente arbitrario que el ente decida recrear su propio suicidio justo en ese momento, habiendo dispuesto de años de cuidado de las chicas para ejecutar la acción en otro instante mas tranquilo. ¿Por qué ejecutarlo ahora?. ¿Acaso se acerca el aniversario de algo? ¿O se trata simplemente de que se cumplieron los 90 minutos de metraje y hay que ponerle un broche – si o si – a la trama?. (fin spoilers).

Yo creo que Mamá es un filme de terror pochoclero tremendamente efectivo hasta que llega al final. Me parece absurdo e injusto que la critica la haya defenestrado por ser “mas de lo mismo” – como un filme rutinario de fantasmas -, cuando la realidad demuestra que la cinta de Muschietti es muchísimo mas efectiva que el 99% del cine de horror producido en los últimos 10 años. Quizás Mamá no sea una obra maestra pero, cuando quiere asustarte, mas vale que tengas a mano un juego de calzoncillos de repuesto. Y, a final de cuentas, de eso se trata del cine de terror: filmes cuyo único propósito es disparar la adrenalina del espectador y hacerle olvidar de los bodrios que aquejan su vida, pasatismo puro para limpiar las amarguras del alma, lo cual es algo que Mamá cumple con talento e inteligencia… aunque termine quedando algo corta de combustible sobre el tramo de la recta final.

CINE FANTASTICO ARGENTINO

Otros títulos del cine fantástico argentino: El Hombre Bestia (o las Aventuras del Capitán Richard) (1934); Obras Maestras del Terror (1960), Extraña Invasión (1965), Sangre de Virgenes (1967), Invasión (1969), Snuff (1976), Moebius (1996), La Sonámbula (1998), Déjala Correr (2001), Plaga Zombie: Zona Mutante (2001), Adios Querida Luna (2004), Tiempo de Valientes (2005), Zenitram (2010), Fase 7 (2011), Mamá (2013), Kryptonita (2015)