Crítica: Maléfica (2014)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 2014: Angelina Jolie (Malefica), Elle Fanning (Aurora), Sharlto Copley (Rey Stefan), Imelda Staunton (Knotgrass), Lesley Manville (Flittle), Juno Temple (Thistletwit), Sam Riley (Diaval)

Director: Robert Stromberg, Guión: Linda Woolverton

Trama: En una tierra de ensueño y fantasía florecían dos reinos: uno, de las hadas y seres mágicos, el cual era protegido por Maléfica – el hada mas audaz y valiente de todas -; y el otro, el reino de los hombres, los cuales temían y recelaban de las criaturas sobrenaturales que habitaban mas allá de sus límites. Curiosamente Maléfica – a la temprana edad de 16 años – termina por enamorarse de un joven ladrón, el cual pretendía hacerse con un puñado de las piedras preciosas que abundaba en su terreno. Durante años Maléfica y el joven Stefan se cortejaron en un amor tan extraño y prohibido… hasta que el rey de los hombres se enfermó de gravedad, y proclamó que la corona solo pertenecería a aquel valiente que lograra vencer al hada oscura que gobernaba el Páramo. Corrompido por su ambición de poder, Stefan engaña a Malefica y la embriaga con un sedante, tras lo cual le corta las alas y se las lleva a su rey, convenciéndole que ha matado al hada – y por lo cual el regente lo nombra su único y auténtico sucesor -. Pero al descubrir el daño y la traición, Maléfica ingresa en una espiral de odio y venganza, jurando tomar revancha de Stefan. Y esa la oportunidad parece haber llegado con el nacimiento de la primogénita del nuevo rey, una niña de nombre Aurora, sobre la cual Maléfica lanza un hechizo tan poderoso como letal: de que la niña se pinchará con la aguja de una rueca al llegar a los 16 años y caerá en un sueño tan profundo como la misma muerte, sólo siendo capaz de despertar si recibe un beso de auténtico amor. Desesperado por la noticia, Stefan decide ocultar a la niña en una cabaña perdida en el bosque y la pone a cargo de tres hadas madrinas, ordenándoles que sólo podrán traerla de regreso al castillo al día siguiente de haber cumplido 16 años. Sin embargo Maléfica ha vigilado de cerca todo el proceso y, al ver la ineptitud de las hadas, ha comenzado a meter mano en la vida de Aurora para preservar su existencia; algo que – con el tiempo – le ha hecho encariñarse con la chica, un detalle que la pondrá en una profunda diletante entre el amor que siente por la muchacha y el deseo de venganza contra su padre.

Malefica Es feo ver cuando un gran filme derrapa en los cinco minutos finales. Es lo que ocurre con Maléfica, la versión revisada y adulta del cuento infantil La Bella Durmientellevado al cine por la Disney en 1959 y la cual es considerada todo un clásico -. Durante el 95% de su duración, Maléfica es una película intensa y formidable – un giro innovador y fresco sobre una historia inmortal y harto conocida – pero, al momento de los bifes, la pifia con un final forzado y empapado de una corrección política que no se corresponde con el rumbo de los acontecimientos formados por la trama.

En más de un sentido esta versión revisionista de La Bella Durmiente me hace acordar al Drácula de Francis Ford Coppola, la cual tomaba una historia excesivamente trillada y la daba vuelta como una tortilla, alterando su significado al darle una fuerte motivación lógica a su principal protagonista. Si el Drácula de Coppola era un guerrero feroz y un apasionado patriota, un defensor de la fe que se sintió traicionado por el destino al ver que su amada fallecía de una cruel enfermedad justo al momento de regresar de la guerra – y por lo cual se transformó en una figura oscura que buscó la reencarnación de la joven a lo largo de centurias -, esta Maléfica no es mas un hada defensora del bosque, la cual ha sido traicionada por su primer y único amor – el cual no sólo la ha abandonado, sino que le ha robado sus alas, usándolas como trofeo para ganarse el derecho de sucesión a la corona -. Ya no es mas un villana de cartón pintado sino un ser de luz convertido en una criatura profundamente trágica, de corazón sombrio y deseosa de hacer sufrir a aquellos que la han lastimado. Y al estar encarnada por Angeline Jolie, el carácter se vuelve compulsivamente mirable. Lo de la Jolie me hace acordar al casting de Heath Ledger en Batman: El Caballero de la Nocheuna de esas fantásticas y excepcionales ocasiones en donde el intérprete nació para ponerse la piel del personaje -, ya que la actriz se devora la escena como nunca antes en su carrera, y muestra un rango de emociones formidables – desde amenazadora hasta compungida, desde feroz hasta tierna -, actuando con una intensidad que resulta admirable. A mi juicio, yo la pondría en la lista de ternados al Oscar 2014 por mejor performance femenina.

Ciertamente el darle humanidad y motivación a Maléfica termina alterando sensiblemente la historia – la malvada termina encariñándose con la chica que maldijo; el principe valiente no es mas que una figura decorativa; el rey se vuelve una figura sombría, retorcida y torturada por su pasado – y lo hace de manera muy innovadora. Donde el filme se deshilacha un poco es en el acto III, cuando tiene que terminar de cocinar todos los cambios que ha hecho y, lo mejor, hacer un nudo para darle un cierre. Es allí donde Maléfica pierde los pies, fundamentalmente porque no respeta el espíritu de la historia (alerta:spoilers). Si la trama clamaba a gritos el perfil trágico del personaje de marras, era necesario clausurar su historia con su muerte (tal como la película de 1959). Era la única manera posible de poner fin a su dolor y su oscuridad; si quieren, que tanto Stefan como Maléfica se maten en el duelo que tienen en las alturas del castillo – dos amantes que se redimen de alguna manera al momento mismo de su propia muerte -. Pero el final que elige Linda Woolverton (que de esto sabe mucho, ya que a final de cuentas escribió las versiones Disney de El Rey León y La Bella y la Bestia) es incómodo: ¿cómo Aurora va a amar y abrazar a quien mató a su padre? ¿en manos de quién queda el reino de los hombres – los cuales no pedirán venganza por la muerte de su líder Stefan -?. Si Maléfica se encariñó con Aurora, ¿por qué irse del reino justo en el momento que no hay ninguna amenaza en el horizonte y pueden disfrutar juntas todo el tiempo del mundo?. Maléfica debía culminar con una tragedia porque el 95% de la historia está construida para perfilarla como tal; y en todo caso hubiera sido mejor unas palabras de consuelo dichas por Aurora a los pies de las tumbas de su oscura madrina y su conflictuado padre; pero el final elegido tiende a ser una amnistía para Maléfica simplemente porque la Jolie está en la piel del personaje. Pongan a otro director menos comprometido y otra actriz en el papel, y verán que el final debia ser forzosamente triste (fin spoilers).

Maléfica es un gran filme. Es una gran espectáculo – pleno de batallas filmadas con competencia, universos plagados de criaturas fantásticas y alucinantes – y posee una gran historia. Y, por encima de todos los efectos especiales, está la inolvidable performance de la Jolie. Pero el guión se acobarda a último minuto y no le da la resolución que debiera. Tal como ha pasado con otras obras de culto – léase Watchmen -, los cinco minutos finales arruinan lo que deberia haber sido una obra maestra. En todo caso es un esfuerzo encomiable y brillante, el cual resulta admirable hasta que a los creativos de turno se les terminó la nafta (y la valentía) para atreverse a sacrificar – en el tramo final – a un personaje tan impresionante como memorable.