Crítica: El Magnifico (1973)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

calificación 4/5: muy buena Recomendación del EditorFrancia, 1973: Intérpretes: Jean-Paul Belmondo (Bob Saint-Clair / Francois Merlin), Jacqueline Bisset (Tatiana / Christine), Vittorio Caprioli (coronel Karpof / Charron), Hans Meyer (coronel Collins), Monique Tarbès (sra. Berger)

Director: Philippe de Broca – Guión: Philippe de Broca, Vittorio Caprioli & Jean-Paul Rappeneau (Francis Veber, no acreditado)

Trama: Bob Saint-Clair es un temerario agente secreto, capaz de vencer a diez matones con una sola mano. Junto a él se encuentra la espectacular Tatiana, espía cuya mayor arma es su seductora belleza. Juntos viven mil aventuras en el intento de derrotar a su antiguo enemigo, el coronel Karpof del servicio secreto albanés, el que vive tramando planes para apoderarse del mundo. En su última travesía en México, Saint-Clair ha sido atrapado y está a punto de presenciar la cruenta tortura que Karpof ha preparado para la cautiva Tatiana cuando … esperen!. Es todo una fantasía, fruto de la afiebrada imaginación del escritor de novelas baratas Francois Merlin. Ahora Merlin vive en una pocilga, con el baño roto e intentando terminar el último libro de las aventuras de Saint-Clair, el que debe entregar en dos días. Todas las personas que lo rodean se han convertido en personajes de sus novelas: él es Saint Clair, su despótico jefe en la editorial es el coronel Karpof, y la vecinita del piso de arriba se ha transformado en la letal Tatiana. Pero Merlin es muy pobre, torpe y tímido como para hablarle… hasta que una casualidad pondrá a la bella chica y al escritor a vivir juntos una aventura similar a las del implacable agente secreto.

El Magnifico (1973)En el cine francés hay grandes figuras, pero no me cabe lugar a dudas de que la más versátil de todas ellas es Jean Paul Belmondo. El ícono galo ha alternado con pasmosa facilidad de un género a otro a lo largo de su extensa carrera, y siempre ha salido gloriosamente indemne: hizo nouvelle vague con Jean Luc Goddard, filmó espectacular cine de acción (haciendo siempre sus propias acrobacias, una marca de fábrica de Belmondo), rodó dramas y brilló como nunca en las comedias. Otros íconos del cine francés – como Alain Delon, con quien tuvo una amable competencia durante años – han sido mas estoicos y restringidos en sus roles. Quizás tenga que ver el hecho de que Belmondo es un tipo feo y la única manera que ha encontrado para seducir a la gente sea con su enorme gracia.

El Magnifico es una comedia de acción en las que suele descollar Belmondo. Es una parodia de los filmes de James Bond, pero en un sentido tan exagerado que Derek Flint termina siendo el pariente pobre del super agente francés Bob Saint-Clair. Toda la acción es tan soberbiamente ridícula que parece más un comic filmado que otra cosa. La película arranca con el asesinato de un espía del servicio secreto francés, el cual es absurdamente complejo: lo encierran en una cabina telefónica, un helicóptero lo levanta con un gancho, lo arrojan en el océano, y un equipo de buzos le abre la puerta y monta un túnel hacia otra jaula en donde hay un tiburón (!!) para que el escualo pase por allí y se lo devore. Ya con ese puntapié inicial queda marcado el tono camp que inunda el filme.

En el medio de la aventura, la historia se empieza a alternar con la patética realidad de Belmondo como escritor de novelas baratas, fumando como un murciélago, viviendo en un departamento que se cae a pedazos, peleando con plomeros y electricistas que se niegan a arreglarle el baño debido a las reglamentaciones del sindicato, y que vive explotado por el pedante jefe de la editorial que le compra sus trabajos. Lamentablemente esos segmentos del mundo real no están tan bien dirigidos, ya que fallan en humanizar a los personajes ya que todo sigue siendo exagerado (aunque de manera más modesta) como en las aventuras fantásticas de Bob Saint-Clair. Acá lo ideal era alternar entre dos tipos de comedia pero el director Phillipe De Broca no quiso bajar velocidad por temor a arruinar el timing cómico del filme, y ello se resiente en la credibilidad del mundo real de Belmondo escritor. El romance entre él y la vecina (Jacqueline Bisset, más bella que nunca) no es muy fluído que digamos, y el clímax es algo abrupto y poco creíble.

Eso no quita de que El Magnífico no sea una comedia deliciosa cuando funciona, que es cuando Belmondo hace payasadas increíbles como Bob Saint-Clair. Súmenle a esto a la Bisset, las acrobacias, y los fantásticos escenarios de Acapulco, y tendrán un cóctel más que disfrutable.

4 CONNERYS: James Bond a la francesa y en delicioso tono camp. La idea central del filme daba para mucho más, pero el desarrollo de la historia del mundo real – Belmondo como escritor – queda a mitad de camino. Igual el astro francés derrocha carisma de sobra y resulta imposible no deleitarse con un filme más que recomendable.