Crítica: Linterna Verde (2011)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 2011: Ryan Reynolds (Hal Jordan / Linterna Verde), Blake Lively (Carol Ferris), Peter Sarsgaard (Hector Hammond), Mark Strong (Siniestro), Temuera Morrison (Abin Sur), Tim Robbins (Senador Hammond), Angela Bassett (Dra Amanda Waller), Geoffrey Rush (Voz de Tomar-Re), Michael Clarke Duncan (Voz de Kilowog)

Director: Martin Campbell, Guión: Greg Berlanti, Michael Goldenberg, Michael Green & Marc Guggenheim, basados en la tira Linterna Verde de la DC Comics, creada por John Broome y Gil Kane

Trama: En un principio el Universo estuvo sumido en el caos y la guerra, y la raza conocida como los Guardianes de Oa decidieron reestablecer el orden, creando un cuerpo de élite conocido como los Linternas Verdes. Pero uno de los guardianes, Abin Sur, ha sido herido de muerte mientras batallaba contra una gigantesca entidad maligna llamada Parallax, y su nave se ha estrellado en el planeta Tierra. Moribundo, el alienígena le da la orden a su anillo que busque a un sucesor, para lo cual resulta elegido el piloto de pruebas Hal Jordan. Pero Jordan no termina de digerir las noticias cuando el anillo lo lleva a Oa, ante la presencia de los Guardianes y quienes le advierten de la presencia de Parallax. Mientras tanto en la Tierra el biólogo Hector Hammond es llamado para realizarle la autopsia al cuerpo de Abin Sur; pero en el proceso se hiere accidentalmente con un fragmento de materia de Parallax, el cual comienza a transformarlo en un mutante superpoderoso. Ahora Hammond – poseído por Parallax – le ha enviado un mensaje a la entidad para que venga a arrasar el planeta, y el único capaz de detenerlo es Hal Jordan… pero el joven aún no ha terminado su entrenamiento con el anillo en Oa y se siente completamente inseguro de poder manejar la enorme energía que emana de su anillo.

Linterna Verde (2011) Ya hemos hablado en otras ocasiones de Linterna Verde, uno de los máximos personajes del panteón de superhéroes de la DC Comics. Linterna Verde nació en 1940 y era basicamente un super héroe standard cuyos poderes venía de una linterna mágica. Como la premisa no sonaba interesante, nunca fue demasiado popular y el personaje terminaría siendo archivado en 1949. La segunda oportunidad llegaría a finales de los años cincuenta, cuando la Era de Oro del Comic cayera en una crisis irrecuperable. Terminada la Segunda Guerra Mundial, los superhéroes – que usualmente era representaciones alegóricas del espiritu norteamericano – ya no tenían enemigos de la vida real con quien pelear. Bah, las editoriales habían sustituído a los nazis con los comunistas rojos, pero el público había entrado en una etapa de saturación tal que resultaba imprescindible reinventar el género. Así es como la DC Comics decidió despacharse con un experimento, tomando algunos personajes menores (o archivados), y relanzándolos con profundos cambios como para ver cómo reaccionaba el público (y si ésa era la línea correcta para remodelar a los personajes estrella de la editorial como Batman y Superman). El primero en cruzar la línea fue The Flash en 1958 y le seguiría Linterna Verde en 1959, marcando el inicio de la llamada Era Plateada del Comic. Allí es cuando John Broome y Gil Kane tomaron el nombre del personaje pero elaboraron una historia completamente diferente, creando el cuerpo de élite, los Guardianes de Oa, la mitología de la energía verde y la energía amarilla, etc, etc; todo el folklore clásico de la historieta tal cual la conocemos hoy en día.

Ahora llega esta versión para la pantalla grande de la mano de Martin Campbell, el responsable de rebootear exitosamente la saga de James Bond en dos ocasiones (con Goldeneye y Casino Royale). Si uno tuviera que elegir director para este proyecto, Campbell no es el primer nombre que se me viene a la cabeza – su experiencia más cercana con un super héroe (o algo parecido) ha sido con la saga de El Zorro, en donde la película original fue genial pero la secuela fue un bodrio mayúsculo -. Eso no quita que Campbell no deje de ser competente, que es lo que se deduce después de ver el filme. Acá todo es muy correcto y prolijo aunque algo insulso, y solo hay dos o tres escenas en donde la película dispara algo de adrenalina.

Ciertamente uno de los méritos de Linterna Verde es que es respetuosa y fiel al original. Hay algunos cambios en el perfil de los personajes – por ejemplo la entidad Parallax, que en el comic era una forma de energía maligna que terminaba por poseer a una de las encarnaciones de Linterna Verde (precisamente Hal Jordan) y lo transformaba en un villano, y que aquí figura que es un antiguo guardián de Oa, deslumbrado por el poder de la energía amarilla -, pero la inmensa mayoría está ok. Como héroe está Ryan Reynolds, el que funciona muy bien tanto para las secuencias heroicas como para los momentos de comedia. Acá el héroe es bastante descartonado, siguiendo un perfil similar al que aparecía en la versión animada Linterna Verde: Primer Vuelo, y eso da pie a un par de secuencias cómicas logradas. También está el excelente Mark Strong como Siniestro, aunque su rol está severamente acotado. El papel de villano está dividido entre un CGI – la entidad Parallax – y Peter Sarsgaard, quien interpreta a Hector Hammond con mucha naturalidad. Posiblemente la performance de Sarsgaard sea lo mejor del filme, actoralmente hablando.

Y si bien los efectos, la dirección y los actores son muy buenos, los problemas de Linterna Verde pasan por el libreto, que simplemente es chato. Considerando la cantidad de gente que le metió mano, resulta sorprendente que todos estos tipos no hayan escrito diálogos más inspirados o no hayan pulido un poco más las escenas. Por ejemplo, la secuencia en la que Abin Sur se estrella en la Tierra y es hallado por Hal Jordan es innecesariamente rebuscada – hubiera sido mejor que el alienígena chocara con Jordan durante la secuencia de la prueba de vuelo (tal como en el comic), en vez de que el protagonista termine el vuelo, se coma una reprimenda, visite a la familia y se pelee con la novia mientras el guardián galáctico está agonizando en otra parte del planeta durante días -. Del mismo modo el libreto se empecina en generar escenas en nuestro planeta, plagadas de personajes completamente desabridos (las participaciones de Tim Robbins y Angela Bassett son completamente nominales y no le importan a nadie), y forzando un romance insulso con la chica de turno. El tema es que Linterna Verde es un héroe galáctico y debería pasar todo el tiempo en Oa, entrenándose y escuchando apasionantes historias sobre las hazañas legendarias de los guardianes del universo… pero como hacer tantas secuencias en un planeta alienígena hubiera salido muy costoso, el libreto inserta con calzador escenas de relleno en la Tierra. Todo esto podría haberse podado, dando mayor intensidad al proceso de descubrimiento y entrenamiento del héroe, y dándole una perspectiva mucho más épica sobre lo que trata su tarea. Acá Hal Jordan va y viene de Oa como quien toma el colectivo 60 a Tigre, y nunca se lo ve demasiado deslumbrado por los recientes cambios que han afectado a su vida.

El otro punto en contra es el villano, que es anónimo. Parallax es un CGI que habla poco y carece de profundidad, y Hector Hammond es un sicótico con una cabeza XXL, pero ninguno representa una amenaza decente. Y el que podría ser el antagonista principal – Siniestro – está “tapado” como para revelarse sobre la hora en una posible secuela.

Todo esto no quita que haya momentos inspirados. La pelea contra Parallax es excepcional (aunque algo corta) y es la primera vez que un filme de superhéroes con actores logra captar la intensidad y el despliegue que caracteriza a las historietas del género. Si uno, por ejemplo, lo compara con las patéticas peleas con cables que tenía Christopher Reeve en Superman 2, el climax de Linterna Verde es glorioso.

Linterna Verde es dispar, con cosas muy buenas y cosas ok. Yo hubiera traído a otro guionista para inyectarle vida a los diálogos y pulir escenas, y hubiera puesto a un director mas comiquero. En absoluto es un mal filme; simplemente toma una premisa de gran potencial y la ejecuta rutinariamente, lo cual tiene algo de decepcionante.