Crítica: Life: Vida Inteligente (2017)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

4 atómicos: muy buenaUSA, 2017: Jake Gyllenhaal (David Jordan), Rebecca Ferguson (Miranda North), Ryan Reynolds (Rory Adams), Hiroyuki Sanada (Sho Murakami), Ariyon Bakare (Hugh Derry), Olga Dihovicnaya (Ekaterina Golovkina)

Director: Daniel Espinosa – Guión: Rhett Reese & Paul Wernick

Trama: La misión Pilgrim 7que tenía por objetivo obtener muestras del suelo marciano – está de regreso y los astronautas de la Estación Espacial Internacional esperan recogerla y analizar su contenido. El especialista Hugh Derry ha encontrando una célula durmiente en las muestras y, tras probar diversos métodos, ha logrado revivirla. Pero la célula resulta ser algo inusual – puro sentidos, músculos e inteligencia – y crece de manera muy rápida hasta el punto de crear una criatura muy simple pero muy agresiva, la cual ha logrado atrapar la mano de Derry hasta destrozarla. Quebrando el protocolo de cuarentena, el astronauta Rory Adams logra sacar a Derry del laboratorio sellado pero queda atrapado con la criatura – del tamaño no mayor a su mano – la cual logra hacerse camino su garganta hasta el punto de matarlo. “Calvin” – como han apodado a la criatura, la primera prueba real de existencia de vida extraterrestre en la historia de la humanidad – ha comenzado a escabullirse por los huecos de la nave e incluso es capaz de sobrevivir en el vacío del espacio. Y ahora los miembros de la EEI han comenzado una batalla campal para destruir a la criatura… o, en su defecto, se verán obligados a aplicar protocolos de defensa para evitar que el ser llegue a la Tierra donde crecerá de manera desproporcionada y será prácticamente indestructible. Pero Calvin ha probado asimilar la inteligencia de sus victimas y conoce al dedillo la estación, con lo cual los sobrevivientes están en clara inferioridad de fuerza y recursos frente a una criatura tan letal como imparable.

Arlequín: Crítica: Life: Vida Inteligente (2017)

Life es el resultado de algún cráneo de Hollywood que vió que la ciencia ficción realista – sin rayitos laser a lo Star Wars, sino con astronautas, ciencia pura y dura, y galimatías científicos que cualquier físico aceptaría – se puso de moda con Gravedad (2013), Interestelar (2014) y The Martian (2015), y decidió cruzarla con la enésima copia de Alien. El resultado final es un pastiche que anda muy bien, está bien actuado, tiene buenos efectos especiales, tiene ciencia ficción con los pies en la tierra (la acción ocurre en la Estación Espacial Internacional) y tiene un par de sustos y sorpresas efectivas… pero es eminentemente predecible. El sabor a recalentado lo quita el director Daniel Espinosa con un muy buen clima y algunas secuencias de tensión espectaculares.

Al principio esto parece Deadpool en el espacio. Como están los guionistas de Deadpool y está el protagonista de Deadpool, Ryan Reynolds tiene el mismo humor corrosivo y popero de Deadpool, lo cual te hace gracia y te distrae al mismo tiempo. (alerta spoilers) Gracias a Dios los libretistas se mandan una de Hitchcock y despachan a Vivian Leigh…ehh, Ryan Reynolds, a los 40 minutos de empezado el filme, lo cual es una auténtica sorpresa. Hubiera estado bueno que hubieran mas sorpresas como esas, y de que el último de la lista fuera un actor de menos renombre como Hiroyuki Sanada (Sankuokai!; es una nave, es una nave…), pero respetaron el orden de la paga y, sí, los mas conocidos son los que terminan librando la Gran Batalla Final (fin spoilers).

La idea está piola y tiene su lógica: recogen una muestra de Marte, descubren una célula durmiente, la reviven y se les ocurre alimentarla. Como es todo cerebro, razonamiento y músculo, el bicho se vuelve un miki moko mutante, y después se vuelve prácticamente indestructible. Como los tipos son científicos, no guerreros, deben usar toda la ciencia que conocen mientras le tiemblan las patas. Como todos son buenos actores – excepto Reynolds, que vive en la payasada hasta que el bicho le revisa las amígdalas – las cosas son creíbles. Pero el mayor talento es el director Espinosa, el cual crea un puñado de escenas de gran tensión, sea la incursión de Reynolds en el laboratorio donde el bicho ha quedado suelto, la salida al exterior de la capitana rusa, o los sobrevivientes dispersos por la nave mientras el bicho anda suelto e intentan asfixiarlo… solo para que uno de ellos quede encerrado en su cámara del sueño cara a cara con el alien y separado por un vidriecito.

Life me gustó mucho en todo, sobre todo en el final – al fin un par de libretistas valientes que van contra la corriente -. La macana es que “bicho asesino suelto en nave espacial” es una rutina demasiada trillada, mas con lo básico y endeble que es la EEI (al menos la Nostromo era gigantesca y tenía decenas de corredores devenidos trampas mortales). Por suerte Espinosa y los libretistas improvisan bien con lo limitado del escenario y crean una atmósfera claustrofóbica digna de aplauso, lo que convierte a Life en un reciclado que te deja muy satisfecho aunque hayas visto esta historia millones de veces antes.