Crítica: Dejado Atrás 2: Comando Tribulación (2002)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 2002: Kirk Cameron (Buck Williams), Brad Johnson (Rayford Steele), Clarence Gilyard Jr. (pastor Bruce Barnes), Janaya Stephens (Chloe Steele), Gordon Currie (Nicolás Carpathia)

Director: Bill Corcoran, Guión: John Patus & Paul Lalonde, basados en el libro homónimo escrito por Tim LaHaye & Jerry B. Jenkins

Trama: El futuro. La crisis mundial de alimentos ha provocado el derrumbe de la economía mundial. Nicolás Carpathia ha sido elegido secretario general de la ONU y todas las miradas del mundo se posan en él, ya que parece ser el único líder que puede comandar la crisis global. Pero el periodista Buck Williams y un puñado de elegidos están al tanto de que Carpathia es el Anticristo y de que su llegada marca el principio del fin de los tiempos. Ahora Carpathia ha vedado el paso al público al Muro de los Lamentos – con la excusa de mantener la seguridad del lugar sagrado -, pero Williams está convencido de que existe una razón oculta y por ello decide viajar a Israel. Mientras tanto los amigos de Buck han formado el “comando Tribulación” – un grupo de fervientes seguidores de Cristo, quienes van a utilizar todos los medios posibles para pelear contra el Anticristo y su reinado de 7 años de terror -, y han logrado infiltrarse en el equipo de Carpathia. Así es como se enteran que la influencia del secretario ha hecho mella en los estudios efectuados por el rabino Ben-Judah – la más alta autoridad mundial en temas bíblicos -, el cual se encuentra preparado para anunciar que, después de años de análisis y comparación de cientos de profecías, ha llegado a la conclusión de que Carpathia es el nuevo Mesías. Ahora Buck deberá convencer a Ben-Judah de lo contrario… para lo cual deberá llevarlo al Muro de los Lamentos en donde una increíble revelación tendrá lugar frente a sus ojos.

Dejado Atras 2: Comando Tribulacion Yo debo de ser un mal cristiano. Admito desconocer porciones enteras (y enormes) de la religión que profeso. También es posible que el problema no sea exclusivamente mío sino que se trata de un defecto estructural del mismo Cristianismo. En el mundo hay una enorme cantidad de religiones y, en casi todas ellas, sus acólitos tienen un conocimiento cabal de sus premisas básicas, conducen con fidelidad y a la letra sus ritos más destacados, y utilizan a la fe como modelo de conducta para sus vidas privadas. Incluso existen movimientos derivados del mismo Cristianismo que se rigen con mayor disciplina que el Cristianismo en sí. Yo sé que es un punto polémico y que escapa por lejos al alcance de esta columna, pero yo veo en fieles de otras religiones un respeto mayor por su propio credo que el del 90% de los cristianos que conozco. Hay gente que desconoce qué es la Cuaresma, o que cree que el feriado de Carnaval tiene lugar porque arman flor de festichola en Rio de Janeiro. Quizás el mayor problema que tiene el Cristianismo es que es muy laxo (o se ha vuelto demasiado laxo con el paso de los años), y creemos que Jesús nos tolera todo. Es por eso que hay creyentes que hace años que no pisan una Iglesia o que siquiera han abierto una Biblia en todo ese tiempo.

Es por ello que uno ve a un filme cristiano como Dejado Atrás 2: Comando Tribulación con cierta curiosidad y fascinación. Allí uno se entera de aspectos desconocidos de la Biblia como los Dos Testigos – los cuales son dos profetas enviados por Dios para difundir su palabra en momentos en donde la fe se encuentra en crisis -, o el pacto que le traerá la paz definitiva a Israel. Mientras que esa data me provoca la suficiente intriga como para que me meta a hojear la Wikipedia para descifrar de qué se trata, por otra parte es justo admitir que Dejado Atrás 2: Comando Tribulación sigue siendo una película tan incompetente como su primera parte. Me resulta increíble que alguien de la producción del filme piense seriamente que este bodoque sea capaz de convertir a alguien al Cristianismo de la noche a la mañana o, al menos, de reavivar su creencia religiosa. El problema de fondo con la saga Dejado Atrás es que es demasiado ingenua y lineal; posee tal respeto por el original bíblico que no se atreve a modificarlo, o siquiera a encriptarlo. Acá tanto las intrigas como las revelaciones son extremadamente infantiles – Carpathia se comporta como un caprichoso nene enojado cuando las cosas le salen mal – y, lo que es peor, la lógica brilla por su ausencia. Si Carpathia es el malo y Brad Johnson (que es uno de los buenos) comanda el avión… ¿por qué no hace la gran kamikaze y estrola el 747 contra la tierra?. Por más de que vaya a parar al Infierno (lugar reservado para los suicidas según el Cristianismo), sería el sacrificio de uno contra el bienestar de miles de millones de personas. Por otra parte toda esta gente se maneja como si el mundo estuviera compuesto por 20 personas, la mayoría de los cuales son unos palurdos. Por ejemplo, Carpathia quiere enrolar a toda costa a Kirk Cameron para utilizar su poder e influencia sobre la audiencia… como si no hubiera otro periodista poderoso en todo el mundo (aparte que los reportajes de Cameron apestan; ¿de dónde saca los supuestos ratings altos? ¿de la gente que compró éste libro?). Carpathia recluta a un piloto y el único que parece existir en el planeta es Brad Johnson. Y por supuesto está la pavada garrafal de suponer que la ONU es una organización super recontra poderosa. En un momento aparece un párvulo rogándole a Carpathia que acepte el poder de gobierno que le han delegado todos los países del mundo (excepto uno, la Argentina, la cual posee su propia versión del Anti.. ¿qué decíamos?) y, de pronto, el tipo empieza a disponer a gusto y piacere lo que se le canta.

En sí, Dejado Atrás 2: Comando Tribulación es un filme que se va en discursos y avanza poco en la mitología general de la serie. El gran triunfo de la película es que cinco tipos impiden que un estudioso de biblioteca declare oficialmente como Mesías al nuevo secretario de la ONU, como si eso fuera a frenar mínimamente el accionar del villano. Por otra parte la aparición de los Dos Testigos está metida con calzador en la historia. Es que todos los responsables de ésto – sean los autores originales o los guionistas que la adaptaron – son incapaces de llevar al relato a un nivel un poquito más complejo y sofisticado, con lo cual han decidido decantarse por la simple linealidad del texto bíblico. Podrían haber tomado como referencia Holocausto 2000 que, si bien no es un gran filme, al menos camuflaba los textos bíblicos con cierta gracia como para no hacerlos tan evidentes. Pero acá la gente vitorea triunfos mínimos, e inmediatamente se pone a llorar y a rezar. Por Dios: las intenciones de prédica del filme serán loables pero la puesta en escena es indefendible.

Dejado Atrás 2: Comando Tribulación es interesante como rareza, pero su ingenuidad bordea lo intragable. Yo creo que hay millones de maneras de presentar el mismo tema manteniendo el respeto pero dándole más lógica – y feeling con el público – a la historia. Así como está parece una obra teatral de barrio escrita por chicos de doce años pertenecientes a un grupo de catecismo, la cual rebosa de entusiasmo pero carece en absoluto de talento.

LA SAGA DEJADO ATRÁS

Dejado Atrás (2000) – Dejado Atrás 2: Comando Tribulación (2002) – Dejado Atrás 3: El Mundo en Guerra (2005) – El Apocalipsis (2014) es la remake del primer filme de la saga