Crítica: Kaliman, el Hombre Increíble (1972)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

Recomendación del EditorMexico, 1972: Jeff Cooper (Kaliman), Nino Del Arco (Solin), Susana Dosamantes (Nila), Adriana Roel (Alice), Carlos Cardán (Zarur), Charles Fawcett (profesor Morgan)

Director: Alberto Mariscal, Guión: Hector Gonzalez Dueñas y Rafael Cutberto Navarro, basados en el personaje de la radio y el comic creado por Rafael Cutberto Navarro y Modesto Vázquez González, Musica – Carlos Jiménez Mabarak

Trama: En Egipto una banda de forajidos del desierto, a las órdenes del saqueador de tumbas Eric, asalta la casa de un anticuario en busca de un mapa secreto. Escapando de la matanza, Nila – la hija del anticuario – es apresada por unos ladrones y dada a los comerciantes de esclavos mientras que una reliquia que cargaba es vendida en una casa de empeños. El hijo del anticuario, Zarur, junto con el profesor Morgan y su hija Alice descubren el destrozo, y se lanzan a la búsqueda de Nila y el fragmento del mapa que se encontraba oculto dentro de la reliquia robada. Al parecer el mapa indica el lugar donde permanece enterrada la tumba del más antiguo de los antecesores de los faraones. Pero ahora la reliquia ha llegado a las manos de Kaliman, un misterioso hombre con extraños poderes que vive en el desierto y combate la injusticia. Pronto Kaliman se unirá a Zarur, Morgan y Alice para evitar que Eric desate el poder descomunal que permanece encerrado en la tumba del faraón.

Kaliman, el Hombre Increible Kaliman es un personaje radial mexicano creado en 1963 por Rafael Gutberto Navarro y Modesto Vázquez González. Lo que no contaban los autores es que la emisión obtendría una enorme popularidad, con lo cual las aventuras de Kaliman comenzaron a multiplicarse, primero en la radio y en 1965 pasarían al comic. La primera tira de KalimanLos Profanadores de Tumbas – es la base de este film de 1972 (que también sería un enorme hit, permaneciendo más de un año en cartelera al momento de su estreno), aunque también se han añadido elementos de otras aventuras del personaje.

Si uno se pone a analizar, Kaliman es un héroe tardío de la llamada época de oro de la radio – esto es, antes del advenimiento de la televisión como medio cultural masivo -. La mayoría de héroes de corte similar a Kaliman surgieron en los 30 y los 40, como La Sombra, El Avispón Verde, El Llanero Solitario o las adaptaciones radiales de las aventuras de Tarzán; y, como puede verse, la mayoría de estos personajes son de origen sajón. La influencia de muchos de estos héroes es notoria en la definición del perfil de Kaliman, amén de otras fuentes notables como las tiras de King Features Syndicate Mandrake el Mago y El Fantasma. Las características comunes es que se trata de hombres corrientes (no superhombres a lo Superman) que poseen algunas habilidades como hipnotismo, levitación, telepatía o la capacidad de simular su muerte deteniendo el corazón; tienen una personalidad enigmática y carismática, y su origen es desconocido. La diferencia de Kaliman estriba en su origen, su incorruptible voluntad de justicia y su rechazo a los métodos mortales de combate. Bien podría definirse a Kaliman como la versión hindú de Mandrake.

Con el formidable éxito que representaba el personaje llegó en 1972 esta auténtica superproducción mexicana. Aquí se han trasladado a Egipto para rodar, y han contratado a actores internacionales. Uno podría ver el film y suponer tranquilamente que se trata de una producción europea.

Kaliman, el Hombre Increíble es una aventura en el sentido más clásico de la palabra. Escenarios exóticos, mucho misticismo, personajes enigmáticos y tramas que coquetean con lo sobrenatural. Pero aún con todo el magnetismo que destilan semejantes ingredientes, uno termina por darse cuenta que al guión le falta una pulida. La primera hora de proyección son idas y vueltas de los personajes sin demasiado sentido – Kaliman se agarra a las piñas con la mitad del hampa egipcio -, y es difícil adivinar como van a confluir todos los personajes para resolver la historia. Es cierto que esta hora está dedicada a familiarizarnos con el personaje, ir armando el grupo central – como todo héroe clásico se le une un sidekick que es el niño callejero Solin, y que resulta ser el último descendiente de los faraones -, pero por momentos resulta algo vaga. Y también se tira al pasar una supuesta teoría de que los faraones descienden de los extraterrestres, algo muy de moda en los setenta con los trabajos de Erich Von Daniken. Los personajes entran y salen de la historia sin demasiadas explicaciones – como el enigmático Mateo, que parece no ser de este mundo – y quedan en la gatera hasta que el guión termina de llamarlos sobre el final.

En la segunda mitad, cuando Kaliman deja de dar vueltas y empieza a buscar el paradero del mapa y a los responsables, las cosas se ponen mejor (y mas coherentes). El héroe muestra algunos de sus poderes, empieza a seguir el rastro de los villanos, todos confluyen en el valle de la muerte… es interesante. Hasta ahí todo ok, hasta que llegamos al final donde a los guionistas se les vuelan las chapas y meten con calzador la teoría más idiota del universo: de que la tumba del faraón está habitada por un extraterrestre, que esperaban este momento de conjunción de planetas para invadir la Tierra, y que precisan a Kaliman para liberar un cerebro que hace de radar (!), amén de que hay una momia robot en las catacumbas (!!). Lo único que usan como antecedente y excusa para todo este disparate son los dos minutos que aparece un tal Mateo en la primera hora, que porta una pistolita rara y tiene sangre verde. La película no precisaba en lo más mínimo todo esto, y resulta tan artificial que le resta puntos a nuestra calificación final.

El elenco está bien, pero Jeff Cooper como Kaliman va de lo estoico a lo atroz. Cooper en un segundón que nunca hizo nada memorable en Hollywood, salvo hacer papeles menores en series de TV. Aquí obviamente está doblado, se ríe como idiota la mayoría del tiempo, y encima es rubio, lo que no se condice con la naturaleza del personaje. Hubiera sido mucho mejor que Carlos Cardán (que hace de Zarur) se hubiera afeitado la barba y se hubiera puesto el turbante de Kaliman, ya que es mejor actor y es mexicano.

Es una película que supera las expectativas. Ciertamente tiene los mismos defectos de siempre del cine mexicano (que es como el cine italiano exploitation pero más exagerado): mala edición, cortando en seco la música de las escenas y haciendo el pasaje entre éstas de manera totalmente brusca; primerísimos planos donde la cámara termina por golpear en las narices a los actores; algunos malos encuadres… Pero las ganas que le pone el film terminan por superar a todos sus errores, y termina por dar un producto saludable. Con una pulida general, hubiera resultado en algo memorable.

KALIMAN, EL HOMBRE INCREIBLE

Kaliman, el Hombre Increible (1972) – Kaliman en el Siniestro Mundo de Humanón (1976)