Crítica: Jumanji: En la Selva (2017)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

4 atómicos: muy buenaRecomendación del EditorUSA, 2017: Dwayne Johnson (Spencer), Kevin Hart (Fridge), Jack Black (Bethany), Karen Gillan (Martha), Rhys Darby (Nigel), Bobby Cannavale (Van Pelt)

Director: Jake Kasdan – Guión: Chris McKenna, Erik Sommers, Scott Rosenberg & Jeff Pinkner basados en el libro Jumanji de Chris Van Allsburg

Trama: Año 2016. Cuatro chicos – el nerd Spencer, deportista Fridge, socialité Bethany y la tímida Martha – son castigados por el director de la escuela secundaria de Brantford. Para compensar sus amonestaciones son obligados a poner en orden el vetusto sótano de la escuela, en donde los aburridos chicos se topan con un antiguo videojuego. Ya que el castigo dura todo el día, qué mejor idea que insertar el cartucho y matar el tiempo con él… pero resulta que Jumanji es mucho mas que un videogame, es un portal que te transporta al interior del juego y te pone en una serie de pruebas mortales con el fin de sobrevivir y ganar o perecer en el intento. Lo mas gracioso es que los chicos se han transformado en los avatares de sus personajes – el nerd se vuelve un musculoso aventurero; el deportista es un moreno que carga las provisiones; la tímida se vuelve una letal comehombres y la soberbia… se vuelve un obeso arqueólogo que tiene las pistas de cómo resolver el acertijo -, ganando sus habilidades respectivas, y haciendo que sus poderes sean complementarios. Ellos deben lidiar con el experto cazador Van Pelt, quien ha robado el ojo del Jaguar – una piedra mágica que le permite controlar a todos los animales de la jungla – y tienen un plazo de tiempo limitado; el problema es que cada etapa del juego se vuelve mas complicada y peligrosa, y los chicos van perdiendo “vidas” – como en un videogame real -, disponiendo tan solo de 3 cada uno para terminar la jornada (y así poder regresar al mundo real). Y mientras lidian con animales salvajes y magia negra, los muchachos descubrirán que hay mas gente perdida en el videojuego… chicos extraviados desde hace décadas y cuya ayuda precisarán para completar la misión y detener a Van Pelt antes que sea demasiado tarde.

Arlequin: Critica: Jumanji: En la Selva (2017)

Está visto que la moda de remakes / reimaginaciones / reboots es una tendencia imparable en Hollywood. Después de todo el aliciente es que tienen un trabajo de marketing ya pre-hecho – todos conocen de antemano a una determinada película o serie, así que no hay que gastar tanto como cuando se quiere vender un producto totalmente nuevo -. Yo estoy absolutamente en contra de las remakes de clásicos indisputables – desde los proyectos de americanizar Akira y hacerla live action hasta Robocop (aunque la versión 2014 no era totalmente mala) -, pero hay otras películas que tienen una fama sobreinflada. La versión femenina de Ghostbusters me pareció muy graciosa y no es como dice el clamor popular “que le violaron los recuerdos de la niñez”. La primera Ghostbusters tampoco era una película suprema, sino una cosa estirada con un Don Murray denso, y que tenía un final espectacular que compensaba todo. Es cierto que cuando uno es niño la impresión es mayor, pero viendo la película original ahora de adulto uno ve que los méritos son menores – no quita su valor histórico, como el de ser un super blockbuster anunciado un año antes de su estreno -. Algo parecido pasa con Jumanji: a mi no me parece un clásico intocable, apenas era una buena película de matineé con algunos efectos especiales horrendos (era el albor de los CGI así que los monos y los leones no se veían reales ni por asomo) y un Robin Williams pasado de rosca. Es muy muy superior – en términos de historia, suspenso y equilibrio – la seudo secuela Zathura dirigida por Jon Favreau que el original de Joe Johnston. Pero todo el mundo disfrutaba de Williams haciendo morisquetas y como era la que había empezado todo…

Si la mala onda que ocurría con Ghostbusters 2016 estaba presente al anunciar una nueva Jumanji, las buenas nuevas es que la secuela / reimaginación 2017 es muy superior a lo esperado (e incluso mejor que la original). Tampoco es la super película, solo es una aventura plagada de momentos simpáticos y dotada de un cast de comediantes de lujo que realzan lo que sugiere la trama. Pongan a otro tipo que no sea Dwayne Johnson a decir las líneas con “intensidad ardiente” (uno de los perks de su personaje dentro del videojuego) y la cosa hubiera resultado insípida. También es cierto que la Roca no está solo: la química del grupo es genial y se conforma con Jack Black (que hace de adolescente snob atrapada en el cuerpo de su personaje, un obeso arqueólogo, y que es un ladrón de escenas constante) y el encanto de Karen Gillan, la muchacha nerd ultra tímida que se despierta como un clon super hot de Lara Croft, una femme fatale exterminadora de asesinos que, cada vez que hace una proeza, abre los ojos como dos platos. Hasta el usualmente anodino Kevin Hart brilla, como el matón de la escuela que ahora descubre que está atrapado en el cuerpo de un moreno super petiso.

Ciertamente el principio está ok pero los actores que hacen de adolescentes no son un prodigio de carisma. Esto es básicamente El Club de los Cinco encuentra La Dimensión Desconocida, con un montón de parias absorbidos por un videojuego con poderes mágicos. Deben completar la misión para regresar al mundo real, amén de vencer al rey de los cazadores (el personaje de Bobby Cannavale es el mismo cazador de salacot que perseguía a Williams en el original de 1995, si no me equivoco) quien posee una joya mágica con la cual puede dominar a todos los animales. Johnson recupera la joya y debe devolverla a su templo original, con lo cual deben pasar peripecias de todo tipo y son perseguidos por los esbirros de Cannavale.

El chiste del asunto es ver a estos soberbios actores hacer de pendex traumados, inseguros, llenos de tics, que siguen comportándose como si estuvieran en la secundaria. Jack Black descubriendo que tiene pene, Kevin Hart queriendo prepotear a la Roca como si aún fuera el urso que era en la escuela, Hart quejándose de todo, o el bizarro romance que surge entre Johnson y Gillian (que da para una memorable escena de beso). Pero la cosa funciona por ráfagas, ya sea el humor o la acción, con lo cual está ok y uno se divierte con alguna carcajada fuerte de vez en cuando.

Jumanji: En la Selva está muy bien y es recomendable. No es guau, está mejor que el original, pero tiene chispa suficiente para ser entretenida. Y como resultó un taquillazo salido de la nada (arañó los 800 palos verdes de recaudación, casi lo mismo que una pelicula Marvel), desde ya la secuela está garantizada. Lo único que pido es que aceiten un poco mejor los mecanismos para que las escenas de la escuela tengan tanta gracia como las de la selva, o al menos sean mas breves como para pasar a lo que nos interesa (actores gigantes haciendo de adolescentes idiotas y escapando de un peligro tras otro) en poco tiempo y con mayor disfrute.

JUMANJI

La saga de Jumanji se compone de: Jumanji (1995) – Zathura (2005) – Jumanji: En la Selva (2017) – Jumanji: El Siguiente Nivel (2019)