Crítica: Infestation (2009)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 2009: Chris Marquette (Cooper), Brooke Nevin (Sara), Kinsey Packard (Cindy), E. Quincy Sloan (Hugo), Wesley Thompson (Albert), Linda Park (Leechee), Ray Wise (Ethan)

Director: Kyle Rankin, Guión: Kyle Rankin

Trama: Cooper es un bueno para nada que trabaja en una oficina de telemarketing. Su jefa lo cita en su despacho para notificarle que ha sido despedido debido a su ineptitud y falta de voluntad. Pero en ese momento un abrumador zumbido los deja inconscientes. Cuando Cooper despierta, se da cuenta que está envuelto en una especie de capullo, y que el resto de la gente ha corrido la misma suerte. Ni bien empieza a investigar la oficina, descubre un gigantesco insecto con el cual libra una feroz batalla. Y allí Cooper termina por darse cuenta de que todo el planeta ha sido invadido por insectos, quienes han inmovilizado a la gente para utilizarlos como alimento vivo para sus crías.

Infestation Infestation es una pequeña película que viene de Icon Productions, la productora de Mel Gibson. Pasó desapercibida para el público y terminó rápidamente en los estantes de los videoclubes. Si bien la factura técnica es propia de un filme para cable, Infestation es un producto modesto y entretenido. Uno pasa un rato ameno y, lo que es mejor, sin sufrir riesgos de muerte cerebral.

Infestation vendría a ser un equivalente de Shaun of the Dead, sustituyendo a los zombies con cucarachas gigantes. Ciertamente me senté a verla con expectativa cero y temía lo peor cuando apareció Chris Marquette en pantalla, en el rol de un aparato atómico casi intolerable. Marquette no es muy conocido, ha hecho secundarios en la remake de La Montaña Embrujada o en la serie Joan de Arcadia; tiene toda la pinta de un nerd canchero que vive cometiendo estupideces. Por suerte el ataque de los insectos llega a los cinco minutos de empezado el filme, y el personaje de Marquette comienza a evolucionar. El resultado final termina siendo una grata sorpresa.

Tal como Shaun of the Dead, ésta es una comedia con toques de terror. He aquí otra historia de un completo idiota que termina por transformarse en el héroe del día. Marquette se despierta, ve que el resto de la gente está en capullos, comienza a liberarlos y el grupo de supervivientes va en busca del padre del protagonista, que resulta ser un ex militar recalcitrante – otro de esos roles que Ray Wise (Jeepers Creepers 2) puede hacer hasta en sueños -. Lo bueno es que, además de tener salidas graciosas, esta troupe de personajes bizarros – la feminista hija de la jefa; un viejo ordenanza negro con su gigantesco hijo retardado y sordo; la sabionda estudiante japonesa; la insufrible femme fatal ajena a la catástrofe a su alrededor – comienza a generar relaciones de amistad creíbles. En un momento el ordenanza – que ha sido picado por un insecto, lo que significa que pronto va a mutar en algo espantoso – le pide a uno de ellos que se encargue de su hijo si le pasara algo a él. Al menos este grupo de gente resulta simpático y querible.

En cuanto a la invasión de insectos, allí es donde queda en evidencia el limitado presupuesto. No hay demasiados actores – incluso el guión sale con la excusa de que despertar a demasiada gente, liberándola de sus capullos, terminaría con una multitud imposible de manejar -, así que los pocos que hay empiezan a caer víctimas de los bichos. Estos son unos CGI bastante pasables, aunque hay ocasiones en que queda en evidencia que se tratan de criaturas hechas por computadora. Los ataques están ok, no son muy excitantes (salvo cuando aparecen un par de mutaciones mitad hombre mitad araña, que están buenas), pero cumplen con su cometido. La visión apocalíptica de la ciudad desierta con un tendal de capullos, enjambres en el cielo y una extraña columna de humo rojo (donde está el nido) es efectiva.

Pero lo mejor termina siendo la performance de Chris Marquette. De intolerable pasa a entrañable, y es un héroe bastante despierto aunque uno no muy valiente. En el fondo, esta no es más que la historia del choque intergeneracional entre Marquette y su padre mientras se va enamorando de Brooke Kevin y las cucarachas mutantes hacen de paisaje. Mientras que los diálogos están buenos y las situaciones están ok, lo que mantiene vivo al filme es el ritmo que le impone el director y guionista Kyle Rankin, que hace que cada cinco minutos pase algo en pantalla.

Infestation tiene pocas pretensiones, es simpática y entretiene. No inventa nada nuevo, y en su modestia cumple con todos sus propósitos. Quizás se le pueda achacar el hecho de que el final parece algo abrupto – dejando abierta la posibilidad de una secuela -, pero por el resto es una de esas joyitas escondidas que se puede encontrar en los estantes de los videoclubes. Y desde acá la recomendamos.