Crítica: El Hombre de los 60 Millones de Dólares (1995)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

Hong Kong, 1995: Stephen Chow (Lee Chak-Sing), Gigi Leung (Chung-Chung), Man Tat Ng (Tat), Paulyn Sun (Bonnie)

Director: Jing Wong & Wai Man Yip, Guión: Wai Man Yip

Trama: Lee Chak-Sing es el hijo de un ricachón y vive en Hawaii. Lamentablemente Lee, en una de sus juergas, ha quedado prendado de la hija de uno de los capos de las triadas chinas y éstos, al enterarse, no han tardado en enfurecerse. Luego de una feroz golpiza, Lee queda destrozado y su única esperanza consiste en la reconstrucción de su cuerpo con órganos artificiales, lo cual costaría 60 millones de dólares. El problema es que, justo en ese momento, se descubre que Lee es hijo del criado en vez del millonario, y éste último decide abandonarlo a su suerte. Por ello, Lee es reconstruído con míseros 6.000 dolares, con lo cual recibe un equipamiento bionico que deja mucho que desear. Ahora Lee y su padre biológico se han trasladado a Hong Kong, y el muchacho ha descubierto a un antiguo amor en un lujoso cabaret de la ciudad. El tema es que el establecimiento está regido por la misma triada que golpeó brutalmente a Lee la primera vez… y al ver que el muchacho aún sigue vivo, están dispuestos a liquidarlo de una vez por todas.

El Hombre de los 60 Millones de Dolares (1995) Stephen Chow es la gran estrella de la comedia de Hong Kong. Saltó a la fama internacional con títulos como Shaolin Soccer (2001) y Kung Fu Sion (2004), pero antes de eso había filmado tonelada de películas desconocidas que ahora se están redescubriendo, como el caso de Desde Pekin con Amor (1994) y el filme que ahora nos ocupa. Decir que El Hombre de los 60 Millones de Dolares tiene argumento es un chiste, ya que se trata de una serie de gags unidos con saliva a un débil hilo argumental. Y aunque la mayoría de los chistes la pifia feo, cuando el libreto acierta resulta hilarante.

Acá Chow trabaja como comediante bajo contrato, pero resulta innegable su influencia en el guión. Acá hay disparates por mayor y abundacia de referencias cinematográficas. En sí el argumento es un mix de Pulp Fiction, El Hombre Nuclear, Class of 1999, La Máscara, Terminator y Robocop, el cual no cuaja ni a palos. La excusa es tenerlo a Chow corriendo y haciendo monigotadas todo el tiempo, lo cual termina por ser desesperante a los diez minutos. Nunca hay una pausa o un mínimo desarrollo de personajes, sino que esta gente se la pasa haciendo bobadas en todas las escenas del filme.

Aquí figura Chow como el hijo de un empresario chino forrado de dinero. Mujeriego, lleno de mañas, soberbio. Logra ganar algo de modestia luego de enterarse que su verdadero padre es el mayordomo de la familia, tras lo cual es desheredado de inmediato (a Chow le encantan los personajes pobres y miserables). En el medio, estuvo flirteando con una estudiante muy fea (cuyo único propósito es servir de excusa para lo que pasa en la segunda mitad del filme), y con la hija de un mafioso. A Chow lo apalean mal, y un científico amigo decide reconstruirlo. Lastima que su antiguo padre acaba de echarlo de la familia, con lo cual no hay plata sino unas monedas para recauchutarlo. Así es como le ponen como pene una manguera con una canilla común y corriente (uno de los mejores gags del filme), y puede transformar sus manos en espátulas matamosquitos. Lo que se dice, un Hombre Nuclear de cuarta.

Lo que sigue no tiene mucha lógica, pero tiene mucha energía. Chow se va a vivir a Hong Kong, toma el trabajo de maestro en una escuela infernal – en donde los alumnos linchan a los profesores como pasatiempo – y, cuando está tan deprimido que se encuentra a punto de suicidarse, su amigo el profesor le trae un chip que lo convierte en un super transformer. El tipo se puede transformar en cualquier cosa, como un pomo de pasta de dientes gigante (wtf?) o una olla a vapor king size.

Si bien hasta ese momento las cosas resultaban demasiado bobas, después de la inserción del chip el filme entra en una especie de versión china de La Máscara y la puntería repunta enormemente. Hay una gran cantidad de humor absurdo, como Chow convertido en inodoro, personas partidas al medio (en donde cada mitad se va por su lado), una máquina para torturar estudiantes que semeja un sillón de peluquero lleno de manos, y una gran cantidad de pavadas que terminan siendo graciosas por acumulación de delirio más que por otra cosa. Chow le da su merecido a los malvados alumnos, se reencuentra con la estudiante – ahora convertida en una diosa infernal -, y reaparece la triada (que acá mencionan como japonesa, como si esas mafias no existieran en China!) como para poner el broche final a la película.

El Hombre de los 60 Millones de Dólares es incoherente, absurda y no es para cualquiera. La mayoría apagará el video a los 15 minutos de iniciado el filme (o menos). Debo admitir que me costó seguir viendo la película, y en el final las cosas se compensan, pero no sé si volvería a verlo. Para los fans de Chow, es de visión obligada; para el resto del mundo, es algo demasiado dispar y bobo, y sólo unos pocos lo disfrutarán. En el peor de los casos es una rareza, algo que uno ve para enterarse qué cosas hacía Stephen Chow antes de disparar su carrera con Shaolin Soccer y convertirse en una estrella de culto.

STEPHEN CHOW

Algunas películas de Stephen Chow comentadas en este portal: Desde Pekin con Amor (1994) (comentada en SSSM) – El Hombre de los 60 Millones de Dolares (1995) – Shaolin Soccer (2001) – Kung Fu Hustle (2004) – CJ7 (2008) –