Crítica: The Hitcher (El Autoestopista / Carretera al Infierno) (1986)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

Recomendación del EditorUSA, 1986: C. Thomas Howell (Jim Halsey), Rutger Hauer (John Ryder), Jennifer Jason Leigh (Nash)

Director: Robert Harmon, Guión: Eric Red

Trama: El joven Jim Halsey trabaja para una empresa que recupera autos rentados, y ahora se encuentra conduciendo uno de ellos de regreso desde Chicago hasta California. En mitad del desierto decide asistir a un autoestopista, el cual se identifica como John Ryder. Pero a poco de subirse al coche Ryder se revela como un peligroso sicópata, e intenta atacar a Halsey. Luego de un breve forcejeo el muchacho logra lanzar a Ryder del auto, y sale pitando por la ruta. Y aunque Halsey está confiado de que lo peor ya pasó, el muchacho no tiene ni idea de lo que le espera. Es que Ryder se ha obsesionado con el chico y ha comenzado a perseguirlo mientras deja un tendal de cadáveres en la ruta, y siembra decenas de pruebas que inculpan a Halsey por las muertes. Y mientras el muchacho intenta escapar de la policía, deberá involucrarse en un juego del gato y el ratón con el sicópata, el cual desea que Halsey le haga frente e intente asesinarlo.

The Hitcher / Carretera al Infierno Hay películas que pasan sin pena ni gloria por la cartelera, y después que salen en video comienzan a convertirse en un fenómeno de culto gracias a la recomendación boca a boca. The Hitcher es uno de esos casos. Recuerdo que cuando se estrenó fue a parar al circuito de cine arte, ya que se trataba de una producción independiente (o sea, no proveniente de un gran estudio hollywoodense). La dieron en dos salas, la critica habló maravillas, y a las dos semanas había desaparecido. Pero el gran suceso vino cuando llegó a video y pronto se convirtió en un clásico. Si hay papeles por los cuales será recordado Rutger Hauer, será por dos: el replicante con sentimientos de Blade Runner, y el despiadado asesino John Ryder de The Hitcher.

En sí, The Hitcher no es más que una variante de la paranoia urbana del clásico The Duel. Aquí hay otro citadino que se topa en la ruta con un asesino que comienza a perseguirlo, sólo que esta vez el homicida tiene rostro. Pero hasta allí llegan las conexiones con The Duel, ya que el resto es una elaboración completamente fresca e innovadora. En el caso que nos ocupa, es una obsesión de diferente especie – durante el transcurso de la historia uno se debate sobre las intenciones reales de John Ryder; si desea generar un contrincante de altura que logre matarlo, o si lo suyo es una tarea de enseñanza práctica para que Jim Halsey se convierta en un monstruo como él -. Incluso el acoso de Ryder llega a tal grado de perfección – apareciendo en los momentos más descuidados de Halsey, o anticipando con absoluta precisión las movidas del muchacho – que, con excepción de un par de escenas, uno podría inferir que Ryder es una segunda personalidad de Halsey. Esa es una interpretación válida y apasionante: el muchacho está loco y Ryder no es sino el fruto de su propia imaginación desquiciada.

Es cierto que la trama flaquea un poco en el último tercio, especialmente luego que el personaje de Jennifer Jason Leigh es metido con calzador en el desarrollo y comienza a tener actitudes que una persona en sus cabales jamás tendría (como defender a un extraño acusado de asesinato o pasar la noche con él), amén de que Rutger Hauer decide salir del anonimato para darle una lección a C. Thomas Howell (en la memorable escena en donde la chica queda atada y a punto de ser desmembrada entre dos camiones, uno de los cuales conduce Hauer). Todo esto termina por develarse como un duelo entre antagonistas, enemigos a muerte en donde uno solo puede existir, siempre y cuando el otro sea aniquilado. Ya al final C. Thomas Howell está tan desquiciado y obsesionado como el mismo Hauer.

The Hitcher es un formidable clásico, no tanto por su temática sino porque la trama no da respiro y siempre tiene sorpresas reservadas que saltan a cada rato. El clima de paranoia pura es formidable – no hay momento de paz para el protagonista, y termina siendo perseguido tanto por las autoridades como por el asesino; y ni aún en todo el vasto desierto existe un lugar en donde pueda refugiarse de la persecución implacable de John Ryder – y es en dicha intensidad en donde el filme revela sus mejores bazas. Es una lástima que The Hitcher terminara por marcar el punto de inflexión y declive en la carrera de todos los involucrados: Hauer no haría nada decente durante los siguientes 15 años y comenzaría un lento regreso; C. Thomas Howell culminaría asociándose a la productora The Asylum y generando paupérrimas producciones directas a video que dan vergüenza ajena; Eric Red escribiría un par de libretos inspirados más (como Near Dark) y terminaría en la oscuridad; y el prometedor Robert Harmon sobrevive hoy en día dirigiendo peliculas para la TV. El concepto sería revivido en una temible secuela en el 2003 y en una repudiada remake en el 2007. Trágica suerte para una idea rica en posibilidades.