Crítica: Halloween (2007)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 2007: Malcolm McDowell (Dr Sam Loomis), Tyler Mane (Michael Myers), Daeg Faerch (Michael Myers a la edad de 10), Scout Taylor-Compton (Laurie Strode), Sherri Moon Zombie (Deborah Myers), Danielle Harris (Annie Brackett), Kristina Klebe (Lynda), Brad Dourif (Sheriff Lee Brackett), Skyler Gisondo (Tommy Doyal), William Forsythe (Ronnie White)

Director: Rob Zombie, Guión: Rob Zombie, basado en el filme homónimo de 1978, escrito por John Carpenter & Debra Hill

Trama: Michael Myers es un traumatizado niño que ha crecido en una entorno caracterizado por la agresión. Su padrastro es un vago que lo insulta todo el tiempo; su madre es stripper; su promiscua hermana lo desprecia. Michael ha comenzado a torturar animales en secreto, pero dichos actos son descubiertos en el colegio a donde acude, y las autoridades del mismo hablan con su madre, quien no termina de darle crédito a sus palabras. Y esa inestabilidad mental termina por estallar en la noche de brujas, cuando el pequeño Michael asesina a todos los miembros de su familia, con excepción de su hermana menor y su madre. Michael es internado en un siquiátrico y queda bajo el tratamiento del Dr. Sam Loomis; pero ahora han pasado 15 años y el niño se ha convertido en un enorme muchacho, que no ha emitido palabra en los últimos años, y vive escondiéndose tras una enorme galería de máscaras que él mismo confecciona. Ahora un error en la seguridad del instituto le ha permitido escapar, y Michael decide regresar a su antigua casa natal, ahora derruida y abandonada. Pero Myers se topa con Laurie Strode – una adolescente que ha dejado un correo en la casa de Michael -, y comienza a desarrollar una extraña fascinación por la chica… lo que terminará por desembocar en una sangrienta matanza de todas sus amigas.

Halloween (2007) Halloween es una sólida obra maestra que John Carpenter parió en 1978. Carpenter no inventó el slasher – eso lo hizo Hitchcock en 1960 con Psicosis, y una multitud de cineastas italianos lo imitaron en numerosos giallos con el correr de la década -, pero sí le dió el formato moderno que todos conocemos y que Hollywood se encargó de clonar hasta la saciedad. Ahora llega esta remake 2007 de la mano de Rob Zombie, un músico devenido director de películas de terror, cuya estrella viene en ascenso. Mientras que es un filme dispar en su ejecución, Halloween 2007 no deja de tener sus méritos. El tema está en que Rob Zombie es mejor libretista que director y falla a la hora de plasmar el horror en pantalla.

Aquí hay cosas excelentes, otras más o menos y un pequeño puñado de errores. En primer lugar Zombie se ha encargado de hacer el desarrollo del origen de Michael Myers, tomándose media hora para narrarlo cuando en el original todo ello no pasaba de una secuencia de más de tres minutos. Y hay que admitir que es un agregado fascinante. Ahora los Myers son lo que los americanos definen como White Trash (Basura Blanca), gente que bordea la marginalidad. El padrastro es un vago y borracho que verduguea a todo el mundo; la madre es algo más normal, salvo por el hecho que es stripper; la hermana mayor es una promiscua de aquellas; y hay una pequeña beba de meses de edad, que entrará a jugar un rol importante en toda la historia. Es en estos momentos en que Zombie improvisa a partir de los lineamientos de Carpenter, y es donde la película obtiene sus mejores logros. Todos los elementos de la mitología de Halloween empiezan a caer en su lugar de manera fluída y natural: la fascinación del niño por las máscaras – creando un alter ego sin consciencia -; sus arranques de violencia; la aparición de la máscara de William Shatner, que después se convertirá en su marca de fábrica; la presencia temprana del Dr. Loomis como el sicólogo del pueblo que revisa al niño en la escuela. Pero donde la película comienza a pifiarla es con los primeros asesinatos. Aún con las expectativas que crea Zombie, la transformación de Myers niño en un asesino serial infantil es algo abrupta; y las matanzas están filmadas con muy poco nervio. El relato sigue, con la descripción de los tiempos de Michael en el internado, las sesiones con Loomis, y la traumática suerte de la madre del niño. Pero cuando se termina por entroncar con el Halloween de Carpenter, lo hace de manera torpe. ¿Era necesario que un guardia desquiciado se fuera a violar a una de las internas, justo en la celda de Myers y con la puerta abierta?

Lo que sigue es una copia no muy feliz del filme original. Por momentos Zombie imita – sin éxito – a Carpenter. Hay tomas que son calcadas – idéntico escenario, los mísmos ángulos de cámara, como el paseo de las tres chicas por las calles arboladas del pueblo -, pero se ven demasiado breves. El personaje de Laurie Strode es radicalmente diferente – ya no es una inocentona en la cual se centra el relato, sino una adolescente bastante vulgar cuyo peso parece haber sido reducido al de un cameo -, y todo el suspenso de la película original se ha ido por el drenaje. En Halloween 1978 Michael Myers era una figura ominosa y omnipresente, una amenaza que flotaba en el aire. Aquí ha pasado a ser un vulgar acosador enmascarado con cuchillo.

Mientras que el Sam Loomis de Malcom McDowell está más que ok – expande notablemente el rol del original -, por otro lado hay una serie de revelaciones hechas aquí (que en realidad aparecieron en la secuela Halloween II de 1981) cuya presencia termina por aniquilar el suspenso y las expectativas. Y el final está muy mal coreografiado.

El tema es que resulta obvio que la simpatía de Zombie pasa por Michael Myers y no por el resto del cast. Al narrar su origen ha terminado por humanizarlo (de algún modo), y ha perdido algo de presencia. Pero por otro lado, Zombie es muy inepto filmando matanzas – las hace muy sangrientas, pero las rueda rápido y sin suspenso -. La secuencia clásica del “fantasmita Casper” – en donde el novio de una de las amigas de Laurie es asesinado, y el maníaco aparece disfrazado con una sábana y sus anteojos – está completamente arruinada en las manos de Zombie. Al director no le interesan en absoluto el resto de los personajes de la época actual, con excepción de Sam Loomis. Y si bien Michael Myers ahora tiene una presencia física impresionante – contrataron a Tyler Mane, un gorila de dos metros de altura que hizo de Dientes de Sable en X-Men -, en lo cinematográfico ya no es el demonio sobre la Tierra que pretenden vender. Mata a mucha gente, eso sí, pero sin gracia. Es como si a Zombie sólo le hubiera interesado el desarrollo de la media hora inicial, y después se sintiera molesto al tener que calcar al original de Carpenter, por lo que hace las cosas rápido y sin mucho interés.

Halloween 2007 es un filme potable, pero hubiera quedado mucho mejor con otro director. Zombie es muy bueno como libretista, pero falla a la hora de rodar las rutinas del slasher, sólo consigue asesinatos sin impacto. No sabe crear climas y, a la hora de sumar la revelación secreta de Halloween II a esta película, arruina las expectativas. Antes Jamie Lee Curtis era una niñera en apuros acosada por un asesino terrible; ahora sabemos que Scout Tyler-Compton nunca podría morir porque Myers tiene un mensaje que darle. Simplemente es una película que arranca muy bien y se desmorona sobre el final.

HALLOWEEN

Las versiones de Noche de Brujas son: Halloween (1978) de John Carpenter, y la remake Halloween (2007) de Rob Zombie. Halloween II (2009) es una secuela dirigida por Rob Zombie, basada en una historia original del director. Halloween (2018) es una secuela directa del título original, dirigida por David Gordon Green y contando con el asesoramiento y la música de John Carpenter.